◇Capítulo 40◇

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Durán había ido a la casa, Ana Iris y él estaban lanzando teorías como dardo a hojas de papel, mi tío había llegado y se acercó a escucharlos, ya que como todos, él también quería una explicación, obviamente Kelvin se les unió más tarde, después de terminar con su trabajo pasó por la casa y se quedó allá escuchando todo lo que Ana Iris y Durán decían.

—Pensemos en esto como un virus —dijo Durán—, cualquier tipo de virus, uno biológico que se transmita por sangre, saliva... uno informático transmitido por una descarga de la web, una memoria USB, o un archivo ejecutable recibido de alguna forma. Una vez este virus está dentro de su huésped hace modificaciones sin que el huésped se de cuenta. El virus se va adaptando, contaminando todo a su alrededor, en el caso de algunos virus informáticos, según su código, reemplazan archivos ejecutables por otros infectados con el código de este. El huésped no irá reconociendo estos cambios, ni siquiera notará la diferencia desde cierta perspectiva, esto es indoloro, insonoro, sólo imaginen a su mente haciendo modificaciones a su cuerpo, o ADN mientras están bajo un sueño muy profundo. Un día, el huésped se despierta, y sin saber que ahora es un individuo diferente, presenta síntomas como tos, algún dolor de cabeza, catarro, ¿en que momento pasó esto?ahora el virus y el individuo son una sola cosa, un mismo ser pensante.

—En teoría, Amy y ese Parsanim, son las misma cosa? —Kelvin entendía rápido y más si usaban términos que él entendía muy bien.

—Exacto. Amy puede ser como Amy, pensar como Amy, actuar como ella misma lo haría y tener sus propios de deseos.

—Eso suena bien —comentó Kelvin.

—Sí, lo malo es que de igual forma este demonio puede pensar por sí mismo, y pues obviamente Amy se verá influenciada, creyendo que es lo que ella piensa o quiere.

—Hay una forma de saber cuándo Amy es Amy  y cuando no lo es?

—Si la invocación hubiera funcionado, sí, pero no lo hizo.

—Pero, cómo estamos seguros de que Amy era Amy en ese momento y no el demonio?

—Pues porque lo que hice al final para hacerla dormir, no es hubiera funcionado con un humano. Y si era Amy en ese momento, solo refuerza nuestra teoría, el puente desapareció, Amy y el demonio estan en el mismo lugar, son la misma cosa.

—Maldición. Eso significa que aunque ella quiera deshacerse de esto, si no es lo que él demonio quiere, no va a pasar.

—Existe cierto libre albedrío, pero sí, Amy podría contradecirse a sí misma.

—Pues vamos a atarla, pies y manos con hierros en el suelo, amoldarsarla, vamos a quitarle ambos libre albedrío y saquemos ese demonio de ella.

—Eso no será necesario —dije apareciendo por la puerta—. Seré voluntaria.

—Amy? —mi tío se puso de pies, se veía preocupado— Dios, pensé que te habías ido, fuimos al consultorio y no estabas.

—Fui a dar una vuelta. Pero aquí estoy. Hagamos lo que debimos haber hecho antes.

Ellos me miraban confundidos, no dijeron nada y solo se vieron entre sí.

—Me disculpo por los contratiempos causados. Estaba pasando por una duda existencial pero ya la resolví. Cuándo empezamos?

—Ahora mismo si así lo quieres —respondió Ana Iris.

—Bien.

Empezamos a desplazar muebles para tener más espacio, no había tiempo para ir al consultorio, de hecho sí, pero por la sensación del momento solo queríamos acabar con aquello lo más pronto y rápido posible, sabían que yo podía arrepentirme en cualquier momento y no iban a esperar a que eso pasara.


Kelvin y yo hacíamos unas marcas en el suelo para el ritual, entonces escuchamos cuando sonó el timbre de la casa, todos tuvimos el mismo pensamiento, 'que inoportunos'.

—Yo voy —dijo Durán y se dirigió a abrir la puerta.

—Amh, hay una joven aquí —escuchamos decir a Durán. La chica entró por la puerta y aparentemente yo y Durán éramos los únicos sin conocerla.

—Verónica? —escuché a Kelvin.

—Ay no —escuché susurrar a Ana Iris.

La chica sólo parecía mirarme a mí, mientras yo estaba de rodillas al lado de Kelvin con un marcador de agua en las manos.

—No lo puedo creer —dijo esta chica de repente—; es ella con quien te has estado viendo?

Yo entendí lo que sucedía de inmediato.
Kelvin se puso de pies y se acercó a ella.

—No es lo que crees, Verónica.

—Claro que sí, crees que soy estúpida? Estás diferente, todo el rato con ella, ya ni llegas a casa después de trabajar. Y... —volvió a mirarme— es solo una niña.

—Somo amigos y esto que hacemos es muy importante, Verónica, lo lamento pero tendremos que discutir esto después, te tienes que ir.

—Y claro que me iré.

—Oye —me atreví a decir algo—, él tiene razón, esto... no mal intérpretes lo que pasa aquí, lo que estamos haciendo es todos juntos y Kelvin y yo, pues, sólo somos buenos amigos.

—No vine aquí a que me mientan en la cara, ahorrencelo.

Ella le puso las llaves con fuerza en el pecho a Kelvin y salió por la puerta cerrando esta de un tirón.

Kelvin solo se quedó allí mirando la puerta, intenté adivinar lo que pensaba, decidí acercarme para hablar con él, pero una vez que estuve a su lado ni supe cómo empezar a decir algo.

—Lo lamento Kelvin... —dije después de unos segundos.

—No sé por qué te disculpas.

—Siento que todo esto es mi culpa.

—No lo es, yo siempre he estado aquí por decisión propia.

—Si te tienes que ir yo lo voy a entender, ve y arregla las cosas.

—No —se giró y me miró a los ojos— esto es muy importante, y no quiero que se vuelva a repetir la historia en la que pasas por algo tan traumatizante tú sola, sin que esté yo. No va a pasar otra vez, no está vez.

Yo le sonreí, no dejaba de pensar en que quizás aquello significaba el final de su relación con Verónica, pero él había tomado por sí mismo la decisión y pues, como bien había dicho, no era mi culpa. Además, después de esto él podía volver a buscarla y prometerle un cambio en la situación, obviamente si todo salía bien, ya él no iba a tener que estar casi todo su tiempo libre con nosotros.


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Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora