En ese momento crucé el umbral de la puerta con las manos temblorosas, al entrar, la tienda estaba completamente abandonada, pero el sitio pese a ello, no estaba sucio o desordenado, por el contrario, parecía una casa común y corriente, en ese momento Luna llegó desde la parte de atrás.
-Chicas ya volvie... -Al verme la chica quedó muda.
-Buenas... -Dije con una sonrisa, pero la chica bajó la mirada.
-Vete por favor...
-¿Qué?
-Dije que te fueras.
-Pero Luna... -En ese momento la muchacha golpeó el suelo con su pie.
-Ellas ya pasaron por esto, no quiero que las hagas llorar de nuevo... -En ese momento di unos pasos hacia atrás.
-Yo...
-No vengas a decir que lo sientes, porque esto es más que simplemente un error común... nos abandonaste y ahora ¿Realmente esperas que sólo te recibamos con los brazos abiertos? Por favor... sólo... vete...
-Luna...
-Sé que no estarías conmigo para siempre, soy un fantasma por lo que eventualmente morirías, incluso este cuerpo... esta muñeca de carne es inmortal, ya lo comprobé y estaba bien con ello, con disfrutar el momento... pero ellas no son yo... así que lo diré por última vez... vete o llamaré a los guardias... -Podía escuchar su voz quebrarse con cada palabra, aunque me doliera, terminé saliendo de la tienda.
Ese día me quedé en la mansión del duque, el jardín era hermoso y habían más de una docena de cuartos.
-Los hermanos de Rosa les habría encantado ese jardín... -Dije para mi mismo.
-Parece que las cosas no fueron del todo bien. -Dijo una voz femenina, al voltearme, me encontré con Layla, quien me miraba con tristeza.
-Layla...
-No te preocupes, sólo vine a recoger mis cosas, aunque me haya divorciado, no es como que pueda volver al pueblo, por eso empacaré y me iré.
-no lo hagas por favor. -En ese momento la mujer me miró confundida.
-¿Qué?
-Si quieres puedes quedarte aquí el tiempo que desees, hay varios cuartos o puedes usar la mansión del servicio, no me importa del todo... realmente me vendría bien la compañía... -En ese momento ella me abrazó y apoyó mi cabeza en su pecho.
-De haber sabido que estaba pasando... lo siento... -Dijo la mujer.
-Está bien... sólo... está bien... -Tras aquellas palabras me alejé un poco, la pequeña Sarah, la hija de Layla corría por los pasillos con cierta curiosidad al ver el lugar tan vacío.
-Debería decirle que nos quedaremos aquí un tiempo.
-Sí... -Tras aquello la diosa Undyne se acercó por el pasillo a mí.
-Parece que las cosas no fueron tan felices como esperabas.
-Sí... aunque supongo que era de esperarse...
-Sólo por si acaso, me quedaré cerca por un tiempo.
-Gracias... -Tras aquello un hombre de montaña se acercó a la puerta de la mansión, salí a recibirlo y nos sentamos en una silla del jardín.
-Enhorabuena por su ascenso mi señor.
-Gracias.
-Soy Gastón el granjero, hijo de Gomer el constructor, nieto de Gaser el tallador de piedra.
-Es un gusto, espero no le ofenda que me limite a llamarlo Gastón, yo soy Marcos el tendero, hijo de Raúl el profesor.
-Adelante, lo importante es... mi señor, el proyecto de la tercera aldea...
-Sí... lamento haber dejado el proyecto a medias.
-No se preocupe por el pasado.
-Contactaré a Raúl de la iglesia del dragón de hierro, usaremos su fuerza para despejar el terreno para los campos, en cuanto a las herramientas, de momento usaremos herramientas fabricadas en pueblo Tendero y el pueblo central venderá las semillas.
-Le agradezco, en cuanto a la separación de tierras...
-Cada aldeano residente recibirá una parcela de tierra inicial, si su producción es alta le prepararemos una expansión, los impuestos son equivalentes al 5% de la producción y es con lo que se definirá las expansiones anuales ¿Están de acuerdo?
-Nos parece perfecto mi señor.
-Muy bien, contactaré a Raúl y yo... lo siento... por todo...