Capitulo 8. Volver al Real Madrid

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Tal y como les dije ayer a los chicos, hoy tengo una rueda de prensa para comunicar mi vuelta al equipo blanco. En estos dos años habré cambiado, no mucho, pero es obvio que algo si. Sin embargo, mi amor por dormir no ha cambiado absolutamente nada. Por lo que, dormida y como si fuera un zombie de una película de miedo, me visto y me aseo para bajar a sala de prensa de la ciudad deportiva. Me he puesto un pantalón negro, una camisa blanca y una americana de cuadros. Me puse las converse blancas de plataforma y me planché el pelo (ya sabéis que realmente, mi pelo es ondulado). Quería ir arreglada pero informal, de ahí las converse con la americana y la camisa. Bajé hasta la puerta de la sala donde ya estaban varios periodistas. Repasé algunas cosas con el colaborador madridista de reuniones y ruedas de prensa para saber cómo iba todo. Los periodistas no saben sobre qué va a ir ni quién va a aparecer. Aunque haya estado con el colaborador, no os penséis que lo que digo o voy a decir está estudiado y revisado por terceras personas; yo digo lo que creo que tengo que decir y cómo lo tengo que decir. Me muestro transparente, tal y como soy.
Al entrar en la sala, todos los periodistas y trabajadores del mundo de las comunicaciones dijeron diversas exclamaciones al ver mi presencia. Estaba más que claro que esto era lo último que se esperaban pero aún así la sorpresa ha sido positiva y todos ellos me reciben con sonrisas sinceras y acogedoras. Me siento en la misma silla desde la que anuncie mi partida y Florentino, como el último día que estuve aquí, también está a mi lado. Esta vez, con una sonrisa alegre por tenerme de vuelta. Yo les devolví la sonrisa a todos ellos y me aclaré la voz bebiendo de mi vaso de agua.
-Buenos días a todos. -comencé diciendo.- Me alegra estar aquí dos años después para comunicar mi vuelta al equipo blanco. Llegué ayer mismo y, tal y como os dije cuando me llamaron para irme a Los Angeles, sabía que eso no iba a ser un adiós sino un hasta luego porque he vuelto para quedarme. Estoy muy contenta y muy emocionada por volver a estar en Madrid y volver a entrenar en Valdebebas. También de poder estar con mis compañeros y amigos y estoy deseando de poder volver a entrenar en la ciudad deportiva y volver a lucir mi querido brazalete de capitana. Espero volver a llevar al equipo a lo máximo y conseguir muchas cosas juntos. Todo esto es gracias al equipo, al madridismo y sobre todo a nuestro presidente, al que le quiero dar las gracias también públicamente porque estoy aquí por él y me ha abierto las puertas a cumplir todos y cada uno de mis sueños. Florentino -dije girándome para mirarle a él.- nunca voy a tener las palabras adecuadas ni te voy a decir suficientemente veces gracias por haber cambiado mi vida. Muchas gracias, presi. Y bueno, también espero estar al nivel en el que debo estar y que cada vez que a vosotros -dije, ahora refiriéndome a los periodistas.- os vea sea para anunciar cosas bonitas y celebrar muchos más títulos.
-Ahora es el momento de las preguntas, por favor. -dijo el colaborador. Sí, con el que había estado hablando antes. Los periodistas, que habían estado apuntando las preguntas para hacerme mientras yo hablaba, ahora levantaban la mano esperando que el colaborador les diera paso para preguntarme.
-¿Casualidad o coincidencia que hayas vuelto el mismo día que, hace dos años, ganasteis el European dance competition? Gracias, Carolina. -me dijo una periodista y yo miré a Florentino, que estaba a mi derecha y luego a Butragueño, en la izquierda. Los dos asintieron sonriendo indicándome que los datos eran ciertos y yo sonreí emocionada.
-Gracias a ti. Pues no, para nada. -dije riendo.- Me acabo de enterar, si os soy sincera. Cosa del destino, supongo.
-Antes de que se oiga repetidas veces esta pregunta, como suele ocurrir cuando alguien vuelve a un equipo, ¿sientes que volver al Real Madrid es dar un paso hacia atrás? -me preguntó un periodista.
-Hola, pues no, para nada. Yo tenía muy claro que quería volver y que lo iba a hacer. Es mi casa y estoy encantada de estar aquí. No he vuelto con el rabo entre las piernas por no tener trabajo ni mucho menos, al revés, tengo demasiado trabajo, pero estar aquí lo compensa todo. Si he vuelto es por que yo he querido porque sino perfectamente me podía haber quedado en Estados Unidos. Creo que nadie respondería que volver al Real Madrid o a un equipo tan grande como este es dar un paso atrás. Yo siempre lo he dicho, lo digo y siempre lo diré, el Real Madrid me ha cambiado la vida y lo ha hecho a mejor, así que para mí volver a estar aquí no es retroceder ni mucho menos. -terminé de contestar sonriendo y dieron paso a más preguntas sobre la relación con mis compañeros, si se ha enfriado la relación con todos ellos, si pienso volver a Los Angeles o si me quedaré en Madrid permanentemente y una decena mínimo de más preguntas. Después, Florentino y yo nos hicimos la típica foto de "fichaje" con una camiseta de la equipacion del equipo de baile con "Carolina Díaz" a la espalda. Sonreímos con sinceridad y después, nos separamos para que cada uno pudiera hacer sus tareas. El presidente se fue a su despacho y yo subí a quitarme esta ropa para ponerme ropa de deporte. Ahora, mientras que el resto de mis compañeros entrenaban como lo habían hecho hasta ayer, a mí me harán las pruebas físicas para ver cómo he vuelto de America. Así, a la vez, como el gimnasio tiene una gran cristalera que da a los campos de entreno, podré ver cómo entrenan.
-Buenos días, Carol. -me dijo Carlos, el personal de cuerpo técnico que me evaluará hoy.
-Buenos días, Carlos. ¿Que tal todo? -le dije. Ya sabía cómo iba esto de hace dos años, así que me quite la camiseta quedándome en sujetador negro para que me pudieran conectar los parches para ver en una pantalla aparte cómo reaccionaba mi cuerpo a los ejercicios.
-Bien, todo bien. Vero está embarazada. -me dijo sonriendo contento. Vero es su mujer, la conozco de, otra vez me repito, hace dos años.- Cómo se nota que ya sabes cómo va esto. -añadió ya que me quité la camiseta antes de que el me lo dijera.
-Me alegro mucho por vosotros, vais a ser unos papis increíbles. -le dije sonriendo con sinceridad, me alegraba mucho por ellos. Mientras, él estaba conectándome los parches con los cables que terminan en el aparato. Primero me subí en la máquina de correr a un ritmo bastante bajo, aunque iba subiendo gradualmente. Oía la música de los chicos, así que no hizo falta que pusiera la mía para animarme.
-¿Qué, Carol? ¿Aquí poniéndote un poco en forma? -me dijo gracioso Nacho y yo rodé los ojos como respuesta.
-Venga Carol, aguanta un poco más. -me dijo Carlos. No estaba demasiado cansada, he vuelto de Los Angeles con mejor condición física.
-Sube un poco si quieres. -le dije refiriéndome a la intensidad y él me miró para asegurarse de que lo había dicho yo. Asentí y subió más la intensidad de la cinta de correr.

Narra Marco
Estábamos pasando por el gimnasio cuando nos encontramos a Carol en una cinta de correr en sujetador, le estaban haciendo las pruebas físicas. Nacho le dijo un comentario gracioso pero ella se limitó a poner los ojos en blanco. Decidimos quedarnos allí un poco más de tiempo ya que habíamos llegado antes y, para esperar en el campo, esperábamos aquí dentro.
-Sube un poco si quieres. -le dijo la rubia a Carlos y le hizo caso. Carol aguantó perfectamente a esta intensidad y os aseguro de que no era baja, todo lo contrario. Cundo terminó con la resistencia en la cinta, le quitaron los parches de esa máquina y le pusieron los de otra.
-Mucho os reís pero esta de aquí está tan en forma como muchos de vosotros. -nos dijo Carlos y nosotros nos miramos alucinados. Carol simplemente se limitó a reír acomodándose en la esterilla dispuesta a hacer los ejercicios de fuerza que ahora le tocaban.
-Pero es que ella tiene música. -dije y Carol levantó lentamente su tronco como si fuera una momia saliendo de un sarcófago y mirándome con una ceja levantada. Yo me limité a reír y ella se volvió a tumbar riendo. Nosotros no pudimos quedarnos más tiempo y salimos.
-Está buena eh. -comentó Vinicius con su acento brasileño. Él, entre otros muchos que habían llegado al equipo, no la conocía y si a eso le sumamos que es un chavalin, no me sorprende su comentario, pero sí me molesta. A mí y a todos los que la conocemos de más tiempo. Todos le miramos rápidamente y con caras de pocos amigos. Marcelo pasó por su lado y le dio una sonora colleja.
-Con mi Carol no, no. -le dijo el brasileño. A ver, que nos haya sentado mal por el cariño que le tenemos es normal, pero razón tiene. Carol nunca ha estado nada mal y siempre ha sido muy guapa, pero ahora, que con el paso del tiempo ha perdido sus facciones más infantiles por unas más definidas y marcadas, que está mucho más en forma y que se nota que ha entrenado bastante (no está cuadrada, pero por lo que hemos podido ver en el gimnasio, tiene el abdomen definido sin llegar a tenerlo marcado, el pecho lo tiene firme y digamos que las mallas mostraban perfectamente la curva de la cintura al culo), está mucho más guapa que antes.

Fuimos al comedor después de terminar el entrenamiento de por la mañana y ya estábamos sentados en nuestros respectivos sitios cuando Carol apareció riendo acompañada de Zidane y Benzema por la puerta. ¿Os acordáis del "silencio" del que os hablaba hace un tiempo, cuando Carol se marchó? Pues siento, y creo que todos al igual que yo, que ese silencio ya se ha esfumado.
-J'ai oublié le français depuis si longtemps, me vous moquez pas de moi, ce n'est pas juste. -dijo la rubia en francés. Al parecer era algo gracioso porque los franceses se estaban desternillando y Carol riendo mientras hablaba. (He olvidado el francés después de tanto tiempo, no os reíais de mí, no es justo). Después, entre risas, cada uno se dirigió a su mesa y se sentaron.- ¿Se sienta alguien aquí? -preguntó la rubia refiriéndose a la silla en la que se sentaba antes de irse, es decir, presidiendo la mesa, y todos sus compañeros que ya estaban sentados negaron.
-Hombre, Carolina, si has vuelto. -dijo Odriozola cuando Carol se levantó a dejar su plato en la barra donde nos sirven la comida. Como ella estaba de espaldas, él se quedó mirándole el culo de una forma muy asquerosa. Mi odio hacia él no ha disminuido ni una décima, solo hace más que crecer y crecer.
-Hola, Odriozola. -le contestó ella seria girándose para verle.
-Ya sabes que cuando quieras me puedes llamar, tendré la línea libre para contestarte corriendo. -le dijo y mi sangre empezó a hervir. Ella le miró con una ceja levantada, pero no como lo había hecho en el gimnasio hacia mí, sino expresando algo tipo "¿de que vas?".
-Me alegra saber que mi memoria está perfectamente, te recordaba a la perfección. Pero vamos, para que no se te suba el ego te diré que te he pensado poco y que, cuando lo he hecho, no he tenido muy buenos recuerdos.
-¿En esos malos recuerdos también aparecía Asensio? -le dijo.
-Me lo reservaré para mí. Adiós, Alvarito. -le dijo la bailarina dejando al jugador, tristemente también compañero mío, allí plantado mientras que ella volvió a su mesa.

Cuando salimos de nuevo al campo, los chicos de baile empezaron a cantar de uno en uno encima del escenario. Habían llegado nuevos bailarines desde que Carolina se fue de Madrid y muchos de ellos sabían cantar. Por último, fue la rubia la que se subió al escenario y cogió un micrófono. Por los altavoces se empezó a escuchar una de las canciones de la banda sonora de la película El gran showman y ella empezó a cantar This is me. Con el primer verso se me puso la piel de gallina al oírla cantar. Canta con una sensibilidad, un amor y una emoción que es indescriptible. Nacho se pasó un dedo por el brazo queriéndonos enseñar sus pelos, tal y como estaban los míos. El último estribillo de la canción, donde Carol bajaba el tono y la intensidad cantando con más tranquilidad fue de lo más emocionante que mis oídos han oído por una canción y luego la fuerza con la que rompió un segundo más tarde hizo que todos, absolutamente todos, termináramos aplaudiéndole hasta sentir picor en nuestras manos.
Por fin el silencio se había roto del todo, desapareciendo de la ciudad deportiva y volviendo a ella lo que fue hace dos años y se perdió con un vuelo a Los Angeles. Ha vuelto Carolina Díaz.

2a temporada {El mejor error de mi vida} Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora