Capítulo 15: Dilemas de un hombre enamorado

373 62 7
                                    

Esa tarde me encontraba sentado tomando un café, Luna llevó a los niños (Los hermanos de Rosa) al cine aprovechando que su nuevo cuerpo le permitía salir de la casa, Selina terminó siendo llamada por la boticaria porque sus remedios "mágicos" le intrigaban mientras que Rosa y Carla estaban en sus respectivos trabajos.

-Que bonito se siente la paz... -Decía mientras soltaba un suspiro y miraba a través de la ventana. Mientras me sumía en mis pensamientos un hombre ya conocido entró.

-Marcos... necesito tu ayuda.

-Señor Donovan ¿Qué lo trae por aquí? -Dije al ver al hijo del duque entrar en mi tienda.

-Verá... esto es complicado de explicar.

-Dispara.

-Me planeo casar con Layla. -¿La alcaldesa?

-¿No llevan saliendo como dos semanas?

-Tres meses... no tiene que decírmelo, sé que debí proponerme antes. -Cabrón, yo llevo saliendo como un año con ellas... deben pensar que soy un monstruo...

-Sí, eres una horrible persona.

-Como sea, vengo porque necesito su ayuda.

-¿Para qué?

-Quiero casarme con ella... pero necesito que lo apruebe.

-Pues lo apruebo. -Que es fácil es este trabajo.

-Usted no, mi padre.

-¿Cual es el problema?

-No sé si te acuerdas que soy el hijo del Duque.

-El segundo, sí.

-Pues eso, mi padre no aceptará que me case con una plebeya tan fácilmente... en especial con una plebeya viuda. -Creo que entiendo su problema...

-¿Por qué todos me vienen a pedir ayuda a mí?

-Es lo que dicen las leyendas, el tendero mágico puede resolver todos tus problemas. -Necesito hablar con mi publicista.

-De cualquier forma ¿Qué esperas que haga?

-Mi padre te tiene en alta estima por solucionar todos los problemas que se presentan en el territorio, incluso a mencionado en más de una ocasión sus deseos de volverte su vasallo, por eso quiero que uses esa influencia para mediar con él. -Eso suena problemático.

-Lo haré, pero ¿Por qué me lo pides a mí? ¿No tienes un amigo que sea más cercano a tu padre? -El joven Donovan bajó la cabeza.

-Eres el único amigo que tengo en este pueblo. -Viejo eso es triste.

Una vez las chicas volvieron le conté la situación y partimos hacia la mansión de Donovan, aunque el camino era escarpado, por suerte los caballos parecen estar acostumbrados a este tipo de senderos, supongo que es lo bueno de criar caballos en tu territorio, se acostumbran al sitio. Una vez llegamos al mismo, nos encontramos una enorme mansión rodeada por un muro de ladrillos en medio del denso bosque, el interior tenía jardines ostentosos e incluso casa conjuntas para los servidores, al llegar a la puerta principal dos filas con una sirvienta cada mayordomo se presentaba para saludarnos.

-Bienvenido a casa mi señor, es un placer verlo de vuelta. -Dijo un mayordomo mayor.

-Sebastián, quiero que conozcas al tan rumoreado tendero del que mi padre siempre habla. -Dijo mientras me presentaba, el hombre me miró de arriba a abajo.

-...Sí, creo que servirá, pero debemos ponerlos a punto para su encuentro con el lord. -Tras aquello me llevaron a un cuarto aparte donde me dieron un baño, me vistieron con ropas formales y después me llevaron hasta un comedor largo, allí, los tres Donovan me esperaban (padre y ambos hijos) así como una señora en sus 40.

-Finalmente ha llegado, nuestro invitado de honor. -Dijo el jefe de familia.

-Señor Donovan le agradezco su tiempo, ahora si me permite. -Pero el hombre me cayó.

-No hace falta ser tan formal, ahora que eres mi vasallo, sería agotador que mantengas esa actitud todo el tiempo.

-Espera ¿Qué? -Entonces el mayor de los hijos habló.

-Con esto padre entonces cumplirás la petición de mi hermano ¿No es cierto? -El hombre asintió.

-Sí... aunque admito que es raro que alguien pida voluntariamente perder su título nobiliario, lo haré y además, tal y como lo prometí, tienes mi aprobación para casarte con esa plebeya. -Dijo el hombre, en ese momento el menor de los hermanos asintió.

-Le agradezco padre.

-Momento ¿Esto no fue lo que acordamos? Yo vine... -Pero entonces el mayor de los Donovan me interrumpió.

-Brunhilde, enséñale a nuestro nuevo aliado las inmediaciones y sus aposentos. -En ese momento una mujer de cabello rubio en coletas y traje de maid bastante sobrio apareció a mi lado, casi como si de un ninja se tratara.

-Sí mi señor. -Antes de que pudiera decir algo la mujer me sacó del sitio y comenzó a arrastrarme a la casa contigua...

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora