En la mañana del día siguiente me desperté con más ánimo, encendí la vieja radio de mi cuarto y busqué una buena emisora, empecé a cantar, estaba deseando no tener ese feo yeso en mi pierna para poder bailar; luego, como pude llevé algunos libros a la cama para estudiar un poco.
El volumen del radio no estaba muy alto, ya que probablemente mi tía aún estuviera durmiendo, había buscado un reemplazo para su tanda por unos días así que se estaba tomando unas mini vacaciones.
Por un momento sentí que había escuchado mi nombre y me quedé alerta por unos segundos y no pasó nada, así que seguí hojeando y leyendo, pero volvió a pasar y esta ves lo escuché más fuerte y claro, tuve que tomar mi muleta y acercarme al radio para bajar más el volumen y me quedé alerta por unos segundos y esta vez lo escuché más lejos.
Salió y me paré en el barandal del pasillo.
—Tío!!— grité, y le vi sacar la cabeza desde el pasillo que daba a la cocina.
—Sí?— me contestó.
—Me llamabas?
—No, pensé que aún dormías.
—Ha venido alguien buscándome?
—No, anoche vino Kelvin y otra niña del instituto pero le conté que no te sentías bien, se quedaron un rato y luego se fueron.
—Ah, entiendo. Me refiero ahora, no has escuchado a nadie llamarme?
—No. Todo está bien?
—Sí, es sólo que... —pensé que no tenía importancia dar explicaciones— no me hagas caso.
—Bueno. Por cierto— dijo antes de que volviera a entrar— ya llegó tu celular; —dijo y fue al pasamanos para buscar una caja blanca— como no se pudo encontrar el tuyo te pedí este, es igual.
—Perdí mi celular?— dije pero era una pregunta más bien para mí misma.
—Eh, sí, imagino que donde te encontramos pero tú celular no estaba.
Me perdí por unos segundos.
—Que haces? Quieres bajar a tomar café o te lo subo.
—Ahora no quiero— dije y me di la vuelta apoyándome de la muleta— estoy estudiando.
—Y por qué no tienes los lentes, recuerda que lo debes usar para leer.
—Sí, ya sé— dije antes de cerrar la puerta y luego me dirigí al escritorio. Busqué los lentes entre algunas cosas y me los puse.
Raramente me molestaban y los tuve que volver a retirar, revisé a ver si están sucios pero no, cuando intenté volvermelos a poner vi como todo crecía y se distorsionaba, miré al fondo de la habitación donde había un póster y un calendario y casi no podía ver nada, para mi sorpresa, al quitarmelos vi todo más claro, incluso pude leer aquel póster y luego el calendario; por un momento no entendía lo que estaba pasando hasta que —Amy— volví a escuchar, y esto resonó en mi cabeza dejando un zumbido, me sujeté del escritorio y traté de abrir la ventana para que entrara aire, respiré profundo, tomé aire lentamente y luego lo solté de apoco, de repente la pierna ya no dolía, de hecho no sentía nada más que el calor e incomodidad del yeso. Eso me desconcertó un poco y traté de pararme derecha y apoyarme en ambas piernas realmente no sentía nada, pero aquel zumbido... aquel zumbido iba a provocarme un infarto.
—Ya cállate por favor!— dije a la nada.
—Amy— volví a escuchar pero esta era otra voz, otra voz que se me hizo familiar.
—Que quieres?— pregunté sin esperar respuestas y cerré mis ojos entonces lo vi, vi a Eddy buscándome con un arma en la mano, —Amy, sal de ahí, vamos a hablar— decía, luego me vi a mí misma, yo intentaba correr, hasta que escuché un disparo y ya todo se puso negro por un instante. Solo por un instante, porque luego vino una luz que hizo arder mis ojos, como millares de imágenes, yo no las entendía, intenté darles sentido y organizarlas pero todo eso casi me provocó un colapso.
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Iterum Resurrectum.
Paranormal[ Completada ] "Después de varios días investigando acerca de lo que me había pasado aquella noche y de las cosas que de repente empezaron a suceder, a pesar de lo loco y descabellado que se ponía cada vez y cada vez más, mi tía Ana Iris había llega...