Mason
Sabado.
Hace días que estoy organizando el picnic que le dije a Flavia. Ella se veía tan emocionada. Me encanta que sus ojos brillen cada vez que le digo o hago algo que le gusta.
- Necesito que el domingo estés a mi disposición, Julio.
- Niño Mason, ya le dije que es una locura escapase el día de su coronación.
Sonrío al escuchar el apodo. Julio es como un segundo papá, aunque mi papá jamás fue muy ausente con nosotros. Pero Julio era mi cuida y mi amigo desde que tengo memoria. Él trabaja en el palacio desde antes de que nazca. Mis padres y toda mi familia le tenemos mucho cariño y no importa cuantos años tenga, para él siempre voy a ser "el niño Mason".
- La coronación va a ser a la noche, Flavia y yo nos vamos a ir después de la presentación. Voy a hacer puntual.
Julio me mira dudoso.
Le guiño el ojo y él suspira.
- Bien, pero si no lo veo a las ocho en punto, lo voy a ir a buscar.
Le sonrío victorioso y pongo mi brazo sobre sus hombros.
Julio niega con cabeza.
- Voy a cubrirlo, pero que estás locuras no se le hagan costumbres.
- Es solo una pequeña escapada con mi mate- le guiño con el ojo.
- ¿Qué otra cosa necesita?- me ignora y yo agrando mi sonrisa.
- Voy necesitar el carruaje y necesito que unas horas antes me cubras para poder organizar todo.
- Usted me debe la vida- suspira.
Me río palmándole la espalda.
•••
Bien.
Nunca fui tan bueno cocinando pero yo sé que puedo. No debe ser tan difícil.
- Alteza Mason, ¿está seguro qué no necesita mi ayuda?- me pregunta él cocinero.
- La verdad que no- dice Max dudoso.
- No seas tan pesimista, quiero cocinarlo yo.
- Como quemes la casa...
- Después él amargado soy yo, eh.
Max bufa.
- No, muchas gracias igual, señor Gutiérrez- trató de sonar lo menos cortante posible, pero todos en esta casa me conocen. Saben como es mi carácter.
- Esto va a estar muy divertido- dice Sophia apoyada en la entrada de la cocina.
Ruedo los ojos.
- No necesito tu molesta presencia ahora- la digo secamente, sin rodeos.
Sophia rueda los ojos.
- Encima que vengo ayudarte, me recibes así. Ahora yo no voy a darte las recetas que le gustan a Flavia- se cruza de brazos y se da vuelta para salir de la cocina.
- Quieta ahí- le digo y siento como sonríe antes de darse vuelta- ¿Qué recetas?- levantó una ceja.
Ella saca un papel de su bolsillo.
Sonrío.
- Flavia y yo tenemos todas las recetas de nuestra comida favorita anotadas en un papel. Este- lo estira con sus manos- es el de Flavia.
ESTÁS LEYENDO
Mi mate es mi enemigo- vamapia
Werewolf¿Qué pasaría si un día alguien viene y les dice que la persona que más odias en el mundo es el amor de tu vida?