-Ahora vámonos. -Decía la diosa.
-No sé si te diste cuenta pero me exiliaron.
-Tienes que volver. -Decía aún preocupada.
-¿Por qué? -La diosa se mantenía dudando de si decía o no decir la verdad.
-Responde o no iré. -Dije enojado, tras unos momentos de duda soltó un suspiro y habló.
-Hace 10 años la jefa, dios supremo del multiverso decidió que se prohibiría la intervención mágica en este mundo, por lo que borró los recuerdos de la misma y se nos encargó que borráramos todo efecto de la magia en este mundo. Desafortunadamente, la maldición que lancé sobre la familia Donovan no se pudo revertir y si el territorio cae por su incompetencia tal como dicta la maldición la jefa me condenará a un eón de locura y muerte en el oscuro.
-¿Así que quieres que vuelva para salvar tu pellejo? Si es tan importante, sólo deshaz la maldición. -Dije algo molesto.
-No es tan fácil, la maldición fue un encargo, yo no tengo ese poder y quien la creó para mí... digamos que no nos hemos llevado bien últimamente. -Decía mientras desviaba la mirada.
-¡Esperen un momento! -Gritó Gladys, entonces fue que ambos la miramos.
-¿Qué pasa humana? -Dijo la diosa.
-Esto es demasiada información ¿No hay magia? Pero si están los dioses dragón y además ¿Qué es eso de una maldición y dioses? ¿Por qué maldecirías una familia entera? -En ese momento la diosa abrió su vestido revelando una cicatriz que bajaba todo su pecho.
-Antes era una simple espíritu del agua, una undyne para resumir, hasta que el padre del actual regente me engañó para pensar que tendríamos sexo y me arrancó el corazón... una larga historia.
-Pero ¿Qué hay de los dioses dragón?
-¿Te refieres a los perritos de la jefa? Sí, ella quería que se unieran a algo llamado WWE así que los dejó seguir interactuando con los humanos, aunque por lo visto tenerlos cerca potencia los talentos naturales. -Ok, eso es todavía más extraño.
-De cualquier forma, no puedo volver.
-Tienes que volver.
-¿Para salvar tu pellejo?
-También... pero porque ese lugar te necesita... ellas te necesitan... -En ese momento quedé en silencio unos momentos y tras aquello me di la vuelta hacia la ventana.
-Ellas deben haber seguido con sus vidas... y yo también debería...
-Ellas siguen esperándote... bueno, tiene más pinta de que decidieron quedar juntas entre ellas... pero sé que en el fondo te están esperando.
-Aunque quisiera volver, hacerlo las pondría en peligro. -En ese momento la diosa Undyne negó con el dedo.
-Si te refieres al noble lo van a ejecutar mañana.
-¿Qué? -Undyne se encogió de hombros y habló.
-Con tu partida la gente perdió su mayor fuente de ingresos, ya no había comerciantes para dormir en sus posadas, pagar sus peajes o consumir sus productos, por lo que el ducado se fue a pique, no tardó mucho que un conocido asesino extranjero confesara que el hijo mayor de la casa Donovan y actual heredero del territorio te había exiliado y bueno... digamos que la gente no se tomó muy bien la noticia.
-¿Así que esto es mi culpa?
-Es suya por no medir sus propios actos.
-¿Qué pasó después?
-La gente se negó a pagar impuestos y como las herramientas de hierro son más fuertes que las de hueso los soldados no pudieron combatir contra tecnología superior, incluso dicen que había un dragón de hierro uniéndose al conflicto. -Así que aprendió a manejarlo mientras no estaba... -Al final el duque y su familia fueron encerrados y planean ejecutarlos mientras varios mensajeros fueron enviados para entregarte el territorio con la esperanza de que regrerses.
-Yo no quiero el territorio...
-La gente no se contentará hasta que lo tengas, probablemente matarán a todos los miembros de la familia si no apareces mañana. -En ese momento me quedé pensativo, realmente ¿Valía la pena volver? Pero en ese momento Undyne agregó algo más.
-Layla y su hija fueron tomadas como parte de la familia Donovan también. -En ese momento mi corazón se saltó un latido.
-¿Ellas dos?
-Aún no las ejecutaron... pero mañana tocará su turno. -La situación era complicada, al final solté un suspiro y asentí.
-Entonces no tengo razón para dudar. -Viendo a Gladys quien aún no entendía nada sonreí.
-Les agradezco por todo y aunque me hubiera gustado despedirme de todos de forma apropiada, por favor, dales esto como muestra de mi aprecio. -Tras esto saqué desde debajo de la cama lo último que había traído de mi mundo, dos cuchillos, un hacha, un martillo y un arco profesional de cacería. -Espero que vivan una vida larga y esto igual les ayuda a ello. -Dado el paquete a Gladys quien aún seguía tratando de procesar todo me dirigí a la diosa.
-¿Nos vamos?
-Sí. -En ese momento un círculo mágico apareció a nuestros pies y desaparecimos de la habitación...