La primer noche en la mansión no pude dormir casi nada, al final sólo me quedé parado en el balcón, lo curioso es que sólo podía pensar en mi tiempo en el imperio Mecha y la verdad, me sentía frustrado, después de tanto tiempo, había empezado a reconstruir mi vida después de irme y cuando pensé que podría vivir bien y feliz otra vez, tuve que volver... lo peor, es que no puedo odiar a Undyne por ello aunque lo quisiera, después de todo, de no ser por ella ahora mismo sería sólo un vagabundo durmiendo en las vías del tren como tantos otros... pero ¿Por qué yo? Era una pregunta que no podía evitar hacerme...
A la mañana siguiente me dirigí al tercer pueblo, eran un conjunto de casas de ladrillo de barro en medio del bosque, para mi fortuna, ya estaban en el sitio Raúl con la retroexcavadora y varios soldados liderados por Chuck, el padre de Carla.
-Comenzaremos haciendo una expansión al terreno con la retro, haremos un camino largo primero para definir el ancho de los campos y mientras los soldados comenzarán a construir la reja eléctrica rodeando las casas. -Dije mientras todos se ponían manos a la obra, usando el dinero en la mansión compré varias varillas y metros de alambre para armar un perímetro mientras calculaba los metros de ancho que le tocarían a cada aldeano, por su parte Raúl despejaba el camino de árboles con la retro y el encargado del pueblo comenzaba a repartir los suministros, dando un tipo de cultivo a cada uno, la idea es que de esta forma puedan rotar los mismos para así crear un mercado interno de semillas y uno externo de verduras. El trabajo avanzó bastante rápido al punto de que para cuando era la hora del almuerzo nos tomamos un descanso y almorzamos allí todos juntos, el jefe de esta nueva aldea nos invitó a mí y a Chuck a almorzar con él, por lo que acepté.
-Aunque nuestro pueblo es humilde, espero poder satisfacer sus gustos mi señor. -Decía el hombre de montaña.
-No te preocupes, todo es perfecto. -Dijo con una sonrisa, mientras nuestro anfitrión se levantaba a buscar los platos Chuck me habló.
-Oye... lo que hiciste antes no estuvo bien. -Al escucharlo le miré con seriedad.
-No tuve opción, si me hubiera quedado ellas habrían estado en peligro... todo el pueblo puede incluso que lo hubiera estado.
-Aún así... cómo padre no puedo simplemente dejártelo pasar... le hiciste daño y eso no es algo que pueda perdonar.
-Yo tampoco puedo perdonármelo, créeme. -Dije mientras bajaba la cabeza, en ese momento el capitán de los soldados soltó un suspiro.
-Al menos habla con ella. -Tras aquellas palabras nuestro anfitrión volvió y decidimos dejar el asunto zanjado.
Al día siguiente se me pidió que fuera a buscar a los soldados para la construcción por mi cuenta, una vez allí, me encontré a Carla.
-Hola... -Dije algo apenado y con una ligera sonrisa, la muchacha me dedicó una mirada fría.
-Bienvenido Duque, imagino que viene por los soldados, ya le informaré a la unidad 7. -Dijo con una voz sin sentimientos.
-Carla espera... -Ella se volteó hacia mí.
-Si tiene otro asunto que discutir con la guardia llamaré al capitán.
-No... tengo asuntos que discutir contigo.
-Sólo soy la vice-capitana, los asuntos logísticos refieren a mi superior.
-No tiene que ver con la construcción... es sobre nosotros...
-Le ruego mantenga las trivialidades afuera y se mantenga profesional. -Tras eso se dio la vuelta para irse pero la tomé del brazo.
-Por favor Carla, habla conmigo. -En ese momento la chica se soltó y dijo con cierta rabia.
-No quiero hablar contigo... no quiero hablar con nadie.
-Sé que hice mal pero...
-Pero nos abandonaste.
-Tenía que, podrían haber lastimado al pueblo si me quedaba... podrían lastimarlas a ustedes.
-Si te preocupaba la gente ¿Por qué no sólo nos dejaste ir contigo?
-Tu vida es este pueblo, lo sé bien.
-Mi vida era donde estuvieras tú... pero ya no.
-Por favor Carla...
-¡No! -Gritó con la voz quebrada.
-Carla...
-Ya perdí mucho... perdí a la persona que más amaba cuando niña y cuando pensé que podría tener gente que querer de nuevo... simplemente te fuiste ¿Tienes una idea de lo que nos dolió a todas? Lo peor... es que ni siquiera puedo culparte, porque sé que es mi culpa, sé que cada vez que quiero a alguien lo pierdo, ya pasó con mi madre y pasó contigo... y solo puedo preguntarme... ¿Por qué el mundo se enfrasca conmigo? -Decía con los ojos vidriosos.
-Carla... -En ese momento intenté abrazarla pero ella me apartó.
-Ya aprendí mi lección... si intento querer algo el mundo se asegurará de quitármelo por eso no pienso querer nada más en esta vida, para no perder de nuevo...