Capítulo 36: Beneficios de rey.

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Pasaron cerca de tres meses desde las negociaciones, aunque admito que aún me cuesta manejar un territorio tan grande, trato de apañármelas como puedo. Por suerte, varios nobles de Shirone aceptaron servirme a cambio de mantener su posición y comencé a prepararme para recorrer cada territorio y así ver que debo mejorar en cada uno. Pero mientras preparaba eso una situación extraña ocurrió.

-Señor, viajeros acaban de llegar. -Me informó uno de los soldados de Carla.

-¿Por qué me avisan de esto? Ellos siempre llegan. -En ese momento el soldado miró a Carla y esta suspiró.

-Se refiere a que es un importante noble o persona influyente. -Realmente no me gustan estas formalidades pero supongo que es parte del trabajo.

-Esta bien, los recibiré. -Sorprendentemente, quien me visitaba no era un noble de ningún tipo, sino que un pescador... bueno, el hijo de un pescador orco y una mujer elfo.

-Es un placer estar en su presencia su majestad. -Dijo el orco mientras se arrodillaba.

-Puedes levantarte, no soy fanático de estas formalidades. -El orco y la alfo se levantaron al oír mis palabras.

-Entonces... ¿Qué es tan importante? -El hombre tomó unos momentos para respirar profundamente y responder.

-La verdad... ella es Miranda, nosotros... deseamos formar una familia.

-Entiendo... eso sigue sin explicarme nada. -En ese momento la elfo continuó al ver que su novio no parecía muy decidido.

-Escuchamos que su reino permite el matrimonio inter-raza, por lo que queríamos ver si era cierto y en cuyo caso, queríamos pedir que nos permita casarnos.

-¿Tan raro es? -Dije mientras arqueaba una ceja.

-Pensamos ir al continente de las montañas para casarnos, pero los hombres de montaña sólo permiten el matrimonio interracial entre su tribu y otras especies. 

-Sigo sin entender porque eso es tan raro. -Por suerte, Layla estaba presente para explicarme.

-Como dos razas diferentes no pueden procrear los nobles de los territorios suelen prohibir dicha práctica, además de que a causa de esto hay cierto tabú respecto a esas parejas. -Espera ¿Eso significa que aunque me corriera en Rosa no habría riesgo alguno? ¿Por qué nadie me lo dijo? Podría haberme ahorrado mucho en condones.

-Entiendo... en ese caso, hay una iglesia en el pueblo a media hora de aquí y supongo que si no son creyentes... podríamos abrir un registro civil aquí, había una habitación de la galería que aún no sabíamos para que usarla... -La pareja se miró algo sorprendida en ese momento.

-En ese caso... supongo que empezaremos con aquello... -Decían como esperando algo, por si acaso le susurré unas cosas a Layla al oído.

-Oye ¿Tengo que hacer algo más o regalarles algo por ello? -La ex-líder del pueblo se mantuvo pensativa unos momentos antes de negar con la cabeza.

-Bueno... mejor nos vamos. -Dijo el orco mientras se retiraban.

Unos días más tarde la pareja preparó su ceremonia en el pueblo, puesto que sus padres se habían negado a su unión ellos se escaparon, por lo que sólo estábamos nosotros, y el santo padre (que de santo no tiene nada si tomamos en cuenta que se la estaban chupando hasta cinco minutos antes de la ceremonia) Raúl, quien auspiciaba la ceremonia. 

-¿Prometen amarse y respetarse, en la salud y la enfermedad, la prosperidad y la pobreza aun cuando boquita pasión descienda a la B? -Sí... eso último le hice agregarlo yo.

-Sí aceptamos. -Dijeron al unísono.

-Entonces no me queda de otra que declararlos marido y mujer. -Tras la ceremonia la pareja se acercó a nosotros.

-Le agradezco por todo su majestad y me honra que viniera a tal evento.

-Tranquilo, tenía la tarde libre de todas formas.

-Supongo que ahora toca eso...

-¿Eso?

-Bueno... como rey del territorio las mujeres recién casadas deben "servirle" en su primera noche.

-Ah... ya veo, en ese caso. -Me acerqué a la elfa y con una sonrisa algo maliciosa le dije. -La escoba está en el segundo cuarto a la derecha, recuerda acostar a los tres niños a las 10 y no importa lo que te digan no puede comer chocolate después de las 8, la cocina está equipada así que tendrás que preparar algo sano, no hay excusa y si pasa algo, la paloma mensajera en mi cuarto sabe como encontrarnos.

-¿Qué? -En eso giré hacia las chicas.

-Chicas, tenemos la noche libre ¿Qué dicen de darnos una cita por la ciudad? -Todas aprobaron con alegría la propuesta.

-Yo... no entiendo... -Decía el orco, a lo que yo puse la mano en su hombro.

-El Netorare es el peor tipo de hentai. -Con eso me fui con las chicas.

-Vamos primero a ver una película, quiero ver esa del tipo que golpea vagabundos y dice "soy la venganza" -Dijo Rosa.

-Elijan la película que quieran, después de todo serán ustedes quien estarán viendo la pantalla. -Respondía con cierta malicia Luna.

-A veces creo que estás demasiado caliente.

-¿Si en vez de ir por ellas durante la película voy por ti está bien?

-Total y perfectamente...

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora