Y allí estaba, de nuevo. Totalmente paralizada, la respiración no me salía y odia escuchar el correr de mi sangre en los oídos. Me palpiba todo el cuerpo, y las picaduras por el césped me tenían más inquieta, ¿que es esto? Jared no estaba para espantar otra pesadilla, y yo simplemente quiero salir de aquí. Las lágrimas corrieron por mi mejillas cuando el frío aire impactó con mi cuerpo m, estremeciéndome totalmente, entre en desesperación rápidamente, no quería volver a esta pesadilla, menos cuando todo mi cuerpo se sentía liviano y como si solo mi conciencia estuviera despierta. Me estremecí y mi piel se erizó, cuando volvía a sentir la fría mano rozar mi piel, estaba aterrada, tanto que podía jurar que me había orinado en los pantalones, quería cerrar mis ojos y despertar, pero me fue imposible.
-Eres hermosa. -Susurro una extraña voz fantasmal cerca de mi oído, sus fríos dedos movieron mechones del corto cabello de mi frente. -tienes los ojos de tu padre.
Empecé a gritar mentalmente, quería patalear y salir corriendo, pero no podía mover ni un dedo. -Calma. -La voz se escuchaba lejos pero al mismo tiempo sentía la cercanía de aquello cerca de mi. -Despierta. -un ultimo susurro se escuchó, muy suave.
Mi pecho subía y bajaba rápidamente, chequee mi entorno y estire mis piernas y brazos, para advertir que ya podía moverme y que realmente ya había desertado y en mi cuarto. Aún podía sentir el latir frenético de mi corazón ir todo mi cuerpo, mi pulso estaba tan acelerado que creía que me desmayaría. Lleve mi mano derecha al pecho y empecé a hacer círculo encima del lado de mi corazón, para intentar apasiguarlo.
¿Que había sido eso? ¿Acaso la casa estaba embrujada? Porque de ser así tendré que llamar a un exorcista. Estoy helada, ¿y como no estarlo con aquel extraño ente que aparece en mis sueños? La cabeza me da vueltas una vez me pongo en pie, y ni hablar del terrible dolor que tengo en mí entre pierna, eso me lleva a recordar lo que hice por última vez, ocasionando que mis bragas se mojen. Realmente esos chicos me daban fuego, tanto que a veces me era imposible calmarlo, son como una dulce droga que ponen a la vista de un drogadicto en recuperación. Aarón simplemente me tiene acongojada, su salvajismo me fascina, y ya me tiene encantada. Este siempre fue muy reacio hacia mi persona en los términos sociables, tiene una simpatía calculadora y malgeniada, siempre mandándome a cambiar de ropa o sacando de la casa a los chicos que me gustaban.
Cuando intento dar varios pasos hacia el baño, la puerta se abre de un portazo, mostrándome allí unos hermosos ojos cafés que buscan con urgencia por todas partes. Arthur, quien está acompañado por el doctor de la familia, ¿que hace aquí? Me miran fijamente, paso mis manos por mis hombros desnudos para pasar un poco de calor, llevaba una camiseta puesta, ¿de quien es? Podía apostar que de Ian, su fuerte olor masculino está imprecándole en ella.
-¿Que haces levantada?a-Pregubta Arthur, quien camina en mi dirección.
-Iba al baño.
-Acuéstate -Manda. Pero me es imposible acatar la orden, porque en menos de lo que canta un gallo ya estoy siendo levantada por sus brazos.
Arthur realmente nunca a deparado en mi, siempre tan alejado y distante de mi persona, que me sorprende su manera de actuar. Me ignoro por prácticamente siete años, y ahora cada que puede me mira y guiña un ojo. Creo que realmente el sexo si cambia las cosas.
-Solo iba al baño. -replicó.
-El doctor vino a revisarte, irás después m. -Responde tajante.
Yo solo callo, conozco bien a estos chicos, y se que me tendría que quedar hasta que el doctor terminara, quisiera o no, prácticamente no tengo elección aquí.
El doctor se preocupó cuando vio moretones en mi cuerpo, hasta yo misma lo hice, eso no estaba ahí esta mañana. Quise contestar con que había sido, pero él interrumpió diciendo que no era necesario. Con cada toque y apretón que el doctor hacía para comprobar mi estaba, mi cuerpo se quejaba de dolor y gritaba pidiendo auxilio. Sabía que estaba mal, pero no tanto.
-Necesitas descansar. -Dijo el señor de pelos canosos. -deja de hacer por un tiempo las actividades físicas, te están matando y desgastando, tu cuerpo es muy frágil, más de lo normal, tienes que dejarlo descansar.
Recetó unos analgésicos y pomadas que entregó a Arthur para después marchar. Ya sabía que era propensa a enfermarme con facilidad, siempre he sido enfermosa, pero jamás había teñido advertencias con bajarle a mis esfuerzos físicos, eso puso a mis minis yo totalmente locas y gritando por todas partes.
Arthur toma asiento en mi cama, y me es imposible no levantar el rostro, ara encontrarme con aquella ehermosa cara de ángel tan digna de él.
-Ya escuchaste lo que dijo el doctor, así que mantente alejada de Aarón, ese tipo es un idiota. -Mi boca se abrió rápidamente y dejé escapar todo el aire que tenía en mis pulmones con temor, ¿entonces el sabe? -No somos viejas chismosas ni nada, pero ya lo sabía, no eres muy sutil con tus gemidos, hermosa.
Mi cara se puso totalmente roja, y sentí como la sangre me hirvió. No soy vergonzosa, menos con temas sexuales, pero este chico me hacía ponerme d nerviosa y ni si quiera comprendía porque. Para sacara la vergüenza de mi cuerpo intente cambiar el tema y rápidamente dije -¿y mi Nonno? Lo escuché hace unas horas.
-¿hace unas horas? -Inquiere, con una bonita sonrisa de lado, yo solo asiento. - Hermosa, dormiste por más de una semana.
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Holaaa, ya saben que tuve muchísimos problemas con la plataforma para subir este capítulo, y también aún estoy en la clínica por mi hipo crónico, intente subirlo aunque fuera un poquito tarde.No se olviden votar, comentar y recomendar a sus amigos. Sus lindos comentarios me entusiasman y me hacen feliz. ♥️
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Cuatro tontos en mis manos ©
AksiAmber Giordano no es la típica chica, y nunca lo será. Con cuatro asesinos a su disposición, ella hará de tu vida un infierno. ------------------------------------------- Amber es muy normal dentro de l...