Capitulo 20

8K 606 38
                                    

Me quede totalmente petrificada, ¿Ian no había cerrado la puerta? Creía haber escuchado él pestillo. Mi corazón dio un vuelco totalmente y mi pulso se elevó, esto no iba a terminar bien.

Ian me coloca detrás de su cuerpo para esconder mi desnudad de él chico en la puerta, se lo agradecí enormemente. Aarón bufó ruidosamente mientras ponía en blanco sus ojos. Me asomé desde el hombro de Ian, y este rápidamente bajo mi cabeza para lo creo es que nadie me vea, si solo supieras.

-¿La escondes de mi? -preguntó Aarón con burla en su tono de voz.

-¿Quieres salir de aquí? Estamos ocupados.

Le doy un golpe en la cabeza para que calle, pero este solo se voltea y me envuelve en sus brazos, protegiéndome más y dándole la espalda a Aarón.

-Yo también quiero estar ocupado. -Una rusa escapó de sus labios, yo jadee por lo que dijo y Ian gruñó.

-¿quieres largarte Aarón? -gruñó Ian. -Es mi tiempo, así que lárgate.

-No quiero irme, voy a quedarme aquí, así que continúen. -respondió. Camino hasta un sofá que había en la habitación y que no había visto, había un sofá aquí y este imbecil me tiro al suelo.

-Si eso quieres.

Intente negarme, una y otra vez, obvio no quería tener sexo delante de Aarón con Ian. El pavor corrió por mis venas cuando Ian me obligó a acostarme de nuevo, dejando expuesta ante la mirada de ambos hombres, mire con terror a Aarón quien solo sonreía de forma cínica y me guiñaba el ojo. Intente moverme, patear el aire pero el peso de Ian encima mío lo impedía. No gritaría, aunque estuviera en esta situación, y ellos lo sabían, si lo hacía posiblemente nos acribillarían a todos, sin tiempo de analizar nada. ¿Que si tenía miedo? Muy dentro de mi si lo tenía, pero realmente aquella situación me ocasionaba placer en todo su esplendor, puedo asegurar que si en algún momento me hubiera sentido en peligro me defendería con más fuerza y pudor.

Toda aquella situación me tenía confundida, estaba claro que ambos chicos sabían que me había acostado con ambos, pero jamás imaginé que de alguna forma su cinismo fuera tan grande como para querer verme manteniendo sexo con el otro. Pero de alguna u otra forma esto me incomodaba, me hacía sentir expuesta y de alguna manera sucia.

Ian abrió mis piernas ante la fija mirada del otro hombre en la habitación, intente cerrarlas pero este volvió a abrirlas, con mis manos que ya estaban sueltas luchaban por alejar las de él, pero se me estaba haciendo imposible, quise hacharme para atrás pero él me sostuvo fuertemente de los tobillos impidiéndolo. Luche, eso hacía pero sentí un cuerpo pegarse a mi espalda y sujetar mi cuerpo por la cintura, apresando mis manos en el proceso, justo ahí el pánico me recorrió. Ya no estaba libre de ninguna forma y posiblemente no pudiera hacerlo.

Aarón empezó a besar mi cuello desde atrás, y un ligero corrientaso recorrió todo mi cuerpo, quise alejarme, pero me fue imposible. Sus besos mojados me hacían estremecer y cuestionarme si realmente tendría que luchar para no dejarme hacer nada. Las yemas de los dedos de Ian me recorrieron los muslos, haciéndome jadear, me fue imposible contenerlo. Con los fríos y húmedos labios de Aarón haciendo de las suyas en mi cuello y los dedos de Ian acariciando mi piel, me fue imposible no gemir, un suave gemido.

Las manos de Ian se posaron en mi centro, pero no se movió, una corriente de placer me recorrió, moví un poco mis caderas para indicarle que podía hacerlo, pero el solo me observo y sonrió.

-Dime que quieres nena, y te lo doy. -Susurro con voz ronca.

Aarón llevo una de sus manos a mi pezon derecho para apretarlo entre sus dedos, me fue imposible no jadear y estremecerme.

-Si no lo pide no pasará -Hablo Aarón en mi oído.

-Solo hazlo ya. -dije exasperada.

Solo vi la sonrisa de Ian quien no perdió el tiempo y metió su cabeza entre mis piernas, sorprendiéndome. Gemí fuertemente cuando sentí su lengua recorer mis pliegues, las manos de Aarón fueron a mi boca para cubrirla. Dejé de pensar, Ian acariciaba mi clitorix con su dedo pulgar mientras que su lengua examinaba toda mi anatomía. Jadee, gemí y hasta grite de placer, cuando un fuerte calor me recorrió todo el cuerpo, posicionándose en mi zona baja, la bola de calor exploto llevándome al tan esperado orgasmo. Ian chupo y lamió cada rastro de mi líquido, dejándome más que extasiada.

-Tu sabor es delicioso nena, creo que deberías intentarlo Aarón. -Susurro con voz maliciosa.

-Creo que tengo una mejor idea. -Dijo Aarón.

Cuatro tontos en mis manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora