Capítulo 21: Los mercenarios de la compañía Brendtan

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Mientras recorría los caminos del reino Mecha me detuve un momento para tomar algo de agua, sentado al costado del camino, saqué la botella y bebí un sorbo cuando de pronto se escuchó un rugido acompañado de un estruendo, de inmediato me levanté, no estaba dispuesto a morir de momento, mientras miraba desde donde venía el sonido, me encontré con un grupo de dos hombres y tres mujeres peleando contra lo que parecía ser un insecto gigante, era como una mantis con un ciempiés en lugar de abdomen y de 2 metros, aunque la formación era precisa, está claro que la bestia les estaba ganando terreno, el escudo de tablas de roble gruesa cedía ante las garras del monstruo. Sé que debería ignorarlos, pero simplemente no puedo dejar esta gente a su suerte, sacando mi pistola y desde unos cinco metros de la pelea, disparé un solo tiro por la espalda de la criatura, la bala le atravesó de lado a lado y este soltó un chillido mientras los mercenarios pasaban a la ofensiva, apuñalando al monstruo hasta que este cayó al suelo.

-¡Lo hicimos! -Gritó uno de los hombres, un tipo fornido con un hacha de un solo filo y armadura de cuero.

-Eso estuvo difícil, ¡aunque jamás dudé! -Dijo la muchacha que usaba una lanza, llevaba coletas rubias y armadura ligera.

-Oigan ¿Seguro que lo hicimos? -Dijo otra mujer, de cuerpo robusto, pelo marrón, corto y ondulado quien usaba un escudo pesado y maza.

-¿De qué hablas? -Dijo el del hacha, en ese momento vi que el otro tipo, un hombre de aspecto sombrío con la cara cubierta por una capucha verde me apuntaba con una flecha.

-Ese tipo nos lleva viendo desde hace un buen rato.

-Sólo quería ver cuanto tardaban en darse cuenta. -Dije mientras  me daba la vuelta y me retiraba, pero a medio camino, el tipo del hacha me detuvo.

-¿Tú fuiste el del ataque al pecho del monstruo? -Me di la vuelta y lo miré sin muchos ánimos.

-¿Acaso importa? Sólo recojan lo suyo y váyanse.

-Desafortunadamente, dañaste el corazón, es muy valioso ¿Cómo piensas compensarnos ese dinero perdido? -El tipo del hacha me empezaba a molestar así que me di la vuelta.

-Si no intervenía se morían, así que considéralo mi pago por salvarles la vida. -Aunque el tipo del hacha trató de hablar de vuelta, el del arco lo detuvo.

-Tiene razón ¡Viajero! Gracias por salvarnos ¿Puedo preguntar a donde te diriges? -Claramente no me iban a dejar en paz, así que sólo solté un suspiro y respondí.

-Sólo voy a pueblo más cercano. -El arquero sonrió bajo su máscara.

-En ese caso, deja que te acompañemos, estos caminos son peligrosos. -Creo que ya quedó claro que no los necesito para sortear estos sitios.

-Saben, puedo defenderme solo.

-¿Pero realmente quieres viajar sólo? -Al final solo solté un suspiro.

-Bueno, iré con ustedes.

-Excelente. -Tras desmantelar aquel monstruo en varias partes los mercenarios y yo comenzamos a tomar rumbo a la ciudad.

-Soy Kyle, ellos son Rudolph, Sarah, Sanya y Gladys. -Contaba el arquero mientras señalaba al tipo del hacha, la de la lanza, la del mazo y por último a una chica con armadura de cuero ligero y tenía varios cuchillos, así como pelo negro atado en coleta y la cara cubierta por una máscara que iba hasta la nariz así como una bandana en la frente.

-Aún así ¿Cómo hiciste eso? La puñalada fue limpia y tan pequeña como un dedo. -Decía la chica de la lanza.

-Digamos que tengo... ciertas herramientas especiales. -En ese momento Sanya se mostró interesada.

-¿Eres el llamado tendero mágico que se rumorea?

-Si te refieres al hombre del Ducado D... escuché que ese hombre está muerto. -Pero la tanque negó con la cabeza.

-Los rumores hablan de un nuevo mago que vaga por el mundo vendiendo comida eterna y barras capaces de recuperar la energía de uno al instante. -Supongo que los rumores viajan rápido.

-Podría decirse... -Respondí. Tras eso pudimos ver las puertas al final del camino.

-Bueno, tendero mágico o no, la realidad es que nos salvaste, si necesitas ayuda, puedes buscarnos en el gremio de Brendtan. -Dijo Kyle mientras él y sus compañeros se retiraban. Viéndolos caminar alegres y juntos no pude evitar sentir cierta nostalgia de aquellas épocas... 

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora