Parte 14

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Los lunes para Stana nunca fueron los mejores. Significaban ir de nuevo al trabajo, pasar desapercibida delante de sus sentimientos o muchos momentos observarlo con otras mujeres. Esta vez, solo esperaba que el sol empezara a brillar para volver a verle, después de que ayer ambos durmieron en sus respectivas casas, extrañando cada parte de su cuerpo.

Al llegar al estudio, divisó un pequeño pero encantador ramo de flores, sin necesitad de ver la tarjeta...

Mi amor...

Aunque estaba equivocada, era Mark. No pudo dejar de sonreír ante aquel detalle. El aroma de las flores y su perfume creaban una sensación dulce en aquel pequeño resguardo.

Abrió la tarjeta.

Como no tengo tu dirección tuve que esperar hasta hoy para podértelas entregar, espero que te gusten.

Gracias por la cena.

No podía negar que tenía bien gusto, las flores eran hermosas.

Dejó sus cosas sobre la mesa y realizó su rutina diaria con el ATPList de fondo, tarareando cada canción, siempre creando su propio mundo cuando leía el guion.

- Hey Tam.

- Tana – entraba a su camerino – aquí te traigo a tu hijo. – dijo riendo mientras que soltaba la correa de Sonar. Antes de aquel alocado viaje, Nathan había pensado en todo y le pidió a Tamala que cuidara del canino.

- Gracias.

- Ni me lo agradezcas y cuéntame todo lo que sucedió.

- ¿De qué? – se hizo la sorprendida.

Al final no pudo liberarse de su amiga, que era la única que sabía de su relación, bueno y Mark.

La sonrisa no desapareció de su rostro mientras que le hacía toda la historia, terminando con:

- Él es súper romántico, nunca pensé que detrás de aquel engreído pero sexy Nathan podía esconderse el más romántico de los hombres... -Tamala solo la miraba – ¿Qué?

- Siento decirte que estas súper enamorada de él...

- Siempre lo estuve. – suspiro.

- Vale, si no me lo hubieras dicho ni te creería. – río fuerte.

- ¿Se me notaba mucho?

- Mucho...yo diría demasiado, aunque pensé que nunca estarías juntos.

- Yo también. – estuvo unos segundos callada - Tam acuérdate que no se lo puedes decir a NADIE.

- Si, ya se. Bueno cambiando de tema, ¿de quien son esas flores? ¿Nathan?

- No, de Mark.

- ¿Mark? ¿El nuevo productor? ¿El del bar el otro día? – a lo que Stana asistió en todo momento – Lo tienes loquito.

- Que dices...

- Tana, por favor

- Venga, vamos a grabar.

Y Si Te Quedas, Qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora