La cabeza de Hoseok era un lío total. El abrazo no le incomodaba para nada, ni le importaba que su camisa se estuviera empapando por las lágrimas que la chica derramaba, lo que realmente le preocupaba es no tener ni idea de qué debía hacer o decir. Trato de recapitular los sucesos pasados: ella estaba corriendo, parecía huir de algo porque en su mirada más que tristeza parecía haber miedo, y después ella se puso a llorar preguntando por qué la odiaban.
Suspiro y cerró los ojos, sintiéndose frustrado. A pesar de que tenían una especia de amistad, no se conocían tan bien, solo datos totalmente al azar. Como su comida favorita, su edad, experiencias que han vivido en sus años escolares. Cosas demasiado cotidianas que no le ayudaban en nada en ese momento.
¿Qué tal si en lugar de animarla la lastimaba aún más por no conocer la situación que ella estaba viviendo? Lo último que quería era hacerla llorar más, así que solamente se dedicó a apretarla contra su pecho mientras le susurraba con sus labios pegados a la frente de la chica, que todo estaría bien.
El llanto de ella cesó gradualmente, y cuando por fin se calmó se alejó de él. Hoseok sintió un repentino vacío al ya no tenerla tan cercas, quizás el abrazo también lo había hecho sentir bien a él. Sus mejillas todavía estaban mojadas, y que mejor solución que limpiarlas con sus dedos mientras con las palmas sostenía su pequeño rostro. La sintió tensarse bajo su toque, sin embargo, no se alejó.
Su piel era muy suave. Hoseok se quedó un rato más acariciando sus mejillas, se sentía bien y había quedado hipnotizado por ese hecho. Eso provocó que ella le mirara. Había incomodidad en su rostro, pero esta vez sus mejillas no estaban pintadas de rojo y no había rastro de esos adorables ademanes que hacía para tratar de calmar sus nervios.
Ella aún estaba triste. El abrazo no había sido suficiente. Él negó con la cabeza, no le gustaba verla de esa forma ¿Por qué? Por qué no, eso simplemente estaba mal. Ella era una chica sonriente y adorable, no una chica triste y sería que apenas reaccionaba. Quería hacer algo para levantarle, él animó, y encontró la solución perfecta un poco más adelante de donde ellos estaban.
—¿Te gustan las malteadas? —le pregunto sonriente.
* * *
Hoseok estaba bastante tranquilo mirando algo en su celular. Eun-ji se mantuvo callada desde que entraron a ese lugar. Si ella no quería hablar, él tampoco forzaría la conversación, tal y como lleva haciendo desde que conoció a la chica tímida. Mientras tanto, ella no dejaba de sentirse incómoda.
—E-es en serio, esto no es necesario —comento sin mirarlo a los ojos.
Era la cuarta vez que repetía lo mismo.
—¿Recuerdas esa vez que se me rompió la mochila y me diste un chocolate? —Eun-ji asintió—. Bueno, ve esto como una forma de devolverte el gesto.
—P-pero yo solo te invité una barra de chocolate. —Por fin le dirigió la mirada—. Algo muy chiquito, y tú…
—Aquí está su orden. —Una linda chica castaña se acercó a la mesa donde ambos estaban. Con perfecto equilibrio sostenía con una mano la bandeja—. Una malteada de fresa, otra de chocolate y una rebanada de pastel de tres leches.
Los dos chicos se miraron confundidos cuando vieron el pastel.
—Nosotros no pedimos esto —aclaro Hoseok.
—Eso va de parte de la casa —le dijo al chico seguido de un guiño muy coqueto—. Disfrútalo guapo.
Y se alejó moviendo sus caderas con mucha sensualidad. Ambos vieron extrañados a la mesera alejarse. Eun-ji captó muy bien las intenciones de la chica, sin embargo, Hoseok parecía pasar por alto ese detalle.
—Bueno, pastel gratis —comentó con una gran sonrisa y frotando sus manos con ansias por probar el pastel.
—Creo que le gustaste —susurro
Eun-ji sin dejar de ver a la chica.—¿Eso crees?
Hoseok era muy despistado, eso pensó su acompañante. Pero lo que Eun-ji no sabía es que Hoseok sí se había percatado de lo sucedido incluso mucho antes que ella. Desde que él entró al local, la castaña no dejó de mirarlo de arriba abajo, y tampoco dejó de reír y murmurar con otra de sus compañeras. Aceptaba que era una chica bonita, pero simplemente no llamaba su atención. A él no le gustaban las chicas tan atrevidas como ella, le llamaban más la atención las chicas sencillas, esas que con muy poco se ven perfectas y te hacen sentir cómodo aunque no digan ninguna palabra. Como la chica tímida frente a él. Esperen ¿Cómo Eun-ji?
—¿Por qué?
Esa pregunta lo saco de sus pensamientos. Hoseok no sabía a qué se refería.
—¿P-por qué me invitaste a este lugar? No nos conocemos lo suficiente como para tenernos este nivel de confianza.
—Por eso lo hice —contestó como si la respuesta fuera tan obvia —. Al principio no conoces a la persona, pero cada encuentro y cada convivencia juntos los hace conocerse mejor. Incluso hasta pueden convertirse en amigos. Y yo he decidido que quiero ser tu amigo, así que…
Hoseok la miraba con una sonrisa, invitándola a que hiciera cualquier pregunta para comenzar una conversación. Ella se pensó mucho lo que iba a decir, como siempre. Hoseok se había percatado de eso desde que comenzaron a hablarse, ella siempre se tomaba su tiempo para reflexionar en cada palabra que diría. Era como si temiera que cualquier cosa pudiera ofenderlo ¿Por qué tenía ese miedo? Su curiosidad hacia ella iba en aumento con cada nuevo encuentro.
—Eun-ji. —Hoseok no entendió —. E-es que has estado pronunciado mal mi nombre.
—Oh, wow. —Tomó un sorbo de su malteada totalmente serio. Después añadió—: Ahora me siento como un completo estúpido.
Eun-ji no pudo evitar soltar una pequeña carcajada que ella cubrió con el dorso de su mano, ocultando la sonrisa que a Hoseok le hubiera gustado ver. Después de eso, la conversación fluyó por sí sola y Eun-ji se desenvolvió mucho mejor con su acompañante. Se sentían tan cómodos hablando de cualquier cosa que no se dieron cuanta del paso del tiempo. Tampoco les importo las miradas que los demás comensales daban cuando reían más fuerte de lo normal.
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AZUL || Jung Hoseok
FanficYo era un completo desconocido para esa chica y yo lo único que conocía de ella era su nombre, que era muy tímida, que su color favorito era el azul y otros detalles superficiales. Ella pudo haber quedado como una desconocida, una persona más sin r...