Mi mate es mi enemigo- vamapia

Capítulo 19

Flavia

- ¡Flavia!- me doy vuelta cuando un muy desesperado Jack me llama.

- Jack, ¿qué pa...

- ¿Has visto a Sophi?- su cara de preocupado me desarma.

- No, no la he visto. ¿Pasó algo?

Él mira para abajo.

- Lo arruine, no quise hacerlo, pero lo hice.

Tuerzo los labios, no vamos a negar que eso es cierto.

- Tranquilo, sé que se va a poder solucionar.

Él niega con la cabeza.

- Si la hubieras visto... yo... la hice llorar, sentí su tristeza. Yo la puse así. Y ahora no sé donde está, no sé si está bien, ni siquiera siento su aroma- suspira- Soy un idiota- dice más para si mismo que para mi.

- No vamos a negarlo, tampoco.

- ¡Dixie!

- Si la ves, le podrías decir que la estoy buscando. En serio tengo que hablar con ella, Flavia.

Asiento.

Jack me da un pequeña sonrisa y se va a seguir buscándola.

- Hay un solo lugar donde puede estar.

- Pensamos lo mismo.

Saco mi celular y le marco a Mason.

- Hola, amor, ya termino con...

- ¿Podemos dejarlo para después? Tengo que hablar con Sophi- lo interrumpo.

- ¿Está bien?- pregunta preocupado.

- Si, si, no te preocupes. Te veo más tarde, ¿okey?

- Está bien, te amo.

Sonrío. Todavía no me acostumbro a que me diga eso.

- Yo te amo más.

Corto y me dirijo al sótano.

•••

- Con que acá estás.

Apenas llego lo primero que veo es a una Sophi acostada en un puff, con los ojos hinchados.

- Era obvio que en algún momento ibas a venir.

Me siento con ella.

- ¿Qué pasó?

- Le dije a Jack, todo.

- ¿Todo?

- Todo, lo que me pasaba, lo que sentía.

Iba a preguntar qué pasó pero por como baja la cabeza ya sé que no fue nada bien.

- Ya, tranquila.

Me siento con ella y ella apoya su cabeza en mi pecho.

- Es que no lo entiendo..- solloza- Ahora ni siquiera debe estar preocupado de donde estoy.

- Ey, te equivocas, hace un rato lo vi muy angustiado y preocupado, me pregunto donde estabas. Le importas Sophi, no quieras no ver eso.

- Pero, nunca me busca.

- ¿Ya hablaron de eso?

Ella niega.

- Hablen, solucionen sus problemas. Acá abajo llorando no vas a conseguir nada.

Ella se levanta de mi pecho y se sienta.

- Tienes razón.

- Obvio que si- ruedo los ojos, haciendo que se ría y me dé un manotazo.