Capítulo 12: El segundo festival.

400 64 14
                                    

La noche previa al evento y como de costumbre no me dejaron dormir hasta las 3 de la mañana una vez terminado mi "asunto" con las chicas, decidí aprovechar el momento de paz para finalmente ir al baño, mientras daba la última sacudida y me preparaba para guardarla  me di la vuelta y me encontré con una mujer de cabello rubio y piel blanca como la porcelana envuelta en una tela blanca, efectivamente, la dios que me invocó (Y me acompañó a casa de mis padres el otro día)

-¿Se puede saber que carajos hace en mi baño? -Pregunté algo preocupado, ella tenía la vista puesta un poco más abajo. -Hey... mis ojos están aquí. -La respectiva diosa desvió la mirada y dijo con algo de vergüenza.

-Mira... la verdad venía porque el otro día... tú sabes...

-No entiendo del todo. -La cara de la diosa estaba roja como un tomate.

-Tuve una semana muy estresada y necesito "eso" -Dijo mientras señalaba a mi pene.

-Ah, ya veo... sí, eso no va a pasar. -Entonces la diosa miró molesta.

-¿Qué? ¿Por qué?

-¿Si te acuerdas que tuve que complacer a cuatro chicas antes de esto? No se levantaría aunque quisiera. -Tras pensarlo unos momentos La diosa pareció ocurrírsele una idea, en ese momento chasqueó los dedos y dijo sonriente.

-Ya está. -¡Está vivo! ¡Está vivo!

-Espera ¿Qué?

-Restauré tu energía y solo para evitar este tipo de inconvenientes en el futuro, dupliqué sus... capacidades... -Para hacer la historia corta esa noche no salí del baño hasta las 7 de la mañana, sorprendentemente tenía bastante energía, supongo que un efecto secundario de la diosa.

Tras todo un año de espera y tres semanas de preparación, finalmente estaba aquí, el Festival de las Artes Marciales. Se me encargó preparar varios stands para el día, básicamente tuve que preparar algunos juegos para este día y productos especiales, junto con las botanitas y dulces, también preparé puestos donde comprar pesas o guías alimentarias para los peleadores que quisieran volverse más fuertes, además de un pequeño stand de juegos, aunque me quemé bastante la cabeza, terminé por poner un wii (lo tuve que comprar de segunda mano) porque dudo que estén acostumbrados a los controles tradicionales, incluso conseguí una alfombra de baile para el puesto, la cosa era simple, por 10 cobres podías jugar una partida de tenis, boxeo o bolos en el wii sport o pagarte una vida en el dance dance revolution, fue sorprendentemente popular, lo que me sorprendió es que a la gente no le pareciera tan extraño.

-Recuerdo que probé algo parecido en la tienda de un tipo al otro lado del mundo, creo que se llamaba ciber o algo así, no sé, sólo recuerdo que me echó con un machete... no quiero hablar de eso.

-Tranquilo no iba a preguntar. -Así que hay más invocados... bueno tampoco es que me afecte directamente.

En el momento que el torneo dio inicio, las chicas y yo cerramos los puestos para ir a ver, aunque pensé que querrían participar, decidieron que esta vez preferían solo ver los combates, en palabras de Rosa "El trabajo de un maestro es velar por sus alumnos" por lo que dio un paso al costado esta vez, además, los vendedores de pueblo tendero fueron quienes se encargaron de vender comida durante el encuentro este año, por lo que yo me podría relajar esta vez.

Las batallas fueron un poco más igualadas este año, aunque por lo visto la versatilidad de los alumnos del gimnasio local tenían una ventaja considerable que los hizo dominar rápidamente el torneo, la final masculina se libró entre Marcos y Robert, dos de los soldados que entrenaba en el gimnasio, aunque fue una pelea cerrada, al final Robert se impuso, por cierto, aparentemente como Rosa no participó el capitán y campeón del año pasado decidió que no participaría tampoco, iniciando una extraña nueva regla para torneos posteriores. La división femenina casi no tenía peleadoras locales, aunque al final fue ganada por una mujer de la tribu de montaña que residía desde el año pasado aquí.

Tras aquello el festival continuó, para la noche incluso movimos el equipo de música que había instalado en el bar y preparamos una barra exterior para comenzar la fiesta pos-premiación, por suerte para todos, el día terminó sin incidentes... si descontamos las peleas de borrachos...

Mi gran mercado en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora