Capítulo 40

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Mason.

Veo los pasajes a Londres y a Paris en mi mano y suspiró.

¿Crees que va a gustarle?

¿A quién no le gustaría viajar?

Pensándolo así tiene razón. Lo qué pasa es que nunca hemos hablado con Flavia lo de viajar. Cuando era chica recuerdo que siempre dibujaba la torre Eiffel en todos lados. Su cartuchera y sus carpetas siempre tenían una. Hasta la dibujo en su "cuaderno de dibujos".

Lo de Londres se me ocurrió a mi porque dicen que es uno de los
lugares más limpios. Quieren llevarla primero allí y como sorpresa llevarla a París. Además como allá es verano va a poder ser libre de meterse a las piletas o podemos ir a lugares con playa. Sé que ella ama el verano.

Más seguro de mi mismo toco la puerta de lo que ella llama "su habitación de dibujos". Es una vieja habitación que tenemos en los pisos bajos del palacio, ella se lo adueño para sus dibujos, dice que es lugar donde no hay ningún ruido de ningún tipo.

- Pasa- dice, es claro que ya sabe que soy yo.

Entro a la habitación y veo sus dibujos.

- ¿Inspirada?

- Algo así- se encoge de hombros.

Si que dibuja muy bien.

- ¿Pasó algo, amor?

- No quería interrumpirte pero- le muestro el boleto para ir a Londres. Todavía no digo nada de Paris porque quiero que sea una sorpresa.

Ella lo mira con intensidad.

- ¿Nos vamos a Inglaterra? ¿A Londres?

- ¿Te gusta?

Ella salta de felicidad.

- ¿Qué si me gusta? Me encanta ¿Cómo no me habías dicho nada? ¿Cuándo lo organizaste?

- Hace poco. Quería que fuera una sorpresa pero no pude aguantar más. Además ya se acerca mi cumpleaños y... el mejor regalo de cumpleaños que puedo tener es a ti. Así que quería hacer este viaje contigo.

Flavia se acerca a mi y se pone de puntitas para besarme.

Gustoso le digo el beso poniendo mis manos en su cintura.

- Te amo- me dice Flavia al separarnos.

- Yo más, mi querida Flavia- le sonrió.

Nos quedamos mirando un rato hasta que hablo.

- Bueno, ahora deberías ir a entrenar conmigo.

Ella me mira mal.

- Que buena forma de arruinar el momento- se queja.

- Ya te dije que no quiero que andes sin saber...

- Defensa personal- me imita- Ya entendí- rueda los ojos.

Me río y le doy un beso en su coronilla.

- Te veo en el gimnasio en cinco minutos.

Ella gruñe.

•••

Unos toques en la puerta resuenan en la habitación.

Flavia se está bañando, digamos que el entrenamiento es algo que le cuesta un poco. No tiene reflejos, es pequeña y lenta en el ataque. Así que tenemos mucho que aprender.

- Adelante- digo y Julio entra a la habitación.

- Disculpe las molestias, Alpha Mason, pero ha llegado esta carta sin firma en el sobre.

Mi mate es mi enemigo- vamapia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora