Capitulo 42. Bilbao

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Ayer, cuando llegamos, no hicimos más que dejar la maletas en el hotel, visitar el escenario del pre campeonato y volver al hotel para cenar y dormir. Hoy la competición empieza desde bien pronto, puesto que somos muchos equipos y las tres pruebas tienen que hacerse hoy, es decir, solo, coreografía grupal y coreografía final.
Cuando suena la alarma de mi móvil son las 5 de la mañana. El resto de mis compañeros no tienen por qué levantarse tan temprano ya que su preparación empieza incluso después de que yo haya actuado, pero yo a las 5 y media ya tengo que estar arreglándome. En esta media hora me ducho y desayuno algo rápido, un zumo que compré ayer en un súper y un croissant que también compré ayer. Después, sin tener prisa pero sin pausa, saqué el traje de esta prueba de su funda y lo dejé colgado con su percha. Después empecé a maquillarme y peinarme. No tenía mucha complicación pero yo no estoy acostumbrada, por lo que me llevó algo más de tiempo de lo normal (por ese motivo también me desperté tan pronto, para no tener que ir corriendo). Cuando estuvimos pensando en el vestuario de las actuaciones, conforme a lo que a cada coreografía le pegaba, decidimos que mi pelo caería suelto por mi espalda con ondas semimarcadas (es decir, no tirabuzones pero tampoco ondas desenfadadas) y un maquillaje sencillo para contrastar con la purpurina dorada que pondría al lado de mis ojos.
Estaba nerviosa, para qué engañarnos. Seguía en pie eso de "si perdemos el Campeonato de España yo misma romperé mi contrato" y no paraba de repetirse en mi cabeza. Sabía que éramos capaces de ganar y volver a alzar un título, pero también creía que ganaríamos aquella competición de la comunidad de Madrid y no fue así. Sin quererlo, cada vez que pensaba en que mi contrato estaba colgado con pinzas, pensaba también en todos los momentos de mi carrera en el Real Madrid. Cuando me fui a Los Angeles lo hice por una razón de peso y sabiendo que, de alguna manera o de otra, tarde o temprano, volvería al club, pero ahora, si me voy, es porque no seré lo que el equipo necesita y será un adiós.

Unos cuantos golpes de nudillos en la puerta de mi habitación hizo que saliera de mis pensamientos y también que mi eyeliner acabara por toda mi cara y no solo por el ojo. Tras mirar el desastre que me había hecho en el ojo en el espejo y dejar el lápiz de ojos en la mesa, fui a abrir la puerta. Dani estaba detrás de ella.
-Venía a ver qué tal ibas pero mejor no pregunto. -dijo al ver mi cara.
-Buenos días a ti también. -dije echándome a un lado para que pasara a la habitación y después, cerrar la puerta.
-"Eye-liner" significa línea de los ojos, Carol. No entiendo esa raya por toda la cara, no pega con el look. -me dijo él mirándome como si fuera tonta.
-Vete a la mierda. Y vete callado, que si no me desconcentro y ya debería haber terminado con esta mierda. -le contesté volviendo a mi silla frente al espejo para intentar arreglar mi cara.
-Tranquilízate, te has levantado 3 horas antes de tu actuación y el campeonato ni siquiera ha empezado. Tienes tiempo de sobra. De hecho creo que te da tiempo a hacerte 10 desastres más como ese. -me dijo y yo me giré para mirarle mal, bastante mal la verdad, a lo que él respondió riendo.

El campeonato comenzaba a las 7 y media, pero mi actuación, que era después de muchos bailarines y bailarinas solistas, era sobre las 8 y veinte. Estaba nerviosa, la verdad. Tanto que me dirigí a la pista del campeonato antes de que empezara y aguanté todas las actuaciones de mis compañeros de otros equipos hasta que me tocó a mí. Dani también se vino conmigo, así que me vio bailar.

Justo antes de salir a la pista pude ver a tres compañeros del equipo que habían madrugado para venir a verme.
Cuando empecé a bailar, como siempre me pasa, mis nervios desaparecieron y me centré en disfrutar e intentar hacer perfecto todos y cada uno de los movimientos, pues nos estábamos jugando mucho. Al terminar, y después de agradecer los aplausos del público que había, todos los bailarines del equipo que estábamos nos marchamos de nuevo al hotel para desayunar (en mi caso, volver a hacerlo) y ponernos a ensayar la siguiente actuación: la del resto del equipo.
Muchas veces pensé en mirar el móvil, sobre todo para saber si tenía alguna notificación de Marco o de algún miembro del club, pero al final decidí dejarlo para esta noche, cuando el campeonato haya terminado, y así no saber ni opiniones ni nada que me pueda hacerme venir abajo porque, obviamente, a todo el mundo no le gusto y no le gusta como bailo.

2a temporada {El mejor error de mi vida} Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora