Mi mate es mi enemigo- vamapia

Capítulo 20

Flavia

Despertarme y ver un cuarto que no conozco no era lo que esperaba.

Miró mi ropa.

¿Cuando me puse el pijama?

¿Dónde mierda estoy?

Estoy a punto de levantarme e ir a la puerta cuando está se abre.

Suspiró al ver a Mason entrar por ahí.

- Amor, ya despertaste.

- Casi me muero- exagero- no sabía dónde estaba. Ya me estaba haciendo una película de un secuestro en mi cabeza.

Mason bufa.

- Si te secuestraran ni te enterarías porque con lo que dormiste yo ya te hubiese rescatado- se acerca a mi y se sienta en la cama.

Sonrío.

- ¿Dónde estamos?

- Te quedaste dormida en el avión, ya estamos en la mansión. Mañana por la mañana tenemos la reunión de manadas.

Miró la ventana y me sorprendo al ver que ya es de noche.

- ¿Dormí todo el día?

- Más que eso, ya casi son las diez de noche.

¿Por qué estaba tan cansada?

Mason ríe.

- Tampoco te deje descansar mucho anoche que digamos.

Lo fulmino con la mirada, haciendo que sonría.

Me acaricia la mejilla con la mano y yo disfruto de su tacto.

- ¿Qué estuviste haciendo todo el día? Fue casi un veinticuatro horas sin mi. Pobrecito, que aburrimiento- finjo pena.

- Las mejores veinticuatros horas de mi vida- bromea y yo lo miro mal.

Se acuesta a mi lado y me empuja un poco para que me quede apoyada en su pecho.

Disfruto de sus caricia hasta que el ruido de la puerta nos interrumpe.

- Pase- decimos al mismo tiempo.

Pero toda la magia de un rato se evapora en un segundo cuando veo a la persona que entra a la habitación.

Milena.

Esta como siempre, hermosa con ese pelo largo, rubio, que le queda tan bien y esos ojos azules que causan envidia.

Dixie gruñe.

- Hola, Flavia- me saluda con una sonrisa hipócrita.

¿Desde cuándo cree qué puede tutearme?

- Hola Milena- le doy la misma sonrisa.

- Perdón por interrumpir- mira a Mason- Te estaba buscando- ese brillo que tiene en sus ojos cuando lo mira me molesta, hace me hierva la sangre, y no me gusta esa sensación.

- ¿Tiene qué ser ahora?

- Es importante.

Mason rueda los ojos.

- Habla- dice cansado.

- ¿Eh?- dice extrañada.

- Que digas lo que tengas que decir.

Ella respira hondo.

- Preferiría que fuera a solas- carraspea.

- ¿Por qué? Si de todas formas después le voy a a decir a Flavia. Ella y yo no tenemos secretos.