Parte 29

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- No habías dicho que sólo era ayer? - dijo Stana muestras lo mirada de arriba-bajo. Esta guapo con su camiseta gris claro. Sus brazos se le notaban más.
- Si, pero no te voy a dar tiempo. Vamos a hablar.
- río - Venga, has madurado en un día o que?
- Stana, estoy hablando en serio y hasta que no hablemos, no me iré. - se sentó.
- Vale, pues hablemos. - lo acompañó.
- Pregúntame lo que quieras?
- Por qué no le dijiste a nadie que estamos juntos, incluso a tu mamá?
- Porque sí que tengo miedo... - hizo una pausa. Stana continuó mirándolo, tratando de descifrarlo. - de perderle, de que la prensa y las habladurías arruinen lo nuestro.
- Pero...
- A lo mejor tú no lo ves, pero mañana podría pasar otra cosa como lo de Mikaela y que terminémos.
- Yo te creo...
- Lo sé, pero no tengo la mejor reputación, y siempre tendrás dudas, porque sé que las tienes. Sé que piensas, que tienes miedo a que todo vuelva ser como antes, pero no quiero que tengas dudas. - tomó su mano y la acaricio con ternura, logrando círculos en ella. - Quiero que no tengas miedo, quiero que pienses que estar juntos fue la mejor decisión.
- Lo fue... - sonrío.
- Quiero que después no te arrepientas. Por eso, si estás más tranquila con que todos sepan que te adoro, lo haré...se los diré.
- No quiero....si tú no quieres.
- Sé que si. Para mí, ver que estás segura y te sientes bien con nuestra relación es lo principal. Y me subiré a la torre más grande, gritaré tu nombre y que te amo.
- Lo haces? - preguntó con temor. Lo sabía, pero necesitaba oírlo.
- Si. Te amo... - se acercó a su lóbulo, y lo mordió. - te amo... - ahora beso su cuello. - te amo... - atrapo sus labios y los controlo. Los sedujo, los envolvió y los disfruto.
- Puedo hacer otro pregunta?
- Por supuesto.
- Todavía la propuesta de vivir contigo, está en pie.
- movió la cabeza - Y quiero que sea antes de que me vaya.
- antes del viernes?
- Si, mi madre se quedara y no quiero que esté sola.
- Así que es por tu madre, y no por mi... - se hizo la sufrida.
- Ay, pobrecita!!!! Nadie la quiere. - la abrazó y beso su mejilla. - Claro que es por tu, tonta. Echo de menos tu cuerpo..
- Y yo...
- Pero hay una cosa que no has dicho.
- El que?
- Que me quieres.. - puso cara de perrito.
- Pero es que yo no te quiero, - Nathan frunció el ceño- yo te  amo, te adoro. - sonrío, feliz.

Ambos estaban dispuesto a enfrentarse, a darse la oportunidad, a comenzar de nuevo. Stana empezó a empacar y trasladar sus cosas. Como puedes llevar a acumular cosas!!! Ella también necesitaba enfrentarse a su presente. Quería saber cómo sería el día a día, a su lado. Normales. Además, amaba la casa de Nathan, el estilo y el espacio.








- Hola Cookie. - saludo Stana.
- Hola, cariño. Veo que ya arreglaron sus problemas.
- Si. - ambos sonrieron.
- Me alegra, aunque me gustaría pedirte perdón.
- No tienes porque, tranquila. - colocó su mano en el hombro. - Ya Nate me explicó.
- Gracias...
- Pues, nosotros nos vamos a organizar nuestro cuarto. - dijo Nathan, mientas abrazaba a Stana, por detrás.
- Es lindo verlos así. - Cookie sonrío.
- Ella sí que es linda. - agarró el mentón de Tana y la beso. Ella sonrió.








- Mark, he hablado con Michelle? - Krista decía por teléfono.
- Pero no ha sospechado nada?
- No. Tienes donde apuntar?
- Si.
- El número es XDA181210, saldrá a las 3:00pm, por LAX.
- Vale.
- Ya me dirás que vas hacer?
- No, y no te preocupes por más nada, yo me encargo de todo. Adiós, reinita.









- Babe, que quieres hacer para festejar el inicio de una nueva vida?
- Estar contigo toda la noche... - movió las cejas y sonrío.
- Oye...mira que yo también, pero ya tendremos tiempo para eso, ahora que viviremos juntos. - empezó a subir las manos por las piernas, hasta que llegó a sus caderas.
- Pues yo con una botella de vino y tú compañía me basta.
- Pues voy por las copas.

Al volver, se colocó detrás de Stana y sus manos las volvieron a envolver.

- Puedo pedirte un favor? - le sirvió el vino.
- Claro, amor. Qué pasa?
- Nada. Es que quiero que me prometas, que nunca más, nunca dejemos que otras cosas nos afecten. Quiero que hablemos, cuando sucedan, y que no solo pidamos un tiempo y nos separemos. Que tratemos de arreglarlo.
- No te lo prometo, te lo juro, porque quiero estar siempre contigo. Y yo quiero que me prometas, que si alguna vez, no te sientes feliz contigo, que algo ha cambiado en ti, en frente me lo digas, aunque me duela.
- Aunque lo creo que nunca suceda, porque siempre te voy a amar, te lo juro.
- Te amo. - sus labios se unieron y forjaron el inicio...

Y Si Te Quedas, Qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora