EkaterinaTodo a mi alrededor se veía hermoso, como sacado de un cuento de hadas. Me apoye en la baranda del balcón frente a la playa, observando los últimos preparativos para la ceremonia.
Al final Neo reclamó su regalo de cumpleaños anticipado, pidiendo una boda en la playa, la cuál estábamos a punto de celebrar.
Unos cuantos empleados acomodaban los últimos arreglamos para el arco de luces que oficiaría de altar. A efectos legales para todo el mundo, Alexander sería mi esposo. Pero en la ceremonia con las leyes de Masium, los tres hermanos Sax me reclamaban.
— ¡Kata! — Llamó Sasha desde la puerta del balcón, haciendo un gesto con la mano — ¡Ven!
Levanté el ruedo de mi vestido blanco, que por suerte era lo suficientemente ligero como para caminar por la arena sin dificultades.
Dentro de la habitación del hotel que nos albergaba, estaban todas las mujeres que serían mis damas de compañía. La salita era un lugar agradable que nos sirvió todo el día para poder arreglarnos, acorde a la celebración.
Sasha estaba detrás de Lucrecia, haciéndole un complicado arreglo en el cabello, mientras que Valeska se maquillaba suavemente con la ayuda de mi suegra.
Todas ellas eran una parte importante de mi vida, no podría tener mejor compañía un día como hoy.
Mary reparó en mí, haciendo una señal con la brocha que pasaba con suavidad sobre los pómulos de mi prima.
— Ven, voy a hacerte los últimos retoques.
Asentí y me senté frente a una tumbona delicada de color dorado, esperando que la madre de mis futuros maridos acabe con el trabajo en el rostro de Val.
— Es increíble lo que está pasando con el bar. — Dijo Lucrecia, aunque de inmediato se corrigió — Bueno, el club.
— Ese local fue originalmente para mí Neo, para que pueda descargar un poco de energía.— Entendía perfectamente lo que quería decir mi suegra con eso, las "energías" que el del medio debía descargar era para no tener ataques de irá — Pero esto que hiciste, querida, es increíble.
— No es para tanto, Mary.
Me retorcía las manos en el regazo. No quería sonar ni humilde ni creída frente a la madre de mis hombres. Es verdad, el proyecto de expansión de La Reina se nos fue de las manos, al punto que debió comprarse el local contiguo para ampliarlo y hacer más habitaciones.
— ¿Cuándo vuelven a abrir? — Cuestionó Lucrecia con los ojos cerrados mientras aplicaban una capa de rubor a su rostro
— La obra terminará en un mes y los turnos están dados para quince días después. Así que esperamos, la construcción no demore para hacer la reapertura.
En menos de un mes, la página del local había alcanzado casi el millón de seguidores. Todos estaban interesados en darse una vuelta por La Reina, incluso eso había traído turistas dispuestos a quedarse un tiempo en el pueblo, ayudando a la economía de los demás residentes.
— Pensé que un lugar pequeño como este no podía albergar a todas las personas que quieren venir. — Murmuró Valeska con un marcado acento ruso, mucho más que el mío
Sasha dejó las brochas sobre el tocador lustrado que combinaba con toda la estancia. Se sentó y observó la hora en el reloj de pared.
— Aún falta un rato, creo que hicimos todo muy rápido. ¿Qué les parece si tomamos una copa de vino?
Asentí porque realmente lo necesitaba. Estaba nerviosa, más de lo que quería admitir. No tenía miedo de que ellos se echaran para atrás, pero una boda era algo que a una mujer le ponía con los pelos de punta.
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La Reina de los Sax
RomancePrimera entrega de la serie "Los Placeres de Masium" Ekaterina Petrov no tiene más alternativa que huir de su lugar natal. Por un estúpido acuerdo de su padre, ella queda en medio del fuego cruzado y solo puede esconderse del otro lado del mundo. In...