Capitulo 46. La vuelta

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Narra Marco
Mis vacaciones en Mykonos llegaron ayer a su fin. Tanto yo como el resto de peligrosos podemos decir que hemos tenido tiempo para descansar y hacer absolutamente nada. Sin embargo, por mucho descanso mis amigos no han parado de reírse de mí y siempre por el mismo motivo: Carol. Me enseñaban sus historias de instagram, hacían incapié cuando decían "amigo" y se reían cuando me quedaba embobado mirando a la nada, incluso cuando la rubia no aparecía en mi pensamiento.
Todos se quedaron ayer en Madrid para hoy acompañarme a nuestro primer entrenamiento y mañana temprano se irán. Al primero que vemos al llegar a Valdebebas es a Isco, que nos saluda alegremente. Pasamos todos juntos y el malagueño nos dijo que él iría primero al campo de los bailarines porque allí ya estaba Lucas.
Ellos ya estaban entrenando. Tienen horarios bastante distintos a los nuestros, siempre antes o un poco después.
Cuando llegamos, ya están bailando con pintas de llevar haciéndolo un buen rato. Carol está en el centro y todo el grupo se mueve al mismo tiempo, hasta casi con los mismos gestos.
-Hoy voy a intentar hablar con ella. -les digo a los chicos sin mirarles, con mi mirada en el campo de los bailarines. Bertto me dio una palmada en el hombro y Brandon asintió.
-Es lo que debes hacer, bro. -dijo Javi y yo asentí también.

Antes de que el entrenamiento de baile acabara, empezó el nuestro. Aún faltaban compañeros que se incorporarían en los próximos días pero, aún así, el entrenamiento fue duro. A los ejercicios explosivos había que sumarles el calor de la capital madrileña para formar una mañana horrorosa. Debíamos llegar en buena forma a la pretemporada, así que teníamos que trabajar duro.
-¡Nacho! -grité cuando vi al de Alcalá salir del vestuario. Él se giró y esperó a que me pusiera a su altura.- ¿Has visto a Carol? Quiero hablar con ella.
-Pues la verdad es que no, Chencho. Supongo que se habrá ido, ellos han terminado hace ya un buen rato. -me contestó él. Me dio una palmada en la espalda y se despidió para irse. Yo chasqueé la lengua, otra vez me quedaba sin hablar con Carolina.
No seguí buscando, pues Nacho llevaría razón y la rubia se iría a su casa al terminar su trabajo. Los peligrosos y yo nos fuimos para prepararnos ya que, al igual que la mayor parte de días que ellos vienen a verme a Madrid, y más aún si ya es su último día, vamos a cenar fuera.

El restaurante de mi amigo Marcos Llorente, Bombastic, fue en el que cenamos esa noche. Desde que Marcos y Paddy fueron a Mallorca, los peligrosos mantienen una muy buena relación con la pareja, así que hemos venido aquí a cenar todos juntos para ya despedirnos. Paddy ya estaba en una mesa cuando llegamos al restaurante, casi al fondo.
-Luego somos las mujeres las que tardamos. -dijo Paddy con una sonrisa a modo de saludo cuando llegamos a la mesa.
-Es que el abuelo es como una mujer. -dijo Bertto y todos reímos.
-Por algo soy el guapo del grupo. -contesté yo.
Marcos llegó algo más tarde ya que estuvo recibiendo a sus clientes y cuando se sentó, pedimos para cenar.
-¿Y qué tal por Mallorca? -dijo Marcos.- A ver si buscamos un hueco y vamos por allí otra vez.
-Pues eso, que se está mejor en la isla que en la capital. -dijo mi hermano y yo asentí.
-Yo intentaré ir dentro de dos semanas, aunque sea un par de días. -dije yo y Paddy sonrió.
-¿Tú solo? -me preguntó y yo asentí.
-Si te quieres apuntar... eres bienvenida, porque voy más solo que la una. -comenté yo y después me llevé mi copa de cerveza a los labios.
-Pues te prometo que miraré la agenda para irme, avisado quedas. -me contestó ella y yo asentí sonriendo.

Casi nada más terminar los postres, Marcos se levantó y se acercó a una mesa.
-Carolina Díaz va a cantar. -dijo Paddy informándonos de que Marcos se ha acercado a su mesa para avisarla, y yo tosí tras casi atragantarme con el agua que estaba bebiendo.
-¿Carol está aquí? -preguntó Brandon y Paddy asintió, señalándonos la mesa de la rubia con la cabeza. Allí estaba Marcos y Carol sonriendo, acompañada por varias personas que no supe distinguir.- Pues mira, abuelo, al final sí que la vas a ver.
-Pero no voy a hablar con ella aquí, ¿no? -preguntó dudoso y vi a mi hermano encogerse de hombros.
-Depende de la prisa que te corra. No sé, Marco, como tú veas. -añadió Bertto y yo suspiré.
Después de unos minutos más, Marcos volvió a nuestra mesa y Carol subió a una pequeña plataforma que Marcos tiene en el local a modo de escenario.
-Buenos noches a todos, para quien no me conozca soy Carolina Díaz. Hoy tengo el placer de poder cantar en esta maravilla de restaurante de mi amigo. Muchas gracias por dejarme actuar aquí, Marcos, espero que les guste. -dijo Carol presentándose.
Amenizó la noche, que a partir de ese momento dejó de ser cena para convertirse en una velada animada. Cantó varias canciones, como Vas a quedarte, Con la miel en los labios, + o Nada sale mal.
Cuando terminó de cantar, Marcos subió junto a ella para agradecerle su actuación y ambos bajaron. El propio restaurante puso música por los altavoces para no romper el ambiente del local y la rubia se volvió a su mesa.
-Marco, se te va a caer la baba al suelo. -me dijo Marcos llamándome la atención y yo negué con la cabeza.
-No sé si hablar con ella. ¿Me habrá visto? -pregunté casi sin darme cuenta.
-Claro que te ha visto, no está ciega y ha mirado varias veces hacia aquí. -dijo Javi.
-¿Pero tan importante es eso que tienes que hablar con ella? -preguntó Marcos y yo no supe qué contestar.- ¿O es que la has cagado mucho?
-¿Cuándo no? -contesté yo y todos rieron.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2022 ⏰

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