Recorriendo N Santa Mónica Blvd encontraron un supermercado, tenían que comprar algunas cosas antes de llegar a casa.
Ambos con sus manos entrelazadas, aun, querían gritar al mundo que se amaban. Habían pasado tanto tiempo ocultando y renegando sus sentimientos. No más. Nathan era el que estaba un poco más reservado, quería decirle la verdad a Krista, no que se enterara por una revista o por las noticias, aunque en ese momento lo único que importaba eran ellos dos.
Los besos continuaron siendo especiales, cada unión, cada caricia, experimentaba un nuevo sentimiento, sensación. A veces hasta jugaban como unos niños. Aun las mirabas están llenas de fuego, pasión y deseo.
Continuaron su trayecto, Park Way se les hizo más largo, carros y parejas al igual que ellos dispuestas a regresar a casa y descansar, otros con dirección a Hollywood Club Crawl, aunque era miércoles.
Las puertas del apartamento de Stana, en el cuarto piso de uno de los mejores edificios, se abrieron. Ambos pudieron sentir algo diferente, habían estado ahí, solos, pero nunca como pareja y eso lo hacía especial y único.
- ¿Y Sonar?
- Debe estar en la habitación - entonces Nathan observó como el pastor alemán, negro, bajaba las escaleras a toda velocidad para saludar a su dueña. No, era a él. Se le tiro encima, provocando en Nathan un balanceo, que al final termino en caída, lameando toda su cara. Toda las cosas que habían compraron cayeron al suelo. Stana no pudo evitar reír al observar esa escena. Era hermosa y graciosa, a la vez.
- Ven acá peque - este dejo a Nathan en el suelo y se paró en dos patas delante de ella, moviendo la cola alocadamente, con sus orejas firmes, juguetonas. - ¿Estas bien? - preguntó mirando a Nathan.
- estuvo un momento sin palabra - Eso creo, después de - le explico con señas lo que había pasado, aunque ella lo había visto todo. Parecía un niño - creo que bien.
- Río - Vale, vamos.
El pequeño canino los ayudo a llevar todo hacia la cocina. Mientras Stana picaba algunos vegetales, Nathan iba organizado todo.
- volvió abrazarla por detrás como horas antes - ¿Te ayudo? - enredó sus manos junto a las de ellas, cortando una lechuga, mientras sus labios hacían un recorrido corto sobre su cuello.
- Creo que no me estas ayudando nada, solo me retrasas más.
- Pues déjame retrasarte. - giró su cara y sus manos ahora hacían presión sobre sus mejillas, atrayéndolas. Mordió su labio inferior y después la beso. Stana dejo el cuchillo en la mesa y su cuerpo continúo el recorrido que Nathan le había hecho a su cuello, ahora quedando paralelos.
- Me encantaría pero tengo hambre.
- Vale, yo continuo.
- ¿Se puede saber que me vas a preparar?Tu famosa pasta...sushi... - el la calló con otro beso.
- Quiero sorprenderte.
- Woow, pues te dejo aquí con tu amigo - señalo a Sonar - yo voy a darme un baño - se despidió.
Inmediatamente después de que la sombra de esta desapareciera, Nathan empezó a organizar la mesa. Quería que fuera especial, pero sencillo a la vez, además estaba corto de tiempo e ingredientes.
Encontró una botella de champán en el estante, tomó unas copas y velas. La cena estaba casi lista, pero, le faltaba algo. Salió al balcón, miro a los lados, entonces encontró un pequeño rosal en la casa vecina. Sin más, bajo corriendo.
- Babe, ya estoy - se quedó en shock, nunca pensó que el organizaría todo eso para ella. Tenía su toque personal, era hermoso - Nathan - nadie respondió - ¿dónde estás? - entonces la puerta del apartamento se abrió rápidamente. Él estaba agitado.
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Y Si Te Quedas, Qué?
FanfictionLe quiero, por como es, por como me mira, aunque no seamos nada. Me duele cuando sus labios no solapan los míos, como sonríe al verla. Quiero decirte, pero tengo miedo a su rechazo, a su cambio y sobre todo a que nunca mas volvamos a ser los míos. N...