𝕬𝖇𝖘𝖔𝖑𝖚𝖙𝖎𝖔𝖓 ╰┈➤ [ELIJAH MIKAELSON] [2] [Español]

┆72

𝙻𝚇𝚇𝙸𝙸. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚂𝙴𝚃𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚈 𝙳𝙾𝚂!
❛bag of cobras❜

―Sigo pensando que es una mala idea. ―Audrey negó con la cabeza mientras se unía a Klaus con vistas al patio, donde se estaba preparando todo para la noche que se avecinaba.

―No veo el problema. ―Klaus se encogió de hombros, mirándola con una sonrisa confiada.

―Tú nunca lo ves. ―Audrey replicó con brusquedad. ―Y en la mayoría de los casos, esos planes vuelven a mordernos el culo más tarde.―

Con Marcel encerrado indefinidamente abajo en el calabozo, habían decidido utilizar esto en su beneficio. Estaban organizando una fiesta para celebrar una tregua entre los Mikaelson y Marcel, una fiesta anunciada por ambas partes, aunque Marcel no asistiría realmente. Como la mayoría de los miembros de las facciones de la ciudad iban a asistir, eso les daba la oportunidad de elegir a los que estaban aliados con el Vacío, y averiguar exactamente lo que sabían antes de ocuparse del asunto.

Mientras que los tres hermanos Mikaelson tenían fe en el plan, Audrey no estaba tan de acuerdo. Sentía que había demasiadas cosas que podían salir mal, sobre todo porque había gente que sabía que Marcel no estaba en esta farsa de tregua. Vincent y Josh más que nadie. Por no mencionar que la idea de que alguno de los seguidores de los Hollows pusiera un pie en el recinto la inquietaba.

―Todo irá según el plan. ―El híbrido Mikaelson le aseguró. ―Estaremos un paso más cerca de dejar atrás este espantoso asunto para siempre.―

La chica Gilbert aún se limitó a mirarle, mientras Hayley entraba en el patio, frunciendo el ceño mientras miraba a la pareja. ―¿Nos íbamos a ir, y ahora vamos a dar una fiesta? Ya veo.―

―Una a la que asistirán las criaturas más influyentes de Nueva Orleans. ―Informó Klaus con un movimiento de cabeza.

Hayley levantó una ceja mientras se cruzaba de brazos. ―¿Te das cuenta de que todo el mundo te odia?―

―Eso ya lo he señalado. ―Le dijo Audrey. ―No funciona.―

―Ellos aman a Marcel. ―Señaló Klaus a la pareja. ―Y como dice la invitación, él es el copresentador. Esta noche celebramos nuestra tregua.―

La mujer Marshall-Kenner miró a Audrey, buscando la confirmación de que estaba oyendo todo esto correctamente. Audrey resistió las ganas de reírse y asintió, empezando a bajar las escaleras. ―¿Así que estás organizando una falsa fiesta, en honor a una falsa tregua, y tu invitado de honor está en un calabozo? ―Preguntó con escepticismo.