- Que paso, hijo? - pregunta Cookie al observar cómo Nathan cubre sus lágrimas con sus brazos.
- Nada... - este observa la lámpara blanca que cubre la habitación de la luz que su corazón ahora no tiene. Su vista se nubla, por sus cúpulas o por sus pensamientos; pero lo hace.
- Nathan... - trata de acariciar sus mejillas rosas, pero él solo mueve la cabeza. Lo que menos necesitaba en ese momento era lastima; porque era lo que él mismo sentía.
- Nada... - repitió, pero esta vez un poco más fuerte.
- Estoy cansada que te encierres en tu mundo. Desde que volviste eres así. - se levantó de la silla que descansaba al lado de la cama de Nathan, y recorrió la habitación. - Basta ya de ocultarte, de ocultar sus sentimientos, porque eso no logrará que desaparezcan, sino que sea mucho peor. - el aún sostenía su cabeza en dirección del ventanal, a su derecha. - escúchame por una vez en tu vida... - ahora si la miro. - deja que los demás vean tu dolor, que así puedas vencer el miedo que tienes, y el por qué del mismo.
- Nathan se mantuvo unos minutos en silencio. - Es que cuando por fin lo hago, cuando olvido todo lo que me ocurrió, vuelve a suceder, otra vez; y no puedo; no puedo arrancármela de la cabeza, este sentimiento está dentro de mi ser, de mi cuerpo, quiero odiarla pero no puedo. Es la única mujer que ame, y amo, amaré en mi vida. - y fue cuando por fin dejo salir su rabia por saberla con otro, por todo lo que había ocurrido en su vida; por amarla como un loco.
- Y tú solo pensando en cómo hacer pagar a Mark. - Cookie, solo acaricio su mano.
- Pero es que, a la vez, no puedo dejar de pensar en que se entregó a él, precisamente a él. Me duele, mucho, que todo halla pasado así. Quiero perdonarla, olvidarme de lo que ocurrido, de lo que yo pase, ambos necesitamos eso; la amo demasiado para dejarla ir otra vez, pero...
Entonces, se escuchó en aquel silencio de palabras, como la puerta se cerraba fuertemente. Ambos reaccionaron con una mirada tentadora, hacia el vacío que esta había dejado. Cookie caminó hacia ella, para descubrir que ocultada. Nada.
Nathan prosiguió:
- Es imposible que todo desaparezca así; de la nada. - suspiró, profundamente.
- Si puedes. - lo miró - puedes hacer todo lo que quieras, solo deja que la venganza desaparezca de tu corazón, que está necesidad de odio que tienes se esfume con las caricias de amor, que tus ojos vuelvan a brillar, y puedas vivir; solo vivir, disfrutando de tu familia, de tu pequeñaja, de tu mujer; porque no importa quién halla estado antes, tú solo tienes que lograr que no halla nadie después, y Stana quiere que sea así. - unió ambas manos junto a la de su hijo, y transmitió por ella todo eso que había dejado desaparecido en sus palabras.
- Y quiero, no sabes cuánto, pero hay algo que me lo impide; siempre queda algo en mi interior que me impide poder seguir, olvidar todo. - sus ojos volvían a estar cristalinos.
- Solo deja que tu - tocó su pecho - corazón mande.
- No puedo quedarme a su lado así, no quiero destruirla conmigo.
- Y si te quedas, que?
Y el silencio cubrió la fría habitación, otra vez; con una pregunta pendiente y un corazón en busca de su punto de partida; de lo que era antes, de su comienzo.
En el otro extremo de la cuidad, mientras Stana trataba de evitar que su tristeza se viera reflejada en sus ojos; un poco de agua acaricio sus mejillas, y volvió a jugar con su pequeña en el salón.
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Y Si Te Quedas, Qué?
FanfictionLe quiero, por como es, por como me mira, aunque no seamos nada. Me duele cuando sus labios no solapan los míos, como sonríe al verla. Quiero decirte, pero tengo miedo a su rechazo, a su cambio y sobre todo a que nunca mas volvamos a ser los míos. N...