Como Marco me hizo un regalazo de Navidad y dentro de una semana y media (nos vamos a París del 18 al 22 de diciembre), tengo que dejarme algunos trabajos relacionados con Navidad hechos. Esta mañana tengo que grabar una actuación para Antena 3, que pondrán en nochevieja como todos los años. También tengo que dejarme grabado un vídeo individual para felicitar las fiestas a mis seguidores. Por la tarde, sobre las 6, cojo un vuelo junto al equipo de fútbol con destino A Coruña; ellos tienen partido y yo, concierto. Aprovecho el viaje de ida pero no el de vuelta ya que ellos van hoy y vuelven pasado mañana a la mañana. Yo mañana por la noche tengo el concierto en Santiago de Compostela y dos días después, otro concierto en Curtis, ciudad de mi Lucas Vázquez, por lo que vuelvo 2 días después que ellos.
Después de volver de los platós de Atresmedia, fui a Valdebebas. Allí, con nuestra sala de baile de fondo, grabé el vídeo felicitando las fiestas a mis seguidores en diferentes idiomas; francés, inglés, italiano, portugués, alemán y obviamente, español. Grabarlo en tantos idiomas diferentes hizo que lo tuviéramos que repetir varias veces por errores, haciendo desesperar a Dani, que me estaba grabando, y provocando las risas de muchos de mis compañeros que estaban presenciando las tomas falsas que conlleva la felicitación que intento llevar a cabo.
-Si es que te complicas mucho. -me dijo Sergio y yo asentí riendo. Hice un par de ruidos raros con la boca para destensarme para volver a prepararme delante de Dani para intentar grabar en italiano. Después del italiano, que sorprendentemente quedó bien a la primera, repetí tras veces el alemán hasta que quedó bien. Cuando por fin terminamos de grabar todos los vídeos, bajamos al comedor para comer algo antes de coger el avión.
-¿Estás ya preparada? El autobús ya está esperando. -me dijo Sergio fijándose en el vehículo que nos esperaba a las puertas de la ciudad deportiva para ir al aeropuerto.
-Al aeropuerto voy a ir en coche. En el mío. -dije agarrando mi maleta.
-¿Y eso? -dijo Lucas Vázquez.
-Vuelvo más tarde que vosotros y cuando llegue sé que lo último que me apetecerá será pedir un taxi.
-Buah, por eso no te preocupes. Yo voy a por ti. -me dijo Marco y yo subí una ceja.- Que te lo digo en serio.
-¿Estás seguro? -le dije yo y el rodó los ojos. Todos reímos.- Está bien, mi avión llegará a las nueve de la noche. Te espero allí.
-No, rubia, te esperaré yo.
-Eso espero.
Fuimos para el autobús y al final me monté en él. Marco se había comprometido en ir a por mí así que llevarme el coche era una tontería. De un momento a otro mi cabeza empezó a girar como una peonza y sentía que todo a mi alrededor giraba. Intenté calmar ese mareo que me entró cerrando los ojos e inclinando mi cabeza un poco para atrás, apoyándola en el asiento. Bajé el volumen de la música en mi iPhone y bajé aturdida del vehículo.
-Carol, ¿estás bien? -me preguntó Nacho cuando me paré al andar para poner una mano en mi frente por el dolor que sentía. Yo asentí.
-Solo estoy un poco mareada, no te preocupes.
-Bueno, vamos al avión anda. -me dijo mi amigo y yo asentí sin mucha fuerza para no forzar mi cabeza. En el avión aproveché para dormir apoyada en el hombro de Sergio, al que tenía al lado. Desafortunadamente para mí, y al contrario de lo que pensé cuando decidí que la mejor solución al mareo era dormir, cuando bajé del avión me encontraba aún peor que cuando subí. El Real Madrid no desembarca en el aeropuerto, sino que un autobús les espera a la salida del avión pero yo no me encontraba nada bien. Nacho, que estaba preocupado y no había dejado de mirarme ni un momento, vio mi cara descompuesta y vino rápidamente.
-Me encuentro peor, Nachete. Tengo que vomitar. -dije con una mano en mi maleta y la otra en mi tripa.
-Joder, Carol. Escúchame, pasa conmigo al autobús como si no pasara nada. En cuanto nos alejemos un poco de aquí le digo al conductor que pare y yo mismo bajaré contigo, ¿vale? -dijo y yo asentí. Pasamos por la puerta trasera después de guardar nuestras maletas (Nacho guardó la mía porque si me agachaba...) y nos sentamos juntos cerca de la puerta para salir en cuanto pudiéramos. Necesitaba vomitar de verdad. Al mareo que empezó en Madrid se ha sumado un malestar general.- Voy a ir a buscar unas bolsas, ¿vale?
Dos bolsas trajo y me tuve que contener para no utilizarlas incluso antes de que el autobús se pusiera en marcha. Cuando ya nos habíamos alejado y Nacho vio que no podía más, se acercó a Zidane y al conductor. Les explicó cómo me encontraba y pararon en un arcén. Nacho, que estaba volviendo hacia mí cuando la puerta ya estaba abierta, me ayudó a bajar bajo las miradas de todos, que no sabían que pasaban, por qué el autobús había parado y por qué Nacho y yo habíamos bajado. Todos miraron y Sergio, que se preocupó, bajó también.
-¿Qué está pasando? -dijo Isco dentro del autobús. Zidane se levantó de su asiento.
-Carol se encuentra mal y necesitaba vomitar. No os preocupéis. En un momento volveremos a estar en marcha. -dijo el entrenador con su acento francés.
-Voy a ver cómo está. -dijo Marco y Lucas, que estaba delante de él, le paró.
-Muelas, ya están Nacho y Sergio. Será mejor no agobiarla. -le dijo el gallego, que consiguió convencer al 20.
El resto del camino lo pasé con los ojos cerrados intentando no pensar en nada y dejar mi cabeza en blanco completamente. Nacho me acompañó a mi habitación para asegurarse de que llegaba bien y antes de que mi amigo se pudiera ir para cerrar la puerta, Marco llegó. Nacho se despidió y se marchó.
-Perdón, Marco, pero me voy a tumbar en la cama. -dije disculpándome por la falta de educación de estar tumbada cuando tengo visita, pero no puedo más con mi cuerpo.
-Oh claro, no te preocupes. Ni te disculpes. -dijo yendo a cerrar la puerta para después sentarse a mi lado en la cama para verme la cara. Puso su mano en mi frente e hizo una mueca.- Creo que tienes un poco de fiebre, rubia.
-Me encuentro fatal. -dije yo cerrando los ojos durante unos segundos.
-¿Vas a cancelar los conciertos?
-No. Si te digo la verdad ni me acordaba.
-Carol, no quiero que te enfades por meterme donde nadie me llama, pero creo que no estás en condiciones de salir a cantar ni a hacer un espectáculo como los que haces. Tu cuerpo tampoco te dejaría. -dije y yo suspiré.
-Depende de cómo me encuentre mañana así haré, ¿vale? -dije y Marco asintió. Se quedó un rato conmigo y luego bajó a entrenar con el equipo.
Mi día pasó en la cama, entre películas de NETFLIX y dormir. También de ir al baño cada dos por tres y pensar en los conciertos. Hoy no he ensayado, cuando Ana me ha preguntado si iba a bajar le he dicho que no y que ensayaran ellos solos, y cuando he bajado a por la comida (ya que algo tengo que comer) lo he hecho a la última hora de comidas del restaurante del hotel para así no cruzarme con nadie conocido porque, egoístamente, no tengo el cuerpo para hablar demasiado.4 días más tarde
Canté en los dos conciertos y aunque estaba hecha mierda (sobre todo en el de Santiago), no cancelé ninguno de los dos. Ahora mismo estoy mejor y solo me queda un pequeño dolor en el estómago, nada parecido a cómo estuve hace unos días. Cuando me he montado en el avión he avisado a Marco por si se le había olvidado venir a recogerme, pero no lo vio. Supuse que se acordaría ya que Marco nunca me dejaría tirada así, no habiéndose comprometido. Cuando llegué a Madrid, Marco seguía sin haber mirado el mensaje. Busqué al mallorquín por todo el aeropuerto y no os exagero. Me negaba a aceptar que el delantero se había olvidado, pero así fue, así que tuve que buscar otra forma de ir a casa. Podéis estar pensando en un taxi, pero ya me ha pasado más de una vez que el/la taxista se ha quedado con mi casa y no sabéis lo irrespetuosa que puede llegar a ser la gente. Mi primera opción, como siempre, fue Nacho, pero cuando le llamé me comunicó que estaba en Alcalá viendo a sus padres. Sergio no me cogió el teléfono.
{Llamada}
-Luquiiii. -dije cuando mi amigo descolgó la llamada.
-Dimee.
-¿Puedes venir al aeropuerto? Marco me ha dejado tirada y ya sabes que no me fío de los taxis.
-¿En serio? Ha llegado a casa de Saúl hace unos cinco minutos y está jugando a la play tan tranquilo. -me dijo y yo, para seros sincera, me molesté un poquito con Marco.
-No se lo recuerdes, Luquitas.
-Bueno, está bien. No te preocupes, en nada estoy allí.
-Muchas gracias, amigo. -dije y colgamos.
{Llamada}
Sé que por mucho que Lucas quiera correr y venir a por mí, todavía me quedan unos 10-15 minutos, así que me fui a un Starbucks a pedirme un café. Lucas me llamó después de más o menos unos 20 minutos y salí para meterme rápidamente en su coche.
-Qué frío hace por favor. -dije helada. Estamos a mediados de diciembre y se nota que queda poco para el invierno.
-Perdón, no he podido correr más. -me dijo Lucas y yo le sonreí.
-Al menos has venido, Luquitas. -dije riendo arrancándole una carcajada a mi salvador, que ya había puesto en marcha el coche.
-Por esto si que me vas a tener que perdonar. Cuando me he levantado corriendo dejando la partida a medias todos me han preguntado y no he podido no recriminárselo a Marco. -dijo y yo sonreí quitándole importancia.
[Casa de Saúl]
-¿Dónde vas, tío? Que queda medio partido. -le dijo Saúl Ñiguez, jugador del Atlético de Madrid y de la selección española, a Lucas.
-¿Dónde voy? Voy a recoger a una amiga ya que el que se comprometió a recogerla le ha dejado plantada. -dijo el gallego mirando a Marco, que al momento comprendió todo y se levantó rápidamente del sofá buscando las llaves en sus bolsillos.
-Mierda, se me ha olvidado. Ya voy yo, orejas. -le dijo el mallorquín.
-No, voy yo. Carol me ha dicho que no te lo recuerde. -respondió Lucas cogiendo su abrigo y Marco se sentó en el sofá pasando sus manos por su cara.- La próxima vez, por favor, no te comprometas y deja que otros quedemos en ir desde el principio. Así no tendrá que estar esperando media hora y menos siendo tan conocida como todos sabemos que es.
[Casa de Saúl]
No hubo ni un segundo del trayecto en el que dejáramos de hablar y cuando llegamos a mi casa, solo me quedó agradecerle un millón de veces que haya ido a buscarme. Llegué a casa, subí y sin cenar me metí en la cama.
Llamada entrante. Bufé y encendí la luz de mi lamparita de noche.
{Llamada}
-¿Ajá? -pregunté a modo de saludo. No había mirado quién era, simplemente lo había cogido.
-Perdón, perdón, perdón y perdón, Carol. -me dijo Marco.- He discutido otra vez con Sandra y se me ha olvidado completamente. Perdóname, en serio.
-No te preocupes, afortunadamente Lucas ha podido ir a por mí. Espero que todo esté bien con Sandra. Buenas noches, Marco. -dije y, sin darle tiempo a contestarme, colgué. Estaba agotada de estos días y lo único que me apetecía es dormir y lo que menos, discutir con Marco.
{Llamada}{8/24}
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2a temporada {El mejor error de mi vida} Marco Asensio
FanfictionLa historia de Marco y Carol continúa!⚡️