𝕬𝖇𝖘𝖔𝖑𝖚𝖙𝖎𝖔𝖓 ╰┈➤ [ELIJAH MIKAELSON] [2] [Español]

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𝚇𝙻𝚅𝙸𝙸. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙲𝚄𝙰𝚁𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚈 𝚂𝙸𝙴𝚃𝙴!
❛the axeman's letter❜

―¿Estás seguro de que a Mary le parece bien?―

Jackson mandó a Audrey una sonrisa tranquilizadora, mientras él, Audrey y Hayley se dirigían por el cementerio, hacia la cripta en la que Davina dijo que estaría. Davina había solicitado la ayuda de Hayley y Jackson para el evento que se iba a celebrar con las brujas ese día, y Audrey se ofreció a ayudarles también. Klaus y Elijah ya habían salido por el día, tratando de lidiar con su situación de Tristán y Lucien, y la chica Gilbert no se sentía con ganas de lidiar con ninguno de sus primeros engendros una vez más. Mira estaba con Hope en la cabaña de Mary, quien se ofreció a cuidar a las dos niñas durante el día, ya que sus padres estaban ocupados.

―No lo habría dicho si no lo estuviera. ―Le dijo Jackson. ―Mi abuela no es fan de Klaus ni de Elijah, pero le agradas, y tiene debilidad por esos niños.―

―¿Estás segura de que quieres ayudar? ―Hayley levantó una ceja hacia ella. ―Ni siquiera sabemos por qué nos han llamado aquí. No tenemos exactamente una opción, tú sí.―

―No saben que ella va a soplar la vela. ―Audrey suspiró. ―Y tengo la sensación de que ahora mismo, con todo lo que se está metiendo, Kol querría que alguien la vigilara por él.―

―Tampoco sabemos si lo hará. ―Contestó Hayley, cruzando los brazos.

―Muy bien, vamos a ver. ―Jackson les dijo a los dos.

Hayley aún parecía escéptica, pero asintió con la cabeza, mientras los tres se dirigían al interior de la cripta. Cuando entraron, vieron a Davina sentada con un vestido negro formal, siendo atendida por varias brujas a su alrededor. Mientras una bruja le recogía el cabello en un elegante y apretado moño, la otra agitaba una bola de incienso frente a ella en lo que debía ser una forma de calmarla. Pero la bruja Claire parecía estresada a más no poder, y al notar a las tres, levantó dos bufandas gargantilla diferentes.

―Tengo que elegir una. ―Les dijo, señalando cada una. ―¿Naranja o morado?―

Jackson la miró con incredulidad. ―¿En serio nos has llamado para que juguemos a ser policías de la moda?―

Davina abrió la boca para responder, cuando el humor le llegó a la cara, haciendo aparecer una mirada de irritación. ―Bien, sé que esto es aceite sagrado, pero ¿podemos por favor no hacer eso ahora mismo? ―Apenas se detuvo de estallar, suspirando de alivio cuando las brujas entendieron la indirecta, y comenzaron a salir. ―Gracias. ―Llamó después, antes de volver a centrarse en las tres mientras empezaba a ponerse el pañuelo naranja. ―Lo siento. Gracias por venir.―