Capítulo 29: Afinando detalles

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Pasó cerca de una semana desde que había comenzado a preparar el tercer pueblo, por suerte, la retroexcavadora hacía más fácil despejar el terreno, mientras los aldeanos del sitio se dividían entre los que limpiaban y los que araban el terreno, los soldados comenzaban a preparar las cercas para el pueblo, cómo seguramente tendré que extenderlas a futuro opté por hacer la cerca con al menos dos hectáreas de circunferencia, aunque durante todo este tiempo Carla siguió evitando hablar conmigo, a decir verdad, rara vez voy al pueblo hoy en día y no he parado de darle vueltas al asunto tratando de buscar una forma de al menos lograr que me perdonen, pero ahora mismo no puedo pensar sólo en ello, si quiero restaurar las cosas, necesito reabrir la tienda.

Pensando en aquello, lo primero que hice fue suministrar a la tienda de pueblo tendero, como de costumbre, ellos se quedaban con un 5% de comisión y a cambio les daba más cosas, mientras yo me quedaba otro 5% para mi persona, pero esto a su vez traía un problema, ya que la tienda se volvió distribuidor exclusivo de Mecha, los aldeanos de tendero ya no tienen una tienda de objetos, además, la nueva aldea también necesitará proveedor, pensando en aquello, opté por copiar la estrategia de Brendtan. Usando la mansión del duque como sitio, decidí adaptar el primer piso para que actúe como gran mercado, por suerte la mansión está en el centro del territorio, por lo que sólo tengo que construir caminos que lo conecten, aunque para eso hay tiempo.

-Por eso Layla ¿Podrías atender la nueva tienda? -Le comenté mientras desayunábamos los tres.

-Te ayudaré cuanto pueda, aunque después de lo que pasó... -Decía mientras desviaba la mirada, en parte la entiendo, 

-Tranquila, tú no tuviste nada que ver, fueron los Donovan, además, la gente olvida rápido.

-Ojalá sea así... -Viendo todo esto la pequeña saltó.

-¡Mamá! ¿Yo qué hago?

-Tú tienes que estudiar.

-Meh... -Dijo decepcionada.

De vuelta en la construcción, las cosas iban bastante acorde, a este ritmo tendríamos los campos listos para cultivar la próxima semana, por mi parte, me dediqué a enseñarles a los hombres de montaña sobre la rotación de cultivos y otras técnicas para recuperación de suelo.

-Disculpe. -Dijo una de las mujeres de montaña que se acercó a mí mientras discutíamos los términos con el jefe.

-¿Qué pasa?

-Usted les da granjas a todos los que busquen esposas ¿Cierto?

-Es una forma muy simplificada de lo que hago, pero... sí.

-En ese caso ¿Puedo unirme al escuadrón de trabajo?

-¿Buscas esposo?

-No, esposa. -Ante esto miré al jefe de los hombres de montaña.

-¿Su cultura lo permite?

-Mientras trabaje cualquiera es aceptado.

-Muy bien, tendrás el padrón 36, pero necesito que ayudes a limpiar y arar todo.

-Si señor. -Dijo la mujer con una sonrisa mientras se iba a trabajar.

Tres días más tarde la cerca estaba lista finalmente, como recompensa, les di a los soldados el día libre y aunque pensé que querrían unas cervezas, prefirieron bebidas carbonatadas... supongo que la novedad siempre llama la atención. Ese fui al pueblo y visité el gimnasio AMM, tomé un respiro profundo antes de entrar y encontrarme a Rosa, quien enseñaba a la gente técnicas de sumisión. Al verme esta no se sorprendió demasiado.

-Me dijeron que habías vuelto... -Dijo con un tono algo sombrío.

-¿Carla te lo mencionó? -Pero ella negó con la cabeza.

-Carla se alejó de nosotras cuando te fuiste y se ha mantenido así por meses, me lo dijo la boticaria cuando pasé por Selina.

-Ya veo...

-¿Qué viniste a hacer?

-A disculparme.

-Le agradezco.

-No tienes que fingir que no te molesta Rosa, puedes insultarme o reclamarme tanto como necesites. -Llegados a este punto, creo que ya entendí un poco las cosas, pero ella negó con la cabeza.

-Nos dejó atrás donde teníamos refugio y alimento, mientras asegure el bienestar de la manada, esta no discutirá las decisiones del alfa. 

-¿Así que no te molesta?

-¿Me lo pregunta como miembro de la manada o como mujer?

-¿Cual sería la respuesta como miembro?

-Hizo lo necesario para proteger la manada, no lo juzgo por ello.

-¿Y como mujer? -En eso ella bajó la cabeza.

-No puedo confiar en usted después de eso... aún lo respeto como alfa, pero... no sé si mi corazón pueda verlo igual... -Estaba claro que las cosas eran más jodidas de lo que podría realmente pensar, pero me negaba a dejar las cosas así, con ello en mente tomé una decisión.

-Rosa, puedo pedirte un favor.

-No hablaré con ellas para que le perdonen.

-No es eso, pero si tiene que ver con ustedes cuatro, quiero que dentro de una semana se reúnan conmigo en el jardín de la mansión del duque.

-¿Qué? No será fácil convencerlas.

-Puede que tú no confíes en mí, pero yo confío en que puedes hacerlo.

-Lo haré, sólo porque aún respeto tu posición como alfa...

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora