Capitulo 54

3.5K 249 12
                                    

—Amber Amber —Escuchaba mi nombre a lo lejos.

Intente abrir mis ojos, pero no podía, todo estaba oscuro y mi cabeza se encontraba más que confundida, ¿donde estaba?

—Vamos Amber despierta. —¿Era Charlie? En definitiva, reconocería su voz donde sea.

Intente hacer un sonido con mis labios que sonó a un queja. Realmente me dolía todo, y mis ojos dolía demasiado al igual que mi cara. Pero lo que no me dejaba ver era la venda que tenía en mis ojos.

—¿Charlie? —Mi boca estaba pastosa y mi voz se escuchó estrujada y estrangulada.

—Soy yo cariño, estoy aquí. —Su voz me dio tranquilidad.

Intente moverme, pero me fue totalmente imposible, al parecer estaba atada a algún tipo de silla, que no me permitía ni mover la cabeza.

—Cariño no te muevas... quédate lo más quieta que puedas.

—¿que? ¿Que pasa? ¿Porque no puedo moverme?

—Mi amor... solo quiero que sepas que te amo, y que lo que me haría más feliz en esta vida es estar a tu lado para toda la vida... —Su voz se estrujó, haciéndome sollozar a mi, ¿que pasaba? —pero necesito que no te muevas.

—Está bien... está bien.

Unos pasos se escucharon por todo el lugar, como un fuerte repiqueteo que no dejaba en paz mi cabeza, eso solo me alertó a saber que estaba en un lugar vacío, Sin absolutamente nAda más que nosotros y supongo que donde estaba sentada. Las habitaciones vacías tenían este mágico poder de crear ecos por donde fuera, como si el ruido brincara por la paredes.

No sabía donde mierda estaba y el triqueteo para nada aliviador de aquellos pescados zapatos solo me ponían la cabeza loca y enferma, no quería moverme o hacer una minuscala reacción para que no supieran que estaba despierta, no necesitaban saberlo, y algo que me decía que tampoco quería saber yo que pasaría si ellos se enteraban o el.

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora