𝕬𝖇𝖘𝖔𝖑𝖚𝖙𝖎𝖔𝖓 ╰┈➤ [ELIJAH MIKAELSON] [2] [Español]

┆68

𝙻𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚂𝙴𝚂𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚈 𝙾𝙲𝙷𝙾!
❛no quarter❜

En el borde de una carretera abandonada, una furgoneta de la prisión destruida yacía de lado, con los cuerpos de los prisioneros y de los funcionarios de prisiones esparcidos alrededor. Después de cinco años en el mundo de los sueños que Freya creó para ellos, los tres Originales estaban hambrientos y aprovechaban su primera comida en tanto tiempo. Elijah se sentó en el suelo, con el cuerpo del oficial de correcciones en su regazo, mientras Rebekah dejaba caer el cuerpo del prisionero al suelo.

―Dios mío, ese tiene pulmones. ―Señaló Rebekah, mientras todos oían los gritos aterrorizados de la víctima de Kol que resonaban por todo el bosque. ―Debería haber sido cantante de ópera. Podría haber terminado mejor para él, en realidad.―

Freya miró a su hermano y a su hermana con fastidio. ―¿Es esto absolutamente necesario?―

―Eso depende. ―Rebekah la miró, mientras cruzaba los brazos sobre el pecho. ―¿Nos quieres con todas nuestras fuerzas, o piensas rescatar a Nik por tu cuenta?―

―Bueno, los estertores son una distracción y estoy tratando de romper un hechizo de ocultación. ―Freya disparó en defensa.

―¡Kol, por favor! ―gritó Elijah, y los gritos se cortaron de repente con un fuerte crujido. ―Gracias. ―Añadió, sacando el pañuelo del bolsillo y limpiando la sangre de su labio, mientras levantaba una ceja a la hermana mayor. ―¿Decías?―

―Puedo intuir que Klaus sigue en Nueva Orleans. Muy probablemente en algún lugar bajo tierra. ―Les informó, mientras Kol se reunía con ellos, con la sangre untada alrededor de la boca y por toda la camisa. ―No puedo saber exactamente dónde, a menos que esté en la propia ciudad.―

―Sí, eso va a ser un problema. ―Hayley se reunió con ellos, deslizando su teléfono en el bolsillo trasero. ―Audrey y yo tenemos contactos en Nueva Orleans. Como puedes imaginar, el lugar está plagado de vampiros, todos los cuales nos odian a todos.―

―Sí, hagamos lo que hagamos, tenemos que hacerlo rápido. ―Audrey asintió con la cabeza.

―Bueno, no pensaba hacer un recorrido por los bares. No quiero quedarme más tiempo del necesario. ―Freya negó con la cabeza. ―Pero tenemos que irnos.―