◇Capítulo 17◇

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Al día siguiente, Kelvin se unió a aquella locura, había faltado a clases solo para poder ponerse al día con todo, le explicamos que todo era una teoría, bueno, yo me enfoqué en eso, y que no era algo que habíamos dado por hecho a pesar de toda la información que Ana Iris tenía.

Después de varios días investigando acerca de lo que me había pasado aquella noche y de las cosas que de repente empezaron a suceder, a pesar de lo loco y descabellado que se ponía cada vez y cada vez más, mi tía Ana Iris había llegado a la conclusión de que yo había sido poseída por un demonio. Ella buscaba la forma de explicárselo a los demás, incluyéndome, así que nuestro nuevo pasatiempo era pasar horas y horas leyendo libros históricos y de mitos que al parecer no lo eran. En los restos que aún eran legibles de aquel libro viejo que tenía Ana Iris en sus manos, se hablaba de un investigador e historiador que había perdido el juicio, que vagaba por las calles diciendo ver demonios rondando al acecho de un alma débil y resignada para poseer. Este investigador en uno de sus tantos viajes por el mundo guiado por su sed de descubrimiento, encontró un cofre que contenía otro cofre y unos escritos en hojas que parecían ser de tela en una lengua que el no comprendía. Al regresar a casa donde tenía su laboratorio, lo primero que hizo fue intentar abrir el segundo cofre. Su decepción fue tan grande que por poco lo tiraba a la basura, en aquel cofre solo había cenizas. Luego se dio cuenta que era eso lo que estaba grabado en aquel cofre 'CINIS', en latín. Luego se dio cuenta que los escritos en su mayoría estaban en latín. Después de varios años de estudios a este objeto y a los escritos, este historiador perdió la cordura, solo sabía repetir que había cometido un gran error al abrir aquel cofre, que este contenía los restos mortales de decenas de demonios, que habían estado atrapados allí hasta aquel día. Según este señor, aquellos demonios estarían vagando por el mundo hasta encontrar un recipiente. El escribió mientras tuvo vida acerca de esto, pero nadie se disponía a leer aquello o siquiera dejar que aquello circulara, pero muchos años después estos fueron publicados como obras literarias de fantasía y ficción.

Unos de estos demonios me había poseído según Ana Iris.

Sim embargo la historia de estos demonios se remontaba años y años más atrás, ella nos contó que eran fruto de una supuesta bruja que al ver la masacre que había en contra de tantas personas de su pueblo solo por ser creídos brujos y brujas, aclamó a la oscuridad por ayuda.

—Naamá le contestó —contaba Ana Iris envolviendonos a todos en la historia— Naáma es una mujer demonio conocida por portar el consuelo y como madre de los demonios. Cuando aquella mujer le explicó lo que estaba pasando, Naamá le ofreció una de dos cosas, llevársela con ella para evitar que tuviera el mismo fin que los demás o hacer que al menos su fin fuera el comienzo de algo más grande. En su desesperación aquella "bruja" aceptó el trato de la demonio a cambio de su propia alma, se fracturó el alma de aquella mujer en 13 partes para darle vida a 13 demonios, por eso se llaman Parsanim, del Latín pars animae, que a su vez significa trozo de alma. Eso son estos demonios, trozos del alma de una bruja que hizo un pacto con la madre de los demonios.

Aquello era demasiado para todos los que estábamos ahí, mi tío no dejaba de cubrirse la boca con la mano, y Kelvin parecía que estaba viendo una película, yo por otro lado, hacía como si todo aquello no estaba pasando, aunque sí, pero solo quería hacerlos sentir bien y colaborar con aquello de "entender lo que me pasaba". Ana Iris se perdió en un libro por un instante, entonces sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, lo saque para ver quién era dejándolo debajo de la mesa así ellos no me verían distraída usando mi celular pero, cuando leí aquellos mensajes ya nada de eso me importó.

'Lo conseguimos' decía el primer mensaje, acompañado de una foto y una dirección. Me puse de pies de súbito y todos me miraron de repente.

—Tengo que salir —dije sin saber que más decir.

—Que? A donde vas? —Preguntó mi tío.

—Es... luego les explico pero ahora tengo que irme, es importante.

—Puedo ir contigo? —preguntó Kelvin quien también quería escapar de allí un rato.

—No, estaré bien, vuelvo en seguida, ustedes continúen si quieren.

Subí a mi cuarto y busqué algunas cosas, las puse en una mochila y luego me fui.

Yo sabía que quizás iba a tener que dar explicaciones pero en ese momento solo pensaba en que aquella era una oportunidad que no podía dejar pasar.

Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora