Y Si Te Quedas, Qué?

Parte 44

Sus pasos eran rápidos, ágiles, entre esos largos pasillos sin salida alguna. Necesitaba tanto llegar a su destino, quería que su corazón parara, aunque no estaba muy segura que eso pasara al volver a verlo y saberlo tan frágil, tan lastimado y tan el, su el.

No hubo tiempo entre medias, y solo abrió de un movimiento el intermediario entre sus sentimiento, el y ella.

Lo vio.

- Lo siento; lo siento tanto... - dijo, y presionó sus labios con los suyos. Necesitaba tanto eso, después de todo; quería que supiera que lamentaba lo ocurrido, sus lágrimas llenas de sentimientos, sus largas noche de sufrimiento; y sobre todo, no saberla junto a él, aunque espera que todo eso cambiara. - como quisiera.... - se sintieron unos sollozos en esa fría habitación. - yo...solo... - acaricio sus mejillas, sus párpados, su nariz, su mentón, su cuello; necesitaba sentirlo, saberlo ahí. - lo siento... - no pudo más, no quería ser fuerte; para que? No era fuerte; era débil, por su culpa estaba allí, en esa situación. - tanto....pero tanto... - y solo volvió a palpitar sus labios, esos que nunca habían, ni podrían ser reemplazados.

- Calla... - Nathan, expresó y la abrazó, fuerte; pero tan fuerte que todo su aire se escabulló entre las ráfagas de espacio entre ambos. - Te amo, y quiero quedarme contigo, a pesar de todo, quiero que, aunque fracasemos mil veces; intentarlos otras mil y una vez. Te amo tanto Stana; como nadie te va a amar nunca; jamás. - las lágrimas no dejaron de fluir por sus mejillas; lo que había el momento más real, más fuerte, y más seguro.

- Es mi culpa... Solo debi... - bajó la mirada.

- sh!!! - tapó sus labios. - no es culpa de nadie. Ahora no necesito culpable, solo tus labios, y los míos, juntos y estremeciéndome como solo ellos saben.

- Te amo. - no necesitó nada más.

Se acariciaron, se tocaron, se arrogaron a los brazos del otro, se contemplaron, se desearon y se besaron; sellaron eso que tanta falta le había hecho en sus vidas. Porque amor, es simbolo de lealtad, fidelidad y comprensión. No solo significa respetar, sino ser respetado y comprendido. Amar, es sufrir, es aprender; es amar el amor, con su lucha, sus defectos y enseñanzas. Es entender sin reprochar; es amar sin condición.

- Lo sé todo. - Stana por fin dijo sin necesitar con esas ansias, tan malditas, y arrasadoras, su cuerpo en cada parte del suyo. - y quiero combatir lo que venga contigo. Si tenemos que ir en guerra contra un dragón, quiero ser yo tu espada, tu fuerza, la que te levante cada vez que te caigas, o que tú lo hagas conmigo. Quiero estar ahí para ti, quedarme; y que tú te quedes, por qué, que podría pasar después? - sonrío, y tocones  suavemente la comisura de sus labios.

- Y yo quiero quedarme... - sus palpados cayeron sin peso alguno esta vez, y dejó que su amor fuera quien transmitiera con sus latidos, con la fuerza de sus manos juntas, jugando; que todo aquello que su pecho guardaba, pero que las palabras no expresaban; saliera sin miedo a ser descubierto. - y quiero contarte todo, que comprendas el por qué de mis actos...

- ahora fue ella quien tapó sus labios. - Tenemos todo una vida para eso, ahora solo quiero disfrutarte. Te eche tanto de menos... - miro sus ojos, y se quedó así por unos largos minutos; lo necesitaba. Sus dedos se entrelazaron con su suave cabello marrón, y pudo sentirlo; era el, su Nathan; suyo.

- No más que yo... - y quito el tan insoportable espacio entre cada parte de su cuerpo; no importó que el hospital siguiera siendo su refugio.

Desechó la aguja que aguardaba en su mano derecha, y un ademán hacia delante lo llevó donde deseaba; su piel. Rozó sus brazos, y sintió cómo Stana se erizaba. Lo amo, tanto, que jugó con ellos el tiempo preciso.

Ahora, fue ella quien no dejó que el aire los dividiera, y solapó sus bocas. Rápidamente sus lenguas se hallaron, logrando que a cada segundo quisieran más, desearan solo no moverse, solo sentir y experimentar eso que tanto tiempo estuvieron obligados a solo recordar.