𝕬𝖇𝖘𝖔𝖑𝖚𝖙𝖎𝖔𝖓 ╰┈➤ [ELIJAH MIKAELSON] [2] [Español]

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𝙻𝚇𝚇𝚅. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚂𝙴𝚃𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚈 𝙲𝙸𝙽𝙲𝙾!
❛queen death❜

Audrey dejó escapar un suave suspiro mientras se revolvía en la cama, extendiendo la mano sólo para que chocara con el colchón vacío a su lado. Abrió los ojos con el ceño fruncido y se dio cuenta de que el lado de la cama de Elijah estaba vacío y todavía estaba hecho. Su ceño se frunció aún más cuando se sentó y miró alrededor de la habitación, encontrando la puerta del baño aún abierta y la habitación vacía, tal como la había dejado la noche anterior.

―¡Mamá! ―Mira entró en la habitación con una brillante sonrisa, saltando sobre su cama.

Fue suficiente para sacar a Audrey de sus pensamientos, arrancando una sonrisa. ―Buenos días. ―Sonrió, riéndose al ver el azúcar alrededor de su boca. ―Déjame adivinar.... el tío Nik se encargó del desayuno esta mañana.―

―Hope y yo pudimos probar los beignets. ―Mira asintió felizmente. ―Estaban realmente deliciosos. Deberías venir y unirte a nosotros, mami. Hay muchos.―

Audrey se rió mientras acariciaba los pelos sueltos de la cara de Mira. ―Bajaré pronto, sólo tengo que prepararme. ―Le dijo, y levantó una ceja. ―¿Has visto a tu padre esta mañana?―

Mira hizo una mueca mientras negaba con la cabeza. ―Sólo están el tío Nik y la tía Hayley abajo. No he visto a papá en toda la mañana.―

Un sentimiento de incomodidad se formó cuando Audrey asimiló eso, la sonrisa que puso para su hija vaciló. Conocía a Elijah, no desaparecería sin más sin decirle nada a ella o incluso a Mira. Sin darse cuenta de la preocupación de su madre, Mira saltó de la cama y salió corriendo de la habitación en busca de su primo, y Audrey se levantó al instante y comenzó a vestirse.

Comprobó todas las habitaciones cuando bajó las escaleras, con la esperanza de encontrarlo en alguna parte y poder dejar de preocuparse.

Si no estaba aquí, sabía que eso significaba una cosa, y trataba de impedir que considerara esa opción.

―Ya le he dado un sermón. ―Hayley la miró mientras Audrey entraba en el patio, donde las chicas estaban sentadas en una mesa llena de pasteles con Klaus.

―No, está bien. ―Se despidió con un gesto, y miró entre ella y Klaus. ―¿Podemos hablar? ―Klaus y Hayley se miraron entre ellos y a ella, confundidos, antes de asentir, y los tres se alejaron para que las chicas no los oyeran. ―¿Alguno de ustedes ha visto a Elijah? ―Fue directamente al grano. ―Mira dijo que no lo había visto en toda la mañana.―

Klaus frunció el ceño ante eso. ―Creíamos que estaba contigo.―

Ella sacudió la cabeza mientras su preocupación comenzaba a convertirse en pánico, permitiendo que su mente viajara a ese pensamiento que había estado tratando de ignorar. ―No lo he visto desde que se fue a casa de Marcel anoche.―