Capitulo 24

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"Aburrida" así definiría mi vida en estos momentos. Creo que ya mi cama pide a gritos que me levante de ella, y mi cuerpo que le un buen baño. Aunque he permanecido totalmente sola en casa, me es imposible levantarme de esta cama, ya que la enfermera que contrataron no me permite ni sostener un cubierto, tan frágil no soy.

Estoy consciente de que debía evitar a toda costa esfuerzos físicos, pero ya había pasado un buen tiempo, ya hasta me habían quitado las puntadas del cuello. Me sentía totalmente bien y recuperada.

Vigilando que la enfermera no estuviera por ningún lado, me levanto de mi cama para poder darme un buen baño, como lo manda la biblia. Luzco fatal, mi cabello grasoso, por más que intento dormir las ojeras debajo de mis ojos no se van, puedo asegurar que hasta he bajado de peso, no sé si es mi paranoias, pero puedo jurar que lo noto.

Ya más fresca y limpia, voy al armario, ahora si me siento como una persona digna. El celular en mi mano vibra, mostrando el nombre de Charlie en el, un fuerte apretón en mi estómago me hace sonreír, y contestar rápidamente.

-Mi niña, ¿cómo estás? -se escucha su voz por el aparato. Aunque solo he podido hablar con mi novio unas cuantas veces en estos días, él se a mostrado preocupado y con ganas de venir a verme, pero está al otro lado del país acompañando a su padre en viajes de negocios.

-Ahora estoy mejor. -Respondo.

-Perdón.

-¿Por que? ¿Todo está bien?

Mi corazón dio un vuelco y empezó a latir más fuerte.

-Por no poder ir a apapacharte y comerte a besos, perdón por no estar mi niña. -Susurra.

-Oooh Char!! No te preocupes, sé que simplemente no puedes.

-Juró que te lo recompensaré en cuanto papá me deje ir.

-Se que lo harás.

-Charlie, ven aquí!! -Se escucha la fastidiosa voz de mi suegro por el altavoz.

-Ya tengo que irme mi niña, juro comunicarme contigo en unas horas, te amo.

-Y yo a ti Char, disfruta del trabajo. -Ambos exploramos en risas por lo último.

Miro la pantalla de mi móvil, allí hay una foto de Char junto conmigo, estábamos Berlín, fuimos allá de vacaciones hace unos años. Aunque nuestra relación es extraña, nosotros nos queremos mucho, y aseguró que no creo poder estar feliz sin él a mi lado, nos conocemos desde la infancia, y ya llevamos muchos años de noviazgo. No fue fácil llegar al nivel de confianza y soltura que tenemos hoy, pero lo logramos, tampoco fue fácil la decisión de tener una relación abierta, pero los dos sabíamos lo que queríamos y como lo que queríamos, así que dejar celos de lado fue fácil. Lo difícil fue ir contra lo convencional, y jurarle a las dos personas que no nos engañamos, solo así funciona esto.

Ya con unos jeans y sudadera puestos, me dirijo a la puerta para ir a la cocina por algo de comer, pero justo cuando iba a abrirla está fue tirada. La figura grande y sudorosa de Ian fue lo primero que vi, sus pupilas estaban dilatadas y tan oscuras como la noche, me asustó verlo, parecía una bestia que acababa de escapar. Sudado, transpirando, y con algunas gotas de sangre en su cuerpo. Sin esperarlo, el tiro de mi cintura para moverme de la puerta y el poder pasar, cuando ya estuvo dentro, la cerró con pestillo y luego empezó a mirar a todos lados, como si algo se escondiera allí. Ninguno de los dos hablaba, yo estaba sorprendida, y inspeccionaba no sé qué.

-Ponte zapatos. -demandó.

Su ronca voz me hizo estremecer, así que sin protestar me fui al armario para poder poner en mis pies unas zapatillas deportivas.

No me dejo salir bien del armario, cuando me pego a él, para darme un suave beso, solo fue un segundo en los cuales nuestros labios se rosaron, pero el cosquilleo en mi zona baja me advirtió que quería más. Me sostuvo por la cintura y me levanto del suelo, entrando conmigo a horcajadas en el armario, también cerró aquella puerta con pestillo, no iba a negar que estaba atemorizada, su aspecto daba miedo, pero estaba más excitada.

-Necesito que hagas silencio. -Gruño. -Escucha Amber, no importa lo que escuches, mantente en silencio, si puedes evitarlo, no respires.

Y justo allí, un fuerte ruido me dejó sorda, fuera de aquellas puertas se alzaba una guerra y yo ni si quiera la sabía.

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Nuevo capítulo, díganme que les pareció, espero le guste y lo disfruten. Gracias por sus comentarios y votos, les aseguro que Amber aún tiene muchas aventuras por delante.

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora