Mientras el sol caía sobre la parte oeste del estudio Raleigh habían 2 personas que en lo menos que se preocupaban era en lo rápido que los últimos rayos iluminaban las calles o en el cambio radical de temperatura en LA. Se podía decir que el invierno había regresado sin permiso, el radiante sol y las calurosas temperaturas que inundaban la ciudad se habían marchado, solo había quedado una temperatura estable pero fría a la vez.
Mientras que los otros trabajadores y amigos se disponían a ir a casa, descansar después de una jordana agotadora, Nathan y Stana estaban dispuesto a salir a tomar algo, o por lo menos ese el plan inicial.
Ambos vestían en combinación, no se ponían de acuerdo pero algo dentro de ellos lo obligaban a escoger la ropa diaria, sin premeditación alguna. El gris y negro resaltaba, informal pero elegante.
- Tana, ¿no te importa si cambio un poco el destino?
- se quedó sin palabras, solo pensando en que le iba a proponer - ¿Que tienes en mente? - lo miró y frunció el ceño.
- Unos amigos me hablaron de "Lucky Strike Lanes & Lounge" dicen que es un buen lugar para divertirse y pasar un buen rato.
- suspiro, a lo mejor hubiera querido que sus pensamientos fueran reales pero después se dio cuenta que era mejor así - Pues por mi está bien.
- Se puede jugar bolos y billar....
- Me estas tomando de excusas para ir a jugar bolos - río y lo volvió a mirar.
- soltó unas de esas risitas que la volvían loca - Pues para ser sinceros si, además te acuerdas que me debes unas revancha - ella solo recordó aquella tarde cerca de la costa pacífica, donde filmaban la última escena de la 6 temporada y ambos decidieron festejar en un bar. Stana le había ganado 5-0, mientras el solo sonreía, diciendo Solo estoy cansado y tengo mal día para el juego. Se envolvió en sus pensamientos unos segundos, pero recordó que también fue una de sus últimas salidas juntos.
- Taannnaaaaaa
- ¿Que decías?
- Nada, solo quería saber si vamos o ¿no?
- Porque no, además quiero verte perder de nuevo.
- Río fuerte - Eso lo veremos - le lanzó una mirada fugaz.
El bar tenía unas pocas mesas alrededor de las de billar y unas cuantas pistas de bolos. El ambiente era el mejor, parejas, amigos, amantes, pero aun ellos no sabían que la noche iba hacer que cambiarían de grupo.
Ambos tomaron asiento, había buena música también. Nathan no se pudo resistir a dar unos giros al oír Get Lucky mientras Stana solo disfrutaba el movimiento que hacia su cintura.
- ¿Estas segura que vas a tomar whisky?
- Segurísima
- Stana, ayer te emborracharse, ¿te acuerdas?
- Como lo olvidaría, pero hoy vengo a divertirme, ayer solo olvidaba - se tomó un momento. Era la primera vez que ella misma se daba la razón, por primera vez podía decir a su corazón que lo había hecho después de verlo junto a Krista - además hoy vengo contigo, nada me pasara - chocaron las copas y sonrieron.- ¿cómo terminó la charla con tu novia?
- solo recordó - Nada bien que digamos, estaba furiosa y no me creía, pero no tengo ganas de hablar sobre eso ahora, venimos a divertirnos, ¿no?
- se acercó un poco más a su pabellón - Vamos a jugar - se levantó y fue para la parte de la bolera.
Stana iba ganando de nuevo, mientras que él estaba un poco molesto, no le gustaba perder pero estaba consciente que era buena a los bolos.
- Venga ni con unas cuantas copas me ganas - río - se hace así - sus manos se rozaron, mientras Stana ingresaba los dedos de el en los agujeros de la pelota. De repente se colocó detrás suyo, haciendo que Nathan pudiera sentir como su corazón volvía acelerarse. Movió la mano hacia delante-atrás, tomando impulso, para después lanzarla a toda velocidad. Espero destruir todo los bolos, y así mismo fue. Era su primer pleno de la anoche, salto como un niño pequeño, la miro y la abrazo. Volviendo a quedar juntos, mientras el abrazo terminaba, ambos decidiendo mover sus cabezas hacia atrás. Sus narices se rozaron. Ningún movimiento, solo sentimientos. Sus ojos habían entrados en los del otro, sin ni siquiera un pestañeo. Paralizados.
Nathan ya estaba cansado de esconder sus sentimientos, aunque Stana cada vez que lo volvía a sentir cerca el miedo regresaba, quería besarlo, amarlo pero el después siempre atormentaba su mente. Esta vez él no tenía ninguna duda, ni la más mínima.
Poco a poco, casi sin sentir el cambio de movimiento, fue acercando sus bocas, aun mirándola, aun sintiéndola, cerrando los ojos poco a poco, dejándose llevar. Stana hacia lo mismo, la mente había dejado de actuar cuando sintió su respiración cerca de la suya, sus miedos desaparecieron o por lo menos no les hizo caso.
Sus bocas empezaban abrirse, sincronizadamente. En ese momento cualquier moviendo estuvo echó desde el corazón, no había espacio para ningún pensamiento, el corazón mandaba.
Las unieron, por primera vez sintieron el sabor de sus labios ardiente, sin tener que ser Castle y Beckett, solo ellos mismos. El estómago de Stana empezó a revolucionarse por dentro, mientras Nathan pasaba sus manos alrededor de su cuerpo, tratando de atraerla más a él, si es que era posible.
Ninguno quería terminar el momento, pero el sonido del monitor
avisando que efectivamente los había tumbado todos los separo. Aun con sus frentes encerraban en aquel sueño, rieron y continuaron la diversión.
Ambos no perdieron oportunidad de mirarse o besarse, sin importar nada. A lo mejor mañana tendrían que enfrentar todo pero por ahora solo querían vivir.
El tiempo se les pasó volando, todo era poco para dos enamorados que por primera vez dejaban que el corazón los guiara. Nathan la llevó hasta su apartamento. Aunque el viaje estuvo callado, sus manos se volvieron a unir en el transcurso, sintiendo la chispa que hacían al tocarse.
- Me divertí mucho. - dejo él.
- Y yo más, gracias por la noche – sonrío.
- solo la miro y sintió plenitud al verla sonreír, se acercó un poco y la beso inocentemente - Buenas Noches.
- Buenas Noches.
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Y Si Te Quedas, Qué?
FanfictionLe quiero, por como es, por como me mira, aunque no seamos nada. Me duele cuando sus labios no solapan los míos, como sonríe al verla. Quiero decirte, pero tengo miedo a su rechazo, a su cambio y sobre todo a que nunca mas volvamos a ser los míos. N...