Capituló 27

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Flavia

El sonido de la alarma me despierta.

Me intento mover pero no lo logro ya que siento que un brazo me arrastra y me hace chocar mi espalda contra algo duro.

Conozco muy bien ese brazo.

Como puedo me doy vuelta y mis ojos se abren al darme cuenta que tengo a Mason durmiendo al lado mío, con su brazo rodeando mi cintura y mi cuerpo pegado al suyo.

¿En qué momento nos quedamos dormidos?

- No lo sé, pero no hay quejas.

Me lo quedo mirando un rato. Se ve tan lindo dormido. Parece el mismo de siempre.

Me contengo las ganas inmensas de acariciarlo.

Él me acerca más a su cuerpo y... mierda.

Siento como algo bastante duro toca mi abdomen.

Mierda, mierda, y más mierda.

Bien, sé que es el calambre de la mañana, pero... por la diosa, si lo voy a sentir quiero sentirlo un poco más abajo no en mi abdomen.

Intento alejarme como puedo pero él me gruñe.

Sonrío. Me hace acordar a Max.

Vuelvo a intentarlo.

- Amor, quédate quieta- dice ronco y me vuelve a pegar a él.

Me congelo, acaba de decirme...

- ¿Qué?- me alejó nuevamente, completamente extrañada.

¿Me dijo amor?

Los rinocerontes volvieron.

Mason abre los ojos y me mira.

- Sé que tenemos colegio, pero es demasiado temprano, durmamos un rato más, ¿okey?- me a vuelve a pegar a él. Y deja su cabeza en mi cuello.

¿Qué mierda pasa?

Siento como aspira mi aroma y besa mi cuello, para después volver a sentir su estem... amigo... pero esta vez se presiona justo en mi entrepierna.

Jadeo.

Mason besa mi marca.

Esto es demasiado tentable. Pero de igual forma me alejo, dejándolo extrañado.

- ¿Qué pasa?

- ¿Sabes quién soy?

Mason sonríe pensando que es un broma pero al ver mi cara su expresión cambia a una extrañada.

- ¿Estás bien, Flavia?

- Te hice una pregunta.

- Pero...

- ¿Sabes quién soy?- lo interrumpo.

- Amor como no voy saber quién eres, ¿estás bien?- me toca la cabeza, se ve preocupado.

¿Estoy soñando?

Estoy apunto de pellizcarme pero él me agarra la manó.

- Amor, no estás soñando, ¿qué te pasa?

- Ven conmigo- agarró su manó y lo llevó a la habitación de sus padres.

Estoy apunto de entrar pero él me detiene.

- Amor, no sé qué te pasa, pero no puedo dejar que mis padres me vean... así- señala a su amigo dé abajo.

Mi mate es mi enemigo- vamapia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora