Love

30.5K 2.4K 742
                                    

Para micaelanicole096 que me dió la idea de este extra


Ekaterina

— Mi útero, mi hija, mi decisión.

Estaba siendo una perra, pero no podía negar que me encantaba ser la matriarca de la familia.

— Yo solo digo que Alexandra es un buen nombre. — Argumento Alex

Rodeé los ojos cansada y apreté su mano cuando vino una nueva contracción. Nos encontrábamos los cuatro en el quirófano de la clínica más prestigiosa de Río de Janeiro.

Es verdad que el dinero no hace la felicidad, pero no podía negar que había costeado los tratamientos de este embarazo que se había vuelto tan complejo.

Después de el tercer mes de embarazo, tuve unas perdidas en dónde determinaron que tenía trombofilia gestacional, y que eran prácticamente un milagro si el embarazo llegaba a término.

Desde ese momento, mis maridos se pusieron en modo totalmente cavernícola, impidiendo que hiciera cosas básicas y normales. A pesar de que me molestaba la sobreprotección porque me consideraba una mujer con una autonomía impresionante, distinta a la jovencita que había llegado a Brasil desde Rusia, tenía que admitir que me gustaba sentirme cuidada.

Tenía un enorme a red de apoyo, y tres maridos gloriosos que hicieron posible que este bebé llegará a los nueve meses de embarazo.

Pero algo de lo que jamás podemos ponernos de acuerdo, era en el nombre.

— Anda amor, considera mi opción. — Susurró Neo felizmente — Gertrudis es muy lindo.

— Mi hija no va a llamarse Gertrudis.

Hizo un puchero adorable, pero lo pude apreciar lo porque otra contracción me dobló sobre la camilla.

— ¿Cada cuanto son? — Preguntó Bastián preocupado

— Cada tres minutos.

— Voy a llamar a tu medico.

Bastian salió en busca de el doctor que venía llegando mi embarazo. Nos habían mencionado que podía haber algún inconveniente, y que por eso traerían otros especialistas para el momento del alumbramiento.

Apreté la mano de Alex y Neo, cada uno estaba a mi lado, brindándome el apoyo que necesitaba.

— Va a salir todo bien, amor.

Neo acarició el cabello de mi frente que ya empezaba a humedecerse por el sudor que rompía mi piel.

Estaba aterrada, solo quería volver a casa con mi hija y mis esposos.

Cuándo nos dijeron que era una niña, se pusieron en marcha para acondicionar una de las habitaciones y ponerle todo lo necesario para un bebé. No creíamos en esa basura de los colores de 'niño/niña', así que el motivo que predominaban las paredes eran lindos patitos.

— ¿De verdad no nos vas a decir el nombre de nuestra hija hasta que no salga?

Yo amaba con mi alma a los chicos, pero hacerme pensar cuando una sandía me estaba por salir de ahí abajo, solo me daban ganas de golpearlos.

— No, lo van a saber cuándo esté aquí.

Otra contracción.

Me doblé sobre la camilla, alzando las rodillas casi hasta el pecho. Era un dolor agudo, demasiado constante y solo quería que todo terminará.

La Reina de los SaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora