🦋Capítulo 35

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~Mariana~

Si te dieran la posibilidad de cambiar algo de tu pasado, ¿lo harías? ¿Lo cambiarías aún sabiendo que eso afectará en tu presente?

Lo más probable es que hace un año atrás, yo hubiera dicho que sí, que prefería mil veces no vivir en las condiciones que lo hacía. Y aunque las cosas en mi familia no han mejorado, mi vida fuera de mi casa, sí. De no querer saber nada de hombres, ahora paso la mayor parte del tiempo con cuatro de ellos. Sí es verdad que he estado años sin querer saber del sexo opuesto, pero cuando conocí a Lucas y Bruno, no sentí lo que sentía con otros.

A su lado no me sentía insegura, débil, ni temerosa, a su lado siempre pude ser yo misma, pude actuar como me salía del alma.

Mucho menos me arrepiento de tener una relación con el chico tacleador, porque, a pesar de que al comienzo fui desagradable con él, nunca recibí malos tratos por su parte. Todo lo contrario, hasta me acompañó a buscar un perro.

Él no me mejoró, pero sí trajo de vuelta a la Mariana que una vez fui. Y esta Mariana, quiere estar con él, el tiempo que sea posible. Sin embargo, sé que no todos los cuentos tienen un final feliz, y el mío es uno de esos. Siempre ha sido así.

—¡No quiero dejarlo, Carla!

—Si no terminás tu relación con Lucas, la que la va a terminar, voy a ser yo.

Entreabro la boca, sorprendida. Mi madre, la mujer que me dio la vida, ¿sería capaz de algo así? ¡¿Por qué me odia tanto?! ¡Yo nunca le hice nada! Desde chica intenté complacerla, hacer y decir todo lo que ella quería. Pero basta, estoy harta de tener que soportar sus malos tratos, y sus exigencias absurdas.

Me harté.

—No lo voy a hacer. No voy a terminar con Lucas.

Da pasos hacia mí, desafiante, altiva, segura, mas no retrocedo ni un solo paso. No me verá débil, nunca más.

—¿Qué dijiste?

—Lo que oíste.

Su respiración se vuelve agitada, y su cara se torna de rojo. Está furiosa, y seguramente esto no termine nada bien. Siempre la que termina herida en estas discusiones, soy yo. Aún así, sigo con la cabeza en alto, y la postura más segura que mi dolor me permite tener.

Por alguna razón, hoy Carla se despertó con la idea de que terminara mi relación con Lucas.

Pero me niego.

No pienso hacerlo.

Yo no me meto en su vida amorosa, ella tampoco debería hacerlo conmigo, además, no tiene ningún derecho. Lo único que hizo toda su vida, ha sido apartarme de su lado, despreciarme, y maltratarme, no quiero seguir rogándole por un poco de atención, y menos, si el costo es dejar a mi chico tacleador. A mí novio.

—¡Lo vas a hacer, y punto! —parpadeo. No, no lo voy a hacer. Pero lo que sí pienso hacer, es quitarme una de las más grandes dudas de mi vida.

—¿Por qué?

—¿Por qué, qué? —pregunta con altanería.

—¿Por qué nunca me quisiste? ¿Por qué nunca me abrazaste? ¿Por qué me has maltratado toda mi vida?

Aparta sus ojos de mí, disgustada. Sus ojos lucen iguales a los míos meses atrás, cuando me contenía el llanto, cuando me carcomían las ganas de llorar. Hoy ella es la que quiere llorar, porque yo no. Ya no me quedan lágrimas para ella.

—¡Porque te odio! —grita de pronto, exaltada y descontrolada—. Porque yo merecía su amor, no vos.

—No entiendo… —juro que no lo hago.

🦋Perfectamente Imperfectos🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora