Capítulo 31: La sacerdotisa del templo dragón

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Con las preparaciones del primer pueblo completadas tocaba empezar a adaptar el primer piso y conectarlo con la ruta entre pueblos. Ese día tras despertar, nos subimos a la camioneta que compré para este propósito y puesto que Rosa, Carla y Selina aún trabaja en el pueblo las llevé mientras iba a hablar con los guardias, además, tenía que llevar un poco de gasolina a Raúl para la retroexcavadora, a nuestra travesía también se unieron Luna y Undyne (Quien aparentemente decidió quedarse a vivir con nosotros permanentemente) aunque Layla se negó, supongo que aún no está lista para ver de frente a la gente del pueblo... aunque tomando en cuenta que Renzo y Royce vuelven este fin de semana, supongo que al menos ella y su hija estarán acompañadas. Una vez en el pueblo Dejé la camioneta a un costado del borde interno del muro.

-Gracias a dios no hay ladrones de autos en este mundo. -Dije para mi mismo mientras dejaba el lugar.

-Como sea, iré a reunir a la división de construcción de los guardias. -Dijo Carla.

-Yo tengo que ir a abrir el gimnasio. -Agregó Rosa.

-Yo y Undyne iremos al cine a manosearnos en la oscuridad. -Dijo sin ninguna vergüenza Luna... yo también quería manosearlas en la oscuridad...

-Quisiera unírmeles, pero después de dejar esto en la iglesia tengo que reunirme con el líder de aldea granjero (nombre que eligieron sus habitantes para la tercera aldea) para discutir con los líderes de la asociación de granjeros y el represéntate de pueblo tendero respecto a que venderá la tercera aldea en el gran mercado. -Mientras discutíamos, una voz femenina, casi aniñada se escuchó desde mi espalda.

-Disculpe, escuché que vas a la iglesia del dragón de hierro... -Al verla nos encontramos con una joven que no aparentaba más de 13 años, de cabello rubio, piel blanca como la porcelana y y ojos azules, quien vestía una túnica como de monja blanca y azul.

-Sí pero... ¿Por qué preguntas?

-Me encargaron visitar dicho lugar ¿Podrías mostrarme el camino? -En ese momento Carla intervino.

-¿Cuanto tienes? -La chica se pareció molesta pero tras un suspiro respondió.

-Aunque la mezcla de mi sangre me haga parecer más joven, soy una adulta de 22 años. -Se quejó, en ese momento las chicas se reunieron en un círculo como discutiendo algo, sólo por curiosidad me acerqué a escucharlas.

-Es tan adorable, quiero abrazarla... -Decía Luna con una mirada sonrojada.

-Y admito que su carita de niña inocente es perfecta. -Agregó Carla.

-La verdad yo también quiero ver que expresiones hacen durante "eso". -Decía algo avergonzada Rosa. Tras unos momentos me miraron y las cinco levantaron el pulgar... momento ¿En serio quieren que lo haga con ella también? No puede con 7 ¿Qué no ven que está chiquito?

-Como sea, nosotras nos vamos a nuestro trabajo, los veremos más tarde. -Dijo Carla mientras guiñaba un ojo, tras aquello las 5 se retiraron del sitio.

-¿Qué fue eso?

-Es mejor no preguntar. -Dije mientras me encogía de hombros.

Tras aquello tomamos rumbo hacia la iglesia, por lo visto, ella era una leal sirviente de la iglesia de los Dioses dragón, por lo que la habían mandado a corroborar que las palabras del inspector eran ciertas y realmente había algo como un apóstol del dragón.

-Los dioses me entregaron el talento de sacerdotisa... dios son tan bonitos cuando se recuesta en mi regazo... digo, son seres impresionantes y benevolentes.

-Tranquila los he visto, sí son tiernos.

-¿En serio?

-Durante mi estancia en el imperio Mecha un dios dragón de sombras se subió a la tercer cuerda y me aplicó la del rey misterio.

-¿Quien?

-No importa.

Tras llegar al edificio en cuestión fuimos a hablar con Raúl, quien se encontraba... digamos que repasando las lecciones orales con la monja, cerramos la puerta y esperamos afuera. Tardó 15 minutos en atendernos y ni siquiera se había colocado bien el pantalón al recibirnos.

-¿Qué los trae por aquí? -Dijo disimulando que nada pasaba.

-¿Cómo te atreves a hacer tal acto impuro en el santuario de un dios dragón? -Dijo enojada.

-No... no lo entiende señorita... estos son los deseos de los dragones... -Dijo tratando de excusarse, en ese momento la mujer miró enojada.

-¡Eso es imposible!... Sólo por si acaso... -En ese momento se sentó en el piso y una luz comenzó a emanar de su cuerpo, tras unos momentos volvió con una cara de desconcierto. -Los dioses dragones dijeron... que su guardiana suele hacerlo con varios hombres a la vez y a ellos les gusta mirar... -Perros degenerados...

-Entonces asunto zanjado. -Dije yo.

-Aún así... ¡Si vas a hacer esos actos deben ser frente al dios dragón para que pueda ver! -No se si esto es un fetiche de los perros, de su dueña o de esta chica...

-Prometo que a partir de la próxima misa lo haré todo los días frente al gran Dragón. -Dijo mientras hacía una reverencia.

-Bien.

-Yo me voy. tengo que trabajar, por cierto, ahí te deje la "comida" del gran Dragón.

-Oh gracias. -Mientras me iba escuché a la chica decir mientras me miraba.

-¿Por qué el alimenta al Gran Dragón?

-Es su apóstol, mira, allí está su vidriera. -Dijo mientras señalaba el vidrio de colores que me representaba como un tendero con ángeles femeninos a mi alrededor, de allí solo llegué a escuchar un "¡¿Qué?!" a la distancia mientras me iba a trabajar.

Al final quedamos en que la tercera aldea se encargaría de los envasados al vacío, supongo que luego tendré que comprar bolsas ziploc para sellar al vacío... igual y hasta aprenden a hacerlas aquí. Cuando volví las chicas se enojaron un poco que no llevara a la pequeña monjita, aunque al menos Layla me apoyó en que ya éramos más que suficientes en la relación.

Al día siguiente cuando fui a llevar la otra mitad del combustible, la iglesia estaban en medio de una orgía entre todos sus feligreses adultos, aparentemente pusieron como regla que tenías que tener al menos 16 años para poder unirte a la religión... supongo que eso es bueno, Raúl me recibió sonriente, sin pantalones y con su pene metido hasta el fondo de la garganta de una aldeana.

-¡Gran apóstol! Que agradable sorpresa ¿Viene a unirse a nuestra misa de sábado?

-no gracias, ya cogí, sólo vine a dejarte esto, por cierto, en unos días empezaré a construir la ruta hacia el nuevo comercio ¿Puedo contar con Eduardo?

-Claro, el gran dragón y toda su congregación estarán felices de ayudar a los planes del gran apóstol.

-Perfecto. -Tras eso me fui, con el primer piso distribuido y en proceso de remodelación, los guardias estarían ocupados, mientras que con ayuda de la iglesia construiría las rutas para conectar y el tren camioneta...

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora