Capítulo 31

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Maratón 3/5

-Están mintiendo -susurre. -Eso es imposible.

-No lo es, no si vemos lo qué pasó. -suelta Aarón.

-Pero... pero, ¿cómo? -Aun no comprendía cómo carajo habían llegado ellos a mi.

-Sabes que no podemos hablar de estas cosas contigo Amber, así que no preguntes tanto. -Se escuchó la voz de Jared.

-¿¡ESTÁN LOCOS!? No pueden soltar algo como eso y luego pedir que no pregunte.

-Si podemos hacerlo. -Dijo Ian.

-Ya va a volver a gritar -Susurro Aarón, pero fue audible para mi.

-¡YA CÁLLATE LA JODIDA BOCA AARÓN! -Grite aún más fuerte, sorprendiendo a todos. -Ya nos tienes a todos cansados con tu estupida actitud de chico malo, ya caes mal.

-Sabes, no decías lo mismo cuando te tenía abajo de mi, gimiendo de placer. -Soltó, los demás solo estaba expectantes a que se agravara la situación.

-Eres un jodido imbecil, violador sin escrúpulos -Solté por fin.

La sala se volvió en un extenso silencio que hizo que me arrepintiera de decir aquello, yo estaba al tanto de que nuestros encuentros no habían sido los mejores, pero nunca habían sido violaciones, o yo no los veía así. La tensión era tan fuerte que ni las tijeras más grandes del mundo lo iban a cortar.

Estaba asustada, desde que conozco a Aarón he sabido que es mejor no hacerlo enojar, siempre tiene esta actitud despreocupada y suelta, pero puede ser aún más imbecil cuando se vuelve una bestia enjaulada. Podía ver el enojo subir por sus ojos, la vena que hacía aparición en su frente y como apretaba con mucha fuerza su mandíbula. Jodida mierda, esto estaba mal, muy mal.

Solo pude procesar lo que pasaba cuando sentí como fui empujada con mucha fuerza hacia una pared, mi cuerpo se estrechó tan fuerte contra esta que había jurado que mi columna vertebral se había roto. Un gemido lastimero salió de mis labios por el golpe, y aguante la respiración creyendo que así dolería menos.

-Aun no has conocido mi peor parte Amber, y te consejo no conocerla. -Gruño, tan cerca de mi cara que sentí como gotas de saliva caían por todo mi rostro, asqueandome.

No iba a negar que me excitaba verlo enfurecido, parecía un Aarón totalmente distinto y desmesurado, pero al mismo tiempo tenía miedo, que pasaba si decía algo fuerte justo ahora? La curiosidad mataba y él anheló por saberlo. Cómo un toro tras algo rojo, el se despegó de mi y camino hacia la puerta amaderada que llevaba hasta la habitación, pero antes de que entrara lo detuvieron las palabras que pronuncie.

-Yo no tengo la culpa de que estés tan jodido que aún después de violarme quieras joderme a mi.

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¿Que opinan? ¿Creen que hoy le vayan a dar a Amber como cajón que no cierra?
Me quede dormida y por eso no había publicado. 😢

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora