Narra Marco
Estamos descansando en Valdebebas. Hoy jugamos contra el Atlético de Madrid y nos concentramos en nuestra ciudad deportiva. Todas las habitaciones dan a distintas partes de todas las instalaciones y las nuestras, de los jugadores de fútbol de primera división, dan a los campos de entrenamiento.
Me levanto de mi cama, en la que estaba tumbado mirando el techo con los brazos en jarra dejando las manos apoyadas en la parte trasera de mi cabeza, y miro por mi ventana para encontrarme a Carol bailando y cantando. Está trabajando muy duro para su gira. De hecho, no sabía que un solo concierto llevara tanto tiempo y trabajo detrás. Se lo deja todo cada día en cada uno de los entrenamientos e intenta llevarlo todo a la perfección. Me quedo un rato mirándola porque aún, después de tanto tiempo, no soy capaz de poder quitar la mirada de ella una vez que ya la he mirado. Tampoco sé si quiero que eso cambie. Después de un rato, giro sobre mis talones para dar varias vueltas por la habitación, pensando. Con ella todo era tan perfecto... y yo lo jodí. Me ha perdonado, ya no me ve con los mismos ojos.
Rebusco en uno de los cajones de los pocos muebles que hay aquí, un escritorio con unos cajones en los que, si no recuerdo mal, si nadie lo ha quitado, tiene que estar un amuleto, un collar que Carol me dio cuando aún estábamos juntos y que recuerdo llevar encima toda la concentración antes de un partido. Lo cojo con fuerza, cerrando el puño pensando en el momento en el que me lo dio.
{Flashback}
-¿Qué es esto? -le pregunté a la rubia cuando vi un collar encima de mi bolsa de deporte, que descansaba sobre mi cama.
-Un collar. -me dijo ella riendo y yo subí la ceja también riendo. Estaba apoyada en el marco de la puerta.- Era de mi padre. Siempre ha sido mi amuleto, siempre me ha traído muy buena suerte.
-¿Y por qué me lo das a mí? -le dije yo con el collar en la mano.
-Sé que estás nervioso por el clásico. No necesitas suerte, pero así sientes un poquito de mi amor en el campo contigo, aunque no puedas llevarlo durante el partido. -me dijo acercándose a mí.
-Siempre siento tu amor en el campo, rubia. -le dije sonriendo.- No puedo aceptarlo.
-Claro que puedes, lo vas a hacer. -me dijo rodeándome la cintura con sus brazos y apoyando su cabeza en mi pecho. Yo le rodeé y le di un beso en la cabeza.- Hazlo por mí, me encantaría que estuviera contigo. Mi suerte apareció el día que te conocí.
-No te puedo querer más, es imposible. -le dije con mis manos en sus mejillas, haciendo que me mirara. Con su última aportación me había dado un vuelco el corazón y quería ver su cara. Me acerqué a ella y le robé un beso antes de irme al aeropuerto para coger el vuelo a Barcelona.
{Flashback}
Volví a la cama, a mirar el techo pensando y concentrándome para el derbi madrileño que tengo en, aproximadamente, una hora, pero esta vez con mi collar favorito entre mis manos.📍En el derbi, Santiago Bernabéu.
El partido estaba yendo bastante bien a nuestro favor. No dejábamos huecos y estábamos defendiendo muy bien, dificultando el ataque rojiblanco. Nuestra delantera, en cambio, está arriesgando y, afortunadamente, el partido nos sonríe. 2-0 mostraba el marcador, con goles de Kroos y Vinicius. Los jugadores colchoneros intentaban una y otra vez entrar en nuestro área, terminando haciendo falta a Ramos por parte de João Félix. Nuestro capitán cayó al suelo del campo de juego dolorido. Se llevó las manos a su tobillo derecho y después a su gemelo. Rápidamente nuestro médicos entraron en el campo y se lo llevaron en camilla, ya que no podía andar. Estuvimos 10 minutos con un hombre menos en el equipo ya que nadie se lo esperaba, mucho menos Zidane, y Militão tenía que calentar. Aún así, los de Simeone no pudieron conseguir ningún gol y los 3 puntos no los llevamos nosotros, aunque nos había costado una baja muy importante.
Salimos del vestuario con un sabor agridulce. Los tres puntos saben a gloria y más si son contra un equipo como el rojiblanco. En esta temporada el Real Madrid está sufriendo. Nos está costando mucho conseguir ganar partidos, competiciones y títulos en general, da igual si hablamos de fútbol, baloncesto o baile. Al salir, veo a Carol con Marco (hijo de Ramos y Pilar) en brazos y con Sergio Jr agarrado de su mano.
-Marco. -me dijo suspirando al verme.- ¿Sabes si le queda mucho a Nacho?
-Pues no sé, ha sido de los últimos en entrar a la ducha. -dije mirando para atrás, como si viera el interior del vestuario.- ¿Que tal está Sergio?
-Todavía no sé nada. Pilar se ha ido corriendo y quería llamar a sus padres, pero le he dicho que no se preocupara, que yo me quedaba con los niños.
-Viniste con ella, ¿verdad? -pregunté y ella asintió.- ¿Te llevo a casa?
-Mi idea era llevarles al centro comercial, que jueguen en un parque de bolas, llevarles al cine y luego cenar. -me contestó.- Pero no, no te preocupes, Marco. Tendrás cosas que hacer y a lo mejor a Sandra no le apetece dar vueltas.
-No se me ocurre ningún plan mejor y Sandra no ha querido venir, está enfadada. -dije agachándome para coger a Sergio en brazos. Ella sonrió.- ¿Han dejado las sillas para el coche?
-Sí, Pilar las ha dejado en la plaza de Sergio del parking.
-Entonces vamos. Tenemos una película que ver y a unos niños que cansar. -dije sonriéndole a Sergio y haciéndole cosquillas en la tripa. Llegamos a mi coche y entre Carol y yo conseguimos colocar bien las sillitas de los niños y montarles a ellos. Ella se puso de copiloto mientras que yo conducía. Salí del estadio y puse camino al centro comercial más cercano a nuestras casas.
-¿Estás seguro de que no tienes nada que hacer? Si no te apetece puedes dejarme en mi casa y allí ya cojo el coche. -me dijo.
-¿Y tú estás segura de que quieres que vaya con vosotros? Porque no te veo muy convencida. -dije riendo, haciendo que ella también lo hiciera.
-Pues claro que quiero que vengas, tonto. Lo decía por ti, porque estarás cansado.
-Oh vamos, para una película con Marco, Sergio y Carolina Díaz nunca estaría cansado. -le dije mientras que cogía una rotonda y vi como sonreía de reojo. El resto del camino pasó con una charla en la que debatíamos qué película ir a ver y Playmobil: La película fue la ganadora. Sergio y Marco estaban muy contentos y sobre todo muy emocionados. En cambio, Carol y yo, aunque estábamos muy contentos de estar con ellos y verles así de felices, no teníamos ni una pizca de ganas de ver esa película, cosa que creo que es totalmente entendible.
-¿Primero cine o parque de bolas? -preguntó la rubia, que iba de la mano de Sergio. Este a su vez iba de la mano con su hermano, que me la daba a mí. De esta forma íbamos los cuatros unidos quedando Carolina y yo en los extremos.
-Yo creo que es mejor el cine, porque si no luego van a estar revolucionados toda la película. -le contesté yo y ella asintió dándome la razón.
-Yo también creo que mejor la peli primero. -dijo Sergio de mi parte y nosotros reímos.
Carol se encargó de hacer cola para comprar las bebidas y palomitas mientras que yo llevaba a Sergio y Marco al baño para que así no tuvieran que salir en mitad de la película. Cuando salimos, Carol ya estaba esperando a que le sirvieran lo pedido y yo le ayudé a cogerlo. Nos dirigimos a la sala 5, donde echarían nuestra película y subimos hasta nuestros asientos. Cogimos un alzador para Marco para que pudiera ver bien la película. Para Sergio no porque ya es lo suficientemente mayor como para no necesitarlo. Carol se quedó en el interior de las filas mientras que yo me quedé en el lado más cercano a las escaleras.
-La mejor película que he visto en mi vida con diferencia. -le dije a la rubia una vez que dejamos a los niños en el parque de bolas que había en el centro comercial. Nosotros íbamos a dar una vuelta por el edificio.
-Totalmente. -me dijo ella riendo mientras miraba su móvil y movía sus dedos escribiendo un mensaje. Después dejó de escribir, apagó su teléfono y lo guardo. Se giró hacia mí y añadió.- Perdón, era Pilar. Sergio está bien. Al final solo se ha quedado en un pequeño esguince en el tobillo, en un par de semanas estará bien.
-No te preocupes. -le dije yo sonriendo quitándole importancia.- Me alegro mucho.
-¿Dónde vamos? -me preguntó con una sonrisa en la cara y yo subí los hombros.- ¿Shopping?
-¿De verdad? -dije y ella asintió sonriendo.- Bueno, pero porque eres tú eh.
-Pero si te encanta. -me dijo y esta vez asentí yo.- Soy tu mejor personal shopper y lo sabes.
-Nunca he tenido dudas.
Estuvimos durante un buen rato entrando y saliendo de tiendas y al final los dos terminamos comprando. No hubo ningún momento de silencio ya que o hablábamos o eran nuestras risas las que llenaban el silencio. En un espejo de El Corte Inglés saqué mi móvil y los dos nos hicimos una foto que más tarde subí a las historias de instagram.
-¿Vamos a por los niños y cenamos? -me dijo Carol y yo acepté.
Los niños nos contaron durante toda la cena lo bien que se lo habían pasado esta tarde y terminaron convenciéndonos para comerse un helado después de cenar.
-Se van a quedar a dormir en mi casa. -me dijo Carol cuando cogimos el coche para volver. Al salir del parking del centro comercial nos encontramos con una noche cerrada y un cielo bastante estrellado. Marco y Sergio no tardaron ni cinco minutos en dormirse en sus sillitas.
-¿Si?
-Sí, no quiero molestar ya a Pilar y Sergio. Que descansen. Ya les he avisado y a mí no me importa, todo lo contrario. -me dijo mirando al frente.
-¿Te he dicho alguna vez lo buena persona que eres? -dije mirándole durante un par de segundos sonriéndole.
-Mmm, creo que sí. -me dijo ella mirándome y sonriendo también. Conectamos miradas durante unos segundos y a mí se me paró el mundo en ese mismo momento.
-Pues siempre me voy a quedar corto. -le dije sonriendo, pero esta vez sin mirarle ya que estaba en una rotonda y tenía que tener los ojos en la carretera.
Cuando llegamos a su casa, Carol cogió a Marco en brazos y yo a Sergio. Les dejamos en la cama de la rubia y luego volvimos los dos al coche; ella para coger sus bolsas y yo para montarme dispuesto a irme, ya era tarde.
-Mañana os recojo a las nueve menos cuarto, llevamos a los niños al cole y tú y yo a trabajar, ¿vale?
-¿No hay tiempo para que te invite a desayunar? -me dijo sonriendo.
-¿Contigo? Siempre.
-Muchas gracias Marco, de verdad. Me lo he pasado muy muy bien. Lo echaba mucho de menos. -me dijo acercándose a la puerta del piloto para después darme un beso en la mejilla.
-Gracias a ti. Yo también me lo he pasado muy bien. Lo peor viene ahora, Sandra tiene que estar echando humo... -le dije yo riendo y ella copió mi acción.
-Suerte.
-Buenas noches, Carol.
-Buenas noches, Marquito. -me dijo y me esperé a verle cerrar la puerta de su casa, para después volver a la carretera con una sonrisa enorme en la cara. Es el efecto Carolina Díaz.
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2a temporada {El mejor error de mi vida} Marco Asensio
FanfictionLa historia de Marco y Carol continúa!⚡️