Capítulo 58

3K 219 2
                                    


Cuando por fin aquel monstruo a quien desconocía totalmente me dejó libre, no pude evitar acercarme al cuerpo de Charlie, comprobar  que realmente lo había perdido para siempre, que ya no lo volvería a tener más. 

-Lo... lo ase... asesinaste -Tartamudeo.

-Tu me llevaste a hacerlo, te advertí que pasaría. -respondió con cinismo.

-Esto no esta bien, no esta bien -Murmuro.

-Los chicos estarán felices de que por fin acabe con la vida del bastardo.

Lagrimas caen por mi rostro, mientras toco aquel rostro pálido y sombrío que antes vibro de felicidad. Que me sonrió mientras lo mataban. El corazón dolió, y me dio un vuelco de amargura, ¿Por qué? El, que era inocente ante cualquier cosa que pasará con ellos. Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, haciéndome hipar y sacudirme violentamente, me había sacado el corazón y pisoteado, rinpiendolo en mil pedazos, sentía que me lo habían desprendido sin piedad, dejándome totalmente desolada. 

-Necesito alejarme de ustedes, no... no los quiero cerca.

-Eso será imposible nena, yo seria el primero en perseguirte a donde te vayas, y sabes lo que pasara cuando te encontremos.

Una oleada de frio me estremece, mientras que una corriente eléctrica recorre mi columna vertebral. Levanto mi mirada y fijo mis ojos en el. Aquellos turquesa que alguna vez me gustaron tanto, y el día de hoy sólo me dan miedo, ellos desbordaron odio, odio hacia mi, que los había querido, que los hacía inocentes y sagrados. 

-Oooh vamos cariño, no me mires así, tu sabias en que te metías.

En ese momento tres cuerpos mas entran por el umbral, tapando la poca luz que entraba en aquel lúgubre lugar. mis sollozos se hacen cada vez mas altos, mientras que poco a poco la claridad se va desvaneciendo, llevándome a la oscuridad total. 


----------------------------------

Hola, ¿Como están? 

Amigos ya llevamos a los últimos capítulos, de hecho, sólo faltan tres. No prometo felicidad para el final. Disfruten el capítulo. 

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora