Cincuenta y uno || FINAL ||

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Atando cabos, se dio cuenta de que la noche en la que conoció a los amigos de Hoseok fue la noche en la que su padre salió de presión. A Jungkook no le quedó de otra que confesarlo cuando Eun-ji lo confronto.

En efecto, él había llegado, después de preguntar a los vecinos, a su lugar de trabajo con intenciones de hablar. Justo como al principio, él no quería hacerlo, y las cosas no terminaron tan bien como con Eun-ji. Su conversación terminó en una fuerte discusión y casi se golpean. Por eso fue que le pidió a Hoseok qué esa noche cuidara de su hermana. Al final le prohíbo acercarse a ella y también a su casa, justo para evitarle un mal momento como el que paso.

Eun-ji le reprendió por no haberle dicho nada en el momento. Pero al final termino entendiendo y agradeciendo sus acciones, pues quizás en ese momento en el que todavía sentía el odio a flor de piel, le había hecho retroceder todo el avance qué llevaba hasta ese momento.

* * *

—Entonces, ¿no estás molesta conmigo?

—Claro que no, entiendo que solo estaban pensando en mi bien cuando decidieron ocultármelo. —Apretó su mano con fuerza a la vez que le sonreía—. Así que relájate. No voy a reclamarte ni nada.

Hoseok suspiro tranquilo. Ella realmente se lo había tomado muy bien, con mucha madures a decir verdad. Más orgullosa de ella no podía sentirse.

—¿Y como te sientes ahora?

-La psicóloga y tú tenían mucha razón. Hablar de todo lo que tuve que aguantar por años me ha ayudado a cerrar aquel doloroso ciclo por completo.

—¿Y podrás perdonar a tu padre?

—Bueno, eso será más complicado. Pero por ahora estoy en paz —dijo mirando al cielo con una gran sonrisa—. Y en este momento solo quiero disfrutar de nuestro aniversario.

Riendo se acercaron para darse un pequeño pico, al cual le siguieron otros muchos. Era su aniversario de un año como novios, y un pícnic era lo que habían organizado para festejarlo. De hecho, su fecha para celebrarlo había sido una semana antes, pero lo pospusieron por los eventos acontecidos con aquel hombre.

Era una ocasión especial y ambos debían estar felices. Justo como ahora.

De la canasta sacaron una manta roja y la colocaron debajo de un árbol con buena sombra. El tiempo era perfecto y el sol brillaba en lo alto. Había una gran cantidad de esponjosas nubes y el viento era refrescante.

—Para el menú de hoy tenemos: sandwich de queso, traje también carne con verduras y preparé también agua de freza —mencionó muy orgulloso Hoseok mientras iba sacando cada cosa de la canasta—. Ah, y traje también galletas glaseadas, porque sé que te gustan.

Eun-ji se saboreó de inmediato toda la comida. Jamás había comido algo preparado por su novio, normalmente era ella quien le cocinaba. Pero para esa ocasión, fue él quien pidió cocinar para ella, y la dejo muy sorprendida.

—¿De verdad preparaste todo esto?

Hoseok llevo una mano a su pecho y la miro ofendido.

—Por supuesto ¿Acaso dudas de mis habilidades culinarias? —hablo mientras en su mente rezaba por no intoxicar a su novia.

No era un mal cocinero, y asta ese punto de su vida nadie nunca se quejó al respecto. Y esperaba que esta no fuera la primera vez. Sin embargo, cuando dio el primer bocado a la carne, ella de verdad pareció disfrutarla y se lo hizo saber. Incluso a él le sorprendía lo bien qué sabia su comida.

Cuando terminaron, llego la hora de dar los regalos. Eun-ji fue la primera, era una caja delgada rectangular. No pesaba mucho. Cuando la abrió vio una camisa a cuadros negra con rojo. Bromeo con quitarse la suya y ponerse la qué su chica le regalo. Eun-ji cubrió sus ojos cuando él hizo el amago de intentar quitarse la suya.

Cuando las carcajadas cebaron, fue el turno de Hoseok, la caja era parecida en medidas a la del regalo de Eun-ji. El contenido era un broche para el cabello con pequeños diamantes azules qué formaban bonitas flores.

—Es muy bonito. —Ella se lo puso de inmediato en su cabello. Giro ligeramente su cabeza, haciendo poses para presumir el broche—. ¿Cómo me veo?

—Hermosa —dijo con una sonría de oreja a oreja, para pasar a besarla.

Entre risas y juegos ambos terminaron recostados en la manta. Hoseok de lado con su codo sosteniéndose mientras admiraba a la hermosa chica recostada sobre la manta.

Eun-ji tomo el rostro de Hoseok en sus manos y acaricio con cariño sus mejillas. El chico cerro sus ojos y se dejó llevar por esas deliciosas sensaciones qué ese simple acto le provocaba. Comparaba el toque de Eun-ji como si se tratara de tiernos besos de un ángel. Tomo una las manos de Eun-ji y la llevo para dar varios besos sobre la palma de su mano. Al final la regreso a donde mismo, para disfrutar un poquito más de esas caricias.

Mientras tanto, Eun-ji no dejaba de mirarlo con tanta atención. Queriendo grabar cada pequeño detalle del rostro de Hoseok, sobre todo de los hoyuelos, qué Eun-ji pico con sus pulgares e hizo reír a los dos.

—¿Qué pasa?

—¿Qué? —Eun-ji detuvo todos sus movimientos abruptamente.

Hoseok se río.

—¿En qué tanto estás pensando niña?

Eun-ji se acomodó un poco. Dejo la tarea de acariciar a su mano derecha, pero esta vez lo hacía en el pecho de su novio.

—Sabes, la única familia que conocía fue a mi madre. Ella fue quien me crío y se dedicó a amarme asta el último día de su vida —hablaba nostálgica—. Y cuando murió y llegue a vivir con la familia de mi hermano, creí que nunca más volvería a sentir la calidez de un hogar.

Los dos se pusieron serios. Hoseok ahora también estaba acariciado la cintura de ella. Un gesto cariñoso para alejar un poco la tristeza del momento.

—Pero entonces apareciste tú. —Volvió a sonreír—. Un chico amable qué de casualidad conocí en el transporte. Que fue bueno conmigo sin conocerme y que ahora amo con locura. Hoseok, eres mi azul.

Los ojos de Hoseok brillaron encantados ante las palabras del hermoso ser frente a él.

—Y tú eres el mío.

Dicho eso, estampó sus labios con los de ella. Esta vez el beso era un poco más exigente y profundo, que dejaba muy en claro cuanto le había gustado la declaración de Eun-ji.

Pero él no era el único que formaba parte de ese azul, también Jungkook lo hacía, incluso también los amigos de Hoseok los consideraba parte de ese azul. De una hermosa familia que no era para nada convencional, ni siquiera era lo que esperaba, pero, sin embargo, era todo lo que siempre había añorado. Quizás habría algunas fallas y problemas, pero con su gran familia que había formado, se sentía muy valiente y confiada para afrontar su futuro con una gran sonrisa.

AZUL || Jung Hoseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora