Una semana pasó desde la "reforma eclesiástica" de Raúl, por lo que me contó, le enviaron una paloma mensajera el otro día donde informaban que esto comenzaría a aplicarse en todas las iglesias de los Dioses Dragones a lo largo y ancho de los tres continentes habitados, eso me hace preguntar respecto a los chicos de la compañía Brendtan...
Esa mañana desperté en el suelo de mi cuarto, aunque siendo justos no era el único, la verdad, aunque los cuartos son grandes, es bastante difícil dormir 7 personas en una sola cama, supongo que tendré que ir al pueblo a encargar una más grande después. Durante el desayuno todos nos reunimos, puesto que era fin de semana, los hermanos de Rosa también volvieron a casa, se llevan bien con la hija de Layla lo que hace mi trabajo un poco más sencillo.
-Supongo que hoy tendremos que dividir a la fuerza de construcción ya que probablemente los guardias ayudarán a Raúl en la construcción y sus creyentes se encargarán de adaptar la primera planta, por lo que no sé si debería llevarte para que te reúnas con los soldados y preparen todo o deberías esperar aquí ya que de todas formas volverás... -Dije a Carla mientras desayunábamos.
-Como almirante de la guardia mi trabajo es escoltar al duque de estas tierras en todo momento, me ascendí a tu guardaespaldas profesional.
-¿No debería ser yo quien decida eso? -En ese momento apoyó la cabeza sobre sus manos.
-Después de lo que me pediste anoche ¿Crees que estás en posición de negarme un favor de regreso? -Es justo.
-Como sea, de todas formas tendré que ir al pueblo más tarde, definitivamente necesitamos una cama más grande. -Mencioné mientras comía.
Tras realizar el pequeño viaje en camioneta llegué al sitio, mientras todas se despedían para ir a hacer sus respectivas rutinas yo me dirigía primero al carpintero del pueblo.
-Samuel ¿Qué pasa? -El hombre me miró y se arrodilló.
-Señor, me honra su visita. -Yo arque una ceja antes de ayudarlo a levantarse.
-No hace falta ser tan formal.
-En realidad sí mi señor, recuerde que ahora es el duque de este territorio, debemos respetar las posiciones.
-No te preocupes, nadie de mis conocidos lo hace.
-Quizá porque lo conocen desde antes de ser Duque. -Eso tiene sentido.
-Como sea, el trabajo de un noble es asegurar el bienestar de un pueblo y el de los plebeyos pagar el tributo solamente así que no me debes ninguna cortesía más allá de pagar tus impuestos.
-En ese caso y si se me permite la pregunta ¿Qué lo trae por aquí?
-Necesito que me construyas una cama... una grande.
-¿Qué tanto?
-Como para que quepan 8 personas sin problemas. -Sólo por si acaso la pediré para 8.
-Tomará algo de tiempo y es un poco cara.
-Sólo di el precio.
-Haré un presupuesto para el final del día, luego le informaré.
-Perfecto, lo estaré esperando.
Tras aquello comenzamos a construir, para esto tuve que apagar la cerca eléctrica unos momentos mientras cortábamos una nueva salida de ruta, también tendrían que hacer el agujero en el muro de madera, pero eso podría esperar, mientras la división de construcción de la guardia colocaba los alambres con varillas de soporte cada 20 metros, Eduardo la retroexcavadora despejaba el camino con ayuda de Raúl, mientras que su creyentes, quien veían atónitos y algunos hasta se arrodillaban descamisados a alabar a la máquina. Los dejé hacer eso un rato, pero tenía trabajo también para ellos, así que me los llevé de inmediato, nuestro objetivo era quitar todas las cosas del primer piso, separar la cocina y el comedor para que la parte delantera se convirtiera en un mercado en forma de U compuesto por 10 habitaciones que actuaban como zonas de estanterías o mercados completos (En el caso de aldea granjero y la asociación de cultivo del primer pueblo) o una plaza de comidas con varios puestos de comida similares a pequeñas tiendas de un mercadillo, sólo que estos serían casetas fijas que se sortearían entre los postulantes, además de obviamente, mesas cuadradas. Cómo tomé el salón de bailes de la mansión para este propósito no fue muy problemático el espacio.
Para el final del día y tal como habíamos acordado, Samuel me trajo el presupuesto de lo que costaría la mega cama, aunque 1 oro (aunque se me hace raro seguir llamándolo así al descubrir que no es oro) me parecía un poco caro, tomando en cuenta la escala del proyecto era entendible.
-Lo tendré para dentro de dos semanas con suerte. -Dijo antes de volver a su taller...