Seis

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La puerta de la habitación se abrió estrepitosamente asustando a Eun-ji. Cerro de inmediato la libreta azul y dirigió la atención a las dos personas que entraron gritando a su cuarto.

Se trataba de su medio hermano Jungkook y de la señora Jungnan, la madre de este. El chico parecía sacar humo por las orejas de lo enojado que estaba, y el que la madre de este apareciera no era una buena señal. La chica se encogió lo más que pudo en su silla de escritorio, preparada para recibir el primer grito.

—¡Eun-ji dile a mi madre que no quieres ir a ese lugar! —Ella no respondió, si lo hacía sería peor—. ¡Dile a mi madre que no quieres ese viaje!

La mencionada cerro los ojos tratando de calmar sus lágrimas. Hace semanas ella le había pedido permiso a su padre para ir a un viaje a Busan al que llevarían a los mejores alumnos de toda la escuela como recompensa por su esfuerzo. Le había pedido permiso a su padre y a su esposa para ir y ellos, aunque a regañadientes, habían aceptado.

—Sé que esto te molesta, pero ya firmamos el permiso y entregamos el dinero.

—Pero aún están a tiempo de que ella se retracte y les devuelvan el dinero. —El chico de nuevo regreso su atención a Eun-ji—. Así que díselo, dile que no quieres ir a ese viaje.

Ella no pronunció ninguna palabra. Además, siempre la callaban a media oración, así que ¿Por qué hablar entonces?

—Jungkook. —La madre del chico parecía cansada.

—Es que no es justo. Mi padre me prometió que si aprobaba todas las materias con las calificaciones más altas me compraría una computadora nueva. Y ahora resulta que no la tendré porque el dinero será destinado para la arrimada de Eun-ji.

Cerro muy fuerte los puños. Esa palabra la escuchaba todos los días de parte de Jungkook, además de las constantes veces en las que la regañaba por haber destruido su familia feliz.

—Además, ella ni siquiera sacó calificaciones perfectas. No deberían premiarla con algo así.

En realidad el viaje no era un premio. Su padre y la esposa de él pensaron que era una buena forma de librarse de ella por unos días y así podrían estar en paz un tiempo. Eso le dolió mucho. Ella no tenía la culpa de los problemas que ellos estaban atravesando, en todo caso el culpable debería ser su padre.

Ella no había pedido tener un papá que ya tenía otra familia, ni había pedido que después de años de ausencia él le diera un lugar en su hogar. Si le hubieran dado opciones, hubiera preferido quedarse sola en la casa en la que vivió muchos años felices con su madre. Pero no, su padre, si es que se le podía llamar así a un hombre que abandono a su amante en cuanto supo que estaba embarazada, decidió acogerla y solamente por lástima.

Aunque tan poco era tan malo, quizás no era un padre cariñoso, no le habia dado su apellido y a veces decía cosas que llegaban a lastimarla, pero siempre trataba de darle espacio y no molestarla. El verdadero problema era su esposa, Jungnan y su medio hermano.

Todos los días la hacían sentir miserable, como si ella hubiera cometido un gravísimo error. Al principio entendía que ellos tenían razones de sobra para comportarse así con ella, después de todo era la hija de la amante. Intento con todas sus ganas llevarse bien con ellos y tratar de integrarse a la familia, pero obviamente fracaso. Ellos siguieron desquitando todo su odio con ella, como si les hubiera arrebatado algo muy valioso.

Por eso mismo ella también quería ese viaje, quería estar lejos de todos los gritos y problemas con los que la familia de su padre la hacían cargar. Pero jamás imagino que su medio hermano reaccionaría de esa forma. 

—Yo soy su hijo, deberían prestarme atención a mí, no a la hija de una puta. —Señaló a Eun-ji—. ¿O qué? ¿La quieren más a ella que a mí?

—Por supuesto que no, no digas tonterías. Es que creímos que si ella se iba podríamos pasar nosotros tres un momento tranquilo en familia —explicó la señora—. Pensamos que quizás eso te haría feliz.

Jungkook fulmino con la mirada a Eun-ji, penetro en lo más fondo de ella, destruyendo un poco más su corazón. Debería estar acostumbrada a recibir el odio de toda “su familia,pero cada palabra seguía doliendo igual que la primera vez.

—Si de verdad quieren que sea feliz, entonces ella no debería estar aquí. 

Jungkook salió de su cuarto, dejando con la palabra en la boca a su madre. Ella se llevó su mano a su cien derecha y la acaricio dando círculos.

—Lo siento —hablo por fin la chica en un débil susurro.

—¿Lo sientes? —Río con ironía—. Eso no servirá de nada. Tus estúpidas disculpas no servirán para reconstruir a mi familia.

Salió de la habitación mientras repetía una oración muy conocida por Eun-ji, y era que mejor no hubiera aceptado traerla a su casa. Ella estaba de acuerdo.

En cuanto la puerta de su cuarto se cerró, por fin pudo llorar. Era un llanto silencioso y muy doloroso ¿Por qué tenía que vivir en un lugar donde nadie la quería? Muchas veces se planteó la idea de escapar y regresar a su antigua casa, pero tampoco tenía el valor para vivir sola pues no tenia ahorros para iniciar su independencia. Y sabía que, a pesar de todo, su padre no iba a permitir que se fuera. Estaba atrapada, al menos asta que ella se armará de valor para dejar atrás a esa familia que le hacía daño.

En poco tiempo la tristeza se apoderó de ella por completo.

AZUL || Jung Hoseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora