Un chico y una chica caliente

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Sarah: Y cuando los problemas me agobian Jostin me hace olvidar todo aquello que me hace sentir mal, tal vez culpable o triste porque es aquel sentimiento en el que hago lo que me hace feliz, y la persona quien me hace feliz es un chico de pene largo que tiene erecciones cuando me ve, cogemos, hablamos e incluso cuando piensa en mí, noches fantásticas, noches de pasión y noches que valen la pena repetir cada día, volver a sentir como el pene de Jostin comienza a expulsar ese semen en mi cara, cuando lo trago y lo miro de nuevo puedo ver como lo disfruta, puedo observar aquella expresión en su rostro de satisfacción y de no querer parar, no lo culpo porque me pasa exactamente igual cuando me penetra, cuando tengo un fluido vaginal sin si quiera haberme tocado de lo caliente que me encontraba, cuando estimula mi clítoris tan bien que... Mi squirting pareciera más bien agua saliendo de una manguera a máxima velocidad, me he mojado delante suyo en muchos lugares, en un baño, en su casa, en la mía, en una tienda de acampar, en mis fantasías sexuales que se me pasan por mi mente cada día y por supuesto, correrme en su erecto, largo y duro pene. Comencé a acariciar sus testículos suavemente, nunca se sabe cuándo será la última vez pero creo que lo mejor es solo vivir el momento, dejarse llevar por unos minutos que a veces se hacen horas de lo rico que es hacer esto, horas que pasan a ser repeticiones todos los días, una calentura que parece no bajar, aquella sensación de placer cuando un pene está erecto y una vagina húmeda, extendida pero sobre todo, muy bien lubricada, quise ver con mayor cercanía la cabeza de su verga, apreté un poco esos testículos que se encargarán de mantener todo ese semen que Jostin sabe que tragaré, que pondré por mis tetas, que me pondré en mis labios y lengua para saborearlo aún más, hacer que su calentura cada vez se pase de los limites.

Al ver esa erección tan de cerca no pude ni si quiera contenerme, mi saliva caía de mi boca como si fuera agua almacenada ahí, mis pechos endurecidos y aquella sensación de saber que me estoy mojando sin haber comenzado lo verdaderamente satisfactorio, quise hacer esto aún más interesante, puse mi ropa interior encima de su cara para que no pueda ver lo que estoy haciendo, para que note como me hace mojar, para provocar una corrida más rápida aunque no lo dejaré correrse tan fácil, tendrá que aguantar un poco, quizás dos rondas, quizás 4 o quizás y no quiera parar, cuando vea que está a punto de correrse pararé, soltaré su pene y estaré de nuevo acariciando sus testículos, quiero que sea una corrida que valga la pena, quiero satisfacerme pero a su vez quiero satisfacerlo, un baile desnuda sobre su regazo podría sonar una buena idea, chuparlo, acariciarlo, sentirlo fuertemente con mis manos agarrando con fuerza, le pedí que agarre mi sostén con una de sus manos con fuerza porque no pienso parar, quizás sean unas muy buenas horas en las que solo podremos pensar en dos cosas, correrse o... tal vez no, solo resistir, solo disfrutar y pensar en querer coger toda la noche, comencé con mi parte, lubricando bien, escupiéndolo, chupándolo, quizás poner mi vagina húmeda sobre su pene ayudaría mucho en esto, quizás y haciendo las cosas de lento a rápido sea la mejor forma de que ambos podamos llegar al orgasmo, agarré su pene con mis dos manos y comencé a masturbarlo lentamente mientras escuchaba sus gemidos, aquellos gemidos que me provocaban aún más calentura.

Pasaron los minutos, seguíamos más y más, las luces rojas, un buen mix de música y sobre todo una muy buena lubricación ayudaría mucho más en esto, aceleré un poco la velocidad con mis manos, quise que Jostin disfrutara aún más de este momento, le quité la venda de sus ojos para que me vea, para que me gima aún más, me subía encima suyo para gemirle lentamente al oído

- No te detengas querida, lo estás haciendo muy bien – Me dice Jostin, solo sigamos, sin un fin temprano, bajé de nuevo a su regazo para que me comience a penetrar, ¿Arrepentida? Tengo que ser sincera, esto es algo muy difícil de que me arrepienta, poder satisfacernos uno al otro mientras gemimos y mojamos la cama luego de unas buenas horas de aplausos sin manos, un buen manejo de la velocidad, unas buenas chupadas a su pene definitivamente ayuda, poder sentir como mi vagina empieza a tener un fluido, sentir aquella sensación de querer ir al baño pero estar consciente de que definitivamente no es eso, es mucho más que solo ganas de ir al baño, es como si... Jostin lograra hacerme ver las estrellas sin si quiera ir por la mitad de la noche, ver como las horas pasan y no paramos, sentir un calor que provoca estar desnudos todo el tiempo, lo hicimos en la cama, pasamos al baño, incluso lo hicimos en la cocina, recorrimos toda la casa, probando diferentes poses, diferentes técnicas, formas de hacerlo, tratar de llegar más allá del orgasmo, sentir que vamos a estallar en corrida encima del otro, ¿Hacerlo ahora? Prefiero... solo seguir, como dije una vez, chuparlo como helado, lamerlo como paleta, acariciarlo como peluche, agarrarlo con fuerza y hacerlo venir como lo hizo conmigo en aquel baño público por primera vez en el centro comercial, recordar todas las veces que hemos cogidos quizás me demore algunas horas en poder recapitular todos aquellos momentos tan buenos que hemos pasado, ni si quiera sé cuántas veces hemos cogido hasta ahora pero definitivamente son más de las que puedo contar con los dedos de mis manos, mismos dedos con los que pellizco un poco la piel de su tronco, mismos dedos que me meto dentro de mi vagina cuando pienso en él, esto aún no acaba, esto no quiero que termine y si termina... quiero que lo haga encima de mí.

Sin límites...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora