Cuarenta y seis

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Ella compró un cono de helado de fresa y Hoseok degusto uno de vainilla. Después se dirigieron a una plaza comercial, se detenían a ver los escaparates de algunos locales y posteriormente seguían con su camino. Alegres conversaciones y también chistes llenaban el ambiente, sobre todo cuando pasaban frente tiendas donde vendían peluches. Había algunos tan mal hechos y con caras graciosas. Hoseok no podía evitar hacer chistes al respecto y Eun-ji no podía parar de reír hasta que le dolía el estómago.

Caminaron un poco más asta que se encontraron con un lugar lleno de juegos, entre ellos uno de baile. La chica notó como la mirada de él se iluminó.

—¿Jugamos?

—Paso, no soy buena bailando. Mucho menos en una máquina de esas

—No hace falta que seas buena ¡Es divertido! ¡Vamos!

Termino siendo arrastrada al interior, y Hoseok no le dejo más opción que jugar con él, Pues la tomó de la cintura y como si tuviera el peso de una pluma la cargo.

—Solo sigue las flechas qué te marca la pantalla. Así de fácil.

—Sí, muy fácil para alguien que ya lo ha hecho antes.

Eun-ji dio su mejor esfuerzo, y por supuesto que río bastante. Incluso el qué sus pies se enredarán y casi callera les arrancaba carcajadas a ambos.

—¡Te dije que soy mala!

Hoseok solo se río.

Eun-ji desertó a la cuarta canción porque ya estaba cansada, pero el chico siguió por un buen rato más. Y sé lucio con sus habilidades. No solo era bueno, era excelente. La chica no era experta, pero podía asegurar por sus movimientos que él debía tener más práctica en el baile, qué la de un simple juego.

No solo ella estaba impresionada, algunas personas se detenía para verlo. Se había formado un pequeño público a su lado, pero él estaba tan sumergido en su propio mundo disfrutando de la música que no se daba cuenta.

—Oye, tu novio es asombroso —le comento un chico.

Las mariposas comenzaron a revolotear en el estómago de Eun-ji, causándole agradables y dulces sensaciones. Esa palabra sonaba tan bonita y esperaba que algún día pudiera llamar de esa forma a Hoseok.

—Lo es.

Cuando la canción terminó, las personas que se juntaron a su alrededor comenzaron a aplaudirle a Hoseok y también su acompañante. Sonrió con pena, pero a pesar de sentir calor en sus mejillas y a modo de juego reverencio a su público.

—Eso fue inesperado —dijo al acercarse a Eun-ji.

—Es que lo hiciste increíble. Dime, ¿Sabes bailar? Profesionalmente, quiero decir.

—Cuando era más chico estuve en una academia de baile. Pero lo dejé porque mis padres no pudieron seguir costeándolo. —Había un atisbo de tristeza en sus palabras—. Aun así, aprendí algo.

—Pues lo haces muy bien. Incluso creo que te has hecho de algunos fans.

Con fans se refería a tres chicas que rondaban por la edad de Eun-ji, qué no dejaban de reír y murmurar a una distancia relativamente cercas de ellos. Hoseok ladeo un poco la cabeza al notar como el semblante de ella se puso serio al señalarlas, también había un puchero en sus labios. Hoseok alzó una de sus cejas ¿Era lo que él pensaba?

AZUL || Jung Hoseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora