Capítulo 38

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Flavia

Ya estamos en el día tres del campamento, esto quiere decir que hoy es el primer día que nos tenemos que levantar a las seis de la mañana para arrancar con las excursiones.

- Arriba- le repito por milésima vez a Sophi (la cual no para de gruñir cada vez que se lo digo).

- Es muy temprano- se queja.

- Ya lo sé pero si no nos apuramos nos van a retar, así que vamos.

Un ruido de la puerta se hace presente.

- Dormilonas, despierten- habla Jack.

- Ya vamos- le digo entre dormida.

Finalmente Sophi decide levantarse, nos lavamos los dientes y nos vestimos, rápidamente.

Me sorprendo al bajar y ver a Mason solo con sus pantalones de dormir.

Él al verme se acerca a mi, rodea mi cintura y me da un pequeño beso en los labios.

- Está excursión es opcional- me comenta cerca.

- ¿Y?

- Y no iremos- dice seguro.

Jack y Sophi al ver el momento salen de la cabaña sin decir nada. Mike y Fiorela no están, así que doy por entendido que ya salieron.

- ¿No iremos?- lo miro, él acaricia mis muslos.

- No, no iremos- empieza hacer un recorrido de besos en mi cuello.

- Nos van a retar...- jadeo cuando deja un beso húmedo en mi marca.

- Ellos van a hacer ejercicio caminando y a mi se me ocurren otras formas de hacer ejercicio y...- me aprieta más a él- todas te incluyen- dice en mi oído.

Roza su nariz con la mía y miró sus labios.

- ¿Y Sophi? Debería de estar con ella.

- No veo que haya tenido mucho problema en dejarnos solos- hace un recorrido peligroso con su dedo por mi cuerpo- Ademas...- su voz se pone mas ronca- estoy harto de no tenerte para mi. Eres mía y creo que te estás olvidando de eso...

Masón vuelve a atacar mis labios pero de un forma más pasional, más intensa. Me cuesta seguirle el ritmo al principio pero lo hago.

Él me sube encima de la encimera y me abre las piernas para meterse entre ellas.

Nunca deja de besarme, ni de tocarme, y me encanta. Todos sus toques son fuegos en mi piel, y no quiero pararlo.

Me saca la remera que me había puesto y besa mis pechos a través del corpiño.

Creo que nunca me moleste tanto conmigo misma por ponerme un corpiño.

- Mason...- la urgencia en mi voz es muy notable.

Siento como sonríe y me mira.

Su dedo hace un recorrido por mi cuerpo, de arriba a bajo. Pasa por  mis clavículas, hasta llegar a mis pechos, luego baja por mi abdomen, seguidamente llega a mi intimidad y la acaricia solo con un dedo.

Jadeo.

Necesito más mucho más.

Masón me pega a él para después cargarme, y gimo un poco cuando mi intimidad roza su dureza. Rodeó su torso con mis piernas,

- Mejor llevemos esto a otro lugar.

Mason me lleva a su habitación. O más bien, donde está durmiendo eventualmente.

Mi mate es mi enemigo- vamapia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora