Capituló 26

4.7K 289 15
                                    

Flavia

- ¿Cómo lo llevas, Flav?- me pregunta Sophi al sentarse en la mesa.

- Hasta ahora mucho mejor, ayer antes de ir a dormir hablé con él y... no sé, casi sentí como si estuviera hablado con él Mason de siempre- ella me sonríe.

Es la mañana y estamos desayunando para ir al colegio. Mason seguro va a estar súper perdido, no va a hacer fácil acostumbrase a todo lo que no te acuerdas.

Y como si me hubiese escuchado Mason entra a la cocina.

- Buenos días- dice y todos le devolvemos el saludo. Trato de ocultar mi emoción cuando se sienta al lado mio.

- ¿Cómo dormiste?- le preguntó y él me sonríe.

- Muy bien, aunque sentí una extraña sensación al principio.

Lo miró extrañada.

- ¿Cuál?

Él se encoge de hombros.

- No lo sé, la cama es demasiado grande, capaz por eso.

- Le faltábamos nosotras.

- Dixie...

- ¿Y vos? ¿Cómo dormiste?

Fuerzo una sonrisa. Estuve toda la noche teniendo la necesidad de ir a su cuarto, me va a costar dormir sin él, me sentí muy sola.

- Bien- miento descaradamente.

Él me alza una ceja.

- ¿Sabías qué cuando mientes tus ojos te delatan?

Largo una risa nerviosa.

- Voy a admitir que también sentí sensaciones cuando dormí, pero de igual forma dormí bien- compartimos una sonrisa y seguimos comiendo.

Deja su manó arriba de la mesa y me la quedo mirando más de lo estrictamente necesario.

Siempre me gustaron sus manos, no sé por qué, se me hacen tan atractivas. Son grandes y venosas.

Me muerdo el labio inferior.

¿Tengo algún fetiche con las manos?

Antes también me había dado cuenta de cosas así, pero no le daba importancia ya que... emm... estaba muy bien atendida en ese sentido.

El repiquetea los dedos en la mesa y empiezo a sentir... cosas... que no debería sentir.

Dios esto de que la semana de celo esta tan cerca me hace demasiado vulnerable a Mason.

Me obligo a apartar la mirada y me cruzo con los ojos pícaros de Sophi.

La fulmino con la mirada, no sé si me gusta que me conozca tan bien.

•••

Ya estamos llegando al colegio y estoy guiando a Mason donde sería su casillero. Todos los de la manada saben el estado de Mason en este momento y tienen prohibido decirle cualquier cosa de su pasado, a no ser que quieran sufrir las consecuencias.

- Es este.

Me sonríe en agradecimiento y lo ayudo a dejar sus cosas.

- Estás cosas tenlas porque las dos primeras horas vamos a tener historia y matemáticas- le digo dándole los libro que usamos.

- ¿Tu casillero dónde queda?

- No está muy lejos, estoy en el quinto de la fila de allá- señaló la fila siguiente a la suya.

Mi mate es mi enemigo- vamapia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora