Ese día llegué a casa y Ana Iris y mi tío estaban sentados en el comedor.
—Buenas tardes— dije al entrar por la puerta— Ana Iris al fin apareces —dije cuando verla.
—Hola mi niña, si tenía que resolver algunas cosas. Como estás?
—Pues muy bien —dejé mi bolso en uno de los muebles de la sala y me acerqué a ellos, había un ambiente diferente, mi tío casi que no dijo nada solo se limitaba a sonreír y a mirarme después a mirar a Ana Iris y así todo el rato que estuvimos ahí, pero yo pensé que quizás solo estaba cansado.
Minutos después tocaron la puerta y mi tío se puso de pies para abrir.
'Estas personas otra vez' Pensé al ver de quiénes se trataba mientras maldecía en mi interior.
—Buenas tardes —dijeron ellos.
—Amy te acuerdas de nosotros?
—Por su puesto —dije y me puse de pies.
—Estuvimos esperando que nos llamaran o nos visitaran para hablar de tu accidente. Todo está bien?
—Sí señor. Pero, lamentablemente aún no tengo nada que decir.
El sujeto volteó descaradamente a ver a sus compañeros, cuando volteó a ver la mujer esta alzó una ceja como si los demás éramos incapaces de verlos tener esa especie de conversación por telepatía.
—Señorita Valentino— Empezó a decir la mujer—, esto es muy importante, cualquier cosa que pueda decirnos para hacer una investigación de esto más fructífera será suficiente, queremos ayudar pero, necesitamos información.
—Yo también quiero ayudar —dije cuando vi que mi tío estaba a punto de decir algo—. Es solo que no recuerdo nada y cada vez que lo intento solo termino colapsando.
Yo hablaba pero al parecer ellos ahora estaban pensando en otra cosa, se volvieron a mirar entre ellos —Joven, —dijo uno de ellos— no tenía usted un yeso la última vez?
—Sí, pero al parecer no era tan grave como creíamos, el yeso ya no era necesario, solo estorbaba.
—Ya veo, tiene usted mucha suerte.
—Amy —volvió a decir la mujer—, por favor haga un esfuerzo, cuando pasan cosas así lo mejor es buscarle solución lo más pronto posible, si tiene miedo, si esta bajo alguna amenaza, quiero que sepa que puede contar con nosotros, ni el silencio, ni la protección del culpable, nada de eso la va a ayudar, solo nosotros... Entiende eso?
—Sí, y gracias.
Se dirigían a la puerta y mi tío se adelantó para abrirles. Los vi irse decepcionados, afuera se escuchó un balbuceo que creo pude haber escuchado si Ana Iris no hubiera empezado a hablar.
—Nosotros te apoyamos Amy, sabes que puedes contar con nosotros, no dejaremos que nadie te presione, aunque ellos tienen razón, si lo dejamos así, puede volver a pasar o a alguien más que no corra con la misma suerte que tú.
—Tranquila, todo va a estar bien —dije y ella solo me miraba confundida.
Después de unos segundos volvimos a escuchar la puerta, mi tío volvió a dirigirse a ella para abrir.
—Saludos, está Amy? —dijo la persona de la puerta y sin voltear a ver yo ya sabía quien era.
—Yo me encargo —dije en seguida para que no se le fuera a ocurrir hacer algún comentario fuera de lugar.
Pasé por el mueble y rebusque en mi bolso, saqué una hoja y corrí a la puerta.
—Nos das unos minutos tío? —dije para que se fuera.
—Sí, por supuesto.
—Cristal, que agradable sorpresa —dije fingiendo una sonrisa.
—Sí, gracias. Oye, Tania está histérica, no se ha podido contactar contigo, no contestas los mensajes...
—He estado ocupada.
—Ocupada?
—Sí, mientras casi moría.
—Ah sí, eso... bueno te ves muy viva diría yo.
—Típico de Tania, mandar a otros a hacer sus deberes, no es así? —dije y le pase la hoja doblada y ella la tomó.
—Que diablos, Amy?
—Que?
—Esto es la lista que te dimos.
—Sí, ahí está todo lo que necesitan, cierto? Pues ya está, háganlo ustedes —yo misma me desconocía, creo que jamás hubiera sido capaz de algo así pero, me sentía diferente, y se sentía muy bien— toma esa lista, metansela por donde quieran y déjenme en paz, no les debo nada. Tenía pensando ir a decirle a Scarlet que ustedes solo se ofrecieron por los puntos y para no hacer nada, ya que pondrían a alguien más a hacerlo por ustedes, pero sabes que? —me acerqué más a ella y la miré a los ojos— eso lo vas a hacer tú.
Entonces lo vi, vi su pupila dilatarse y volver a la normalidad lentamente mientras ella solo estaba inmóvil. Yo había hecho eso, y era como si algo dentro de mi supiera que podía hacerlo, igual que con mi tío días anteriores, yo solo sabía que iba a poder convencerle de dejarme ir.
—Algo más en lo que te pueda ayudar, Cristal?
—No, iré a casa, tengo que llamar a Scarlet para decirle algo.
—Bien, ve con cuidado —dije mientras regresaba al interior de la casa y cerraba la puerta, cuando volteé, vi a Ana Iris ahí detrás viéndome con un vaso de agua en la mano.
—Así se hace hija— dijo— no vuelvas a dejar que nadie quiera aprovecharse de tu bondad.
Me sentí bien con esas palabras, en ese momento no vi lo que hacía, no vi lo que ella tramaba.
—No fue nada, es que al final todo tiene su límite.
Tomé mi bolso y me fui a mi cuarto. De alguna forma sentía que finalmente había sido escuchada y premiada con algo extraordinario, algo que nadie podía explicar, a mi parecer, pero, que no cambiaría por nada. Después de tanto tiempo, viviendo en las sombras, donde solo era buscada o llamada si alguien necesitaba algo de mí, después de tanto siendo 'la rara con olor a pescado' ahora y por primera vez sentía que podía se alguien más, quien yo quisiera, que todos harían las cosas como yo quería y que nunca más me iba a sentir utilizada, humillada y mucho menos ordinaria, mi sangre corría por todo mi cuerpo y era como y a la vez pudiera sentir cada célula moverse a través de ella, sentía como si fueran bombas que detonaban y me llenaban de energías, junto con un montón de cosas nuevas que yo no sabía que estaban ahí, cosas que yo no sabía que podía hacer, pero que de alguna forma mi cuerpo y mi mente sí.
Busqué entre mis gavetas unas cuchillas y fui al baño dominada por un impulso, entonces sin pensarlo tomé la cuchilla fuerte, alce mi blusa pensando en que si no pasaba lo que esperaba que pasara, entonces tendría que explicar la herida, así que sin más hice un corte en mi abdomen en el lado derecho, solté la cuchilla y tomé papel de baño, la sangre empezó a salir como loca, no dejaba de sangrar, si no cerraba, iba a necesitar puntadas ahí, entonces después de casi gastar el rollo de papel y que mis nervios empezaran a apoderarse de mi, respiré profundo y mientras soltaba el aire de apoco, pasó, pasó que ya no salía sangre de la herida, pasó que un cosquilleo se llevó el dolor y ardor de la herida y las esquinas empezaron a cerrarse, hasta que toda la herida que media solo algunos 5 ó 6 centímetros se cerró por completo y no dejó ni la cicatriz siquiera.
Limpié todo el desastre y tiré todo el papel sucio de sangre por el inodoro. Luego me miré al espejo y reí, reí porque no creía que aquello me estuviera pasando a mí, reí porque o estaba quedando loca, o me estaba pasando la cosa más sensacional e increíble de mi vida.
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Iterum Resurrectum.
Paranormal[ Completada ] "Después de varios días investigando acerca de lo que me había pasado aquella noche y de las cosas que de repente empezaron a suceder, a pesar de lo loco y descabellado que se ponía cada vez y cada vez más, mi tía Ana Iris había llega...